La gran fractura azul
Con las elecciones a la vuelta de la esquina, el PAN atraviesa su peor etapa de la última década. La crisis llegó a tal grado que los mismos militantes acusan al presidente de su partido de fraude. La posible salida de Margarita Zavala sacó a relucir las fracturas que se viven al interior de la institución
Imelda García[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_2ibmub80″ responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /]
La inminente salida de Margarita Zavala del PAN termina por resquebrajar al partido albiazul previo a la contienda electoral del 2018.
La cerrazón de la dirigencia nacional para abrir la elección de su candidato presidencial terminó por convencer a Zavala que el único camino para estar en la boleta electoral será la vía independiente.
Este domingo se vence el plazo para que aquellas personas que deseen buscar una candidatura independiente a la Presidencia de la República notifiquen al INE su intención de contender.
Si Zavala sigue ese camino, su salida del PAN tendrá que formalizarse en las próximas horas.
La salida de la aspirante presidencial y exprimera dama del país sería un duro golpe para Ricardo Anaya, líder nacional de Acción Nacional.
Aunque mantiene el control de la estructura del partido, Anaya enfrentará a un ala del panismo con una fuerte influencia en la política nacional: el grupo del expresidente Felipe Calderón, quien incluso personalmente ha expresado su inquietud sobre continuar o no en las filas del blanquiazul.
Ayer, al interior de las filas del PAN las presiones se magnificaron cuando el rumor sobre la salida de Zavala se hizo más insistente.
De un lado están quienes se han alineado con Anaya y su proyecto del Frente Ciudadano por México, donde junto al PRD y a MC trabaja ya en la construcción de la candidatura presidencial.
Del otro, están quienes han acusado a Anaya de secuestrar el proceso interno para definir quién será el abanderado del albiazul que llevaría mano ante los otros partidos del Frente.
El propio equipo de Margarita Zavala es claro: la única forma en que ella podría permanecer en Acción Nacional es que se abriera la elección a la candidatura presidencial, hecho que se ve casi imposible.
La nueva circunstancia de Margarita Zavala Gómez del Campo dejaría a dos contendientes en el tablero del blanquiazul rumbo a la candidatura presidencial: a Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla y quien también ha pedido que se abra la elección interna; y al propio Ricardo Anaya, quien no ha expresado públicamente su aspiración.
Un añejo conflicto
La separación de Margarita Zavala y su grupo del Partido Acción Nacional se ha ido gestando desde hace años, aun cuando su esposo, Felipe Calderón, era presidente de la República.
En 2010, cuando se llevó a cabo el proceso de elección del presidente nacional del PAN, Felipe Calderón buscó que Roberto Gil Zuarth, uno de sus más cercanos, fuera el sucesor de César Nava y Germán Martínez, quienes presidieron el partido una vez que él tomó la Presidencia de la República.
Y es que desde que asumió el poder federal, Felipe Calderón tomó también el control de su partido.
Esto le acarreó aversión de algunos sectores al interior del PAN que terminaron en una rebelión que ganó la elección interna de la mano de Gustavo Madero en diciembre del 2010.
Desde entonces, el grupo del expresidente Felipe Calderón estuvo marginado. Incluso, en el proceso electoral del 2012, Ernesto Cordero, quien era su favorito en la elección interna por la candidatura presidencial, perdió y se quedó como abanderada Josefina Vázquez Mota.
A pesar de que Vázquez Mota había sido secretaria de Estado en el gabinete de Calderón, éste nunca estuvo de acuerdo en que ella se haya opuesto a su amigo Cordero.
La candidata presidencial pasó la campaña política batallando con la oposición no sólo de sus adversarios, sino del propio grupo del todavía presidente Calderón que logró afianzar posiciones en el Congreso de la Unión –donde hoy permanecen, sobre todo en el Senado-.
A partir de entonces, el grupo de Madero y el de Calderón actuaron como adversarios al interior del mismo partido.
La aversión de ambos grupos fue heredada hacia Ricardo Anaya, quien fue secretario general de Madero en la presidencia del partido y de quien terminaría siendo adversario; el propio Madero lo acusó de traidor.
En enero del 2015, cuando Madero era presidente del partido con licencia –y Ricardo Anaya era presidente interino-, su grupo político operó para cerrar el paso a la esposa del expresidente Felipe Calderón, Margarita Zavala, para tener una candidatura plurinominal a la Cámara de Diputados en la elección de ese año.
Los calderonistas acusaron entonces que el PAN que controlaba Madero les cerró las puertas para tener cualquier cargo de elección popular.
Margarita Zavala comenzó entonces otro camino; primero, se dijo que buscaría la presidencia nacional del PAN, el mismo cargo que buscaría Ricardo Anaya.
Sin embargo, el 14 de junio del 2015, día en que se suponía anunciaría su intención de presidir su partido, Margarita Zavala anunció que se postularía a la Presidencia de la República.
Ricardo Anaya quedó entonces con la vía libre para convertirse en presidente del PAN, cargo que asumió en agosto del 2015.
Lo que Anaya no le dijo a nadie –y continúa sin declararlo abiertamente- es que él también buscaba la candidatura presidencial de su partido, cuya posibilidad aumentó cuando el PAN tuvo un triunfo importante en las elecciones del 2016, al ganar 7 gubernaturas.
Esos triunfos más la construcción de una estructura del partido a nivel nacional y estatal garantiza hoy que Ricardo Anaya tenga pleno control del PAN.
Con el partido en la bolsa, Anaya encabezó las negociaciones para que su partido conformara el Frente Ciudadano por México junto al PRD y a MC, partidos que ahora definen las reglas con las que elegirán a su candidato presidencial.
Al contar con el soporte de varios cuadros históricos y exgobernadores, Margarita Zavala se llevaría con ella el apoyo de sectores que significarían miles de votos que se restarían al blanquiazul.
La batalla de Margarita
Durante meses, Margarita Zavala ha insistido a Ricardo Anaya que sea claro sobre sus aspiraciones a la Presidencia de la República y que deje de utilizar los recursos del partido para posicionarse como futuro candidato.
El uso de spots, la construcción de la estructura partidista leal a él y su presencia en todos los estados del país para promoverse son algunas de las conductas que los adversarios de Anaya han reclamado.
Todavía el domingo pasado, Margarita Zavala, pidió en una carta firmada junto a Rafael Moreno Valle y Silvano Aureoles que se abriera el proceso de elección a una competencia en la que participaran todos los ciudadanos.
En semanas anteriores, la exprimera dama, tuvo encuentros también con liderazgos del Partido Encuentro Social (PES), dirigido por Hugo Eric Flores y con principios aún más conservadores que los del PAN.
La extinción del tiempo para registrar la intención de buscar la vía independiente obligó a Zavala a tomar una decisión sobre si continuar en el PAN o abandonarlo y seguir por su lado, buscando el apoyo ciudadano.
Así, desde sus cercanos se deslizó la versión de que en cuestión de horas, Zavala renunciaría a Acción Nacional y notificaría al INE su intención de ser candidata independiente a la Presidencia de la República.
Antes de dar el paso definitivo, sin embargo, Margarita Zavala tuvo ayer un encuentro definitorio.
En una reunión con empresarios de Nuevo León que desde hace tiempo le habrían expresado su apoyo, se habló sobre la viabilidad del proyecto independiente y la ayuda que ella necesitaría para recabar las casi 900 mil firmas que necesita para que su nombre esté en la boleta.
También se habló de la posibilidad de que José Antonio Meade sea candidato del PRI a la Presidencia de la República, hecho que despierta las simpatías no sólo del sector empresarial, sino también de algunos panistas del grupo de Zavala, como Javier Lozano o Ernesto Cordero.
La candidatura independiente de Zavala partiría en cuatro las preferencias electorales en el 2018. Los candidatos del PRI, el Frente Ciudadano, Morena y la independiente Zavala se llevarían la mayor parte de los sufragios ciudadanos del 1 de julio próximo.
La decisión de la clase empresarial fue lo que terminó por inclinar la balanza de la decisión de Margarita Zavala, quien desde su autodestape en junio del 2015 no ha parado de asegurar que estará en la boleta electoral del 2018.
Conflictos al interior
Mientras que unos ven la eventual salida de Margarita Zavala como un alivio, otros opinan que sería un desastre para Acción Nacional.
Polariza opiniones
La eventual salida de Margarita Zavala del PAN, partido en el que ha militado desde 1984, despertó opiniones encontradas entre los panistas.
Mientras algunos lo ven como un desastre para el partido, otros lo comparan con el alivio de una herida purulenta. Las posiciones evidencian la división que ya afectaba a ambos bandos del PAN.
Ernesto Ruffo Appel, senador por el PAN y otro de los aspirantes a la candidatura presidencial del blanquiazul, fue quien se lanzó más fuerte contra Zavala y dijo que el partido se libraba así de la pus.
“Yo lo siento como un alivio, haga de cuenta como cuando tiene un absceso y sale la pus, así de plano”, expresó el senador.
El expresidente Felipe Calderón, esposo de Margarita Zavala respondió en Twitter a la expresión de Ruffo.
“Ruffo expresa muy bien el nivel intelectual, la estatura moral, el nivel de debate y la tolerancia democrática de lo que queda del pan”, escribió Calderón en su cuenta de Twitter (@FelipeCalderon) –así, con pan en minúsculas-.
Fernando Herrera, coordinador de los senadores del blanquiazul fue más moderado en su postura y señaló que esperará hasta que el anuncio sea oficial por parte de Zavala para exponer su punto de vista.
Lo mismo ocurrió en la dirigencia nacional del PAN. Desde ahí, se dijo que será hasta hoy que fijarán una postura sobre la decisión de Zavala.
Los panistas cercanos al expresidente Felipe Calderón, al contrario, sostuvieron que la salida de Margarita Zavala marcará al partido y habla de la ambición de Ricardo Anaya por ser el abanderado del PAN.
“De ser una aspiración, una ambición, ya se convirtió en una obsesión la suya por ser candidato a la Presidencia. Y si eso implica pisotear a los demás, pasar por encima de los demás, romper con los demás, desaparecerlos políticamente lo hará”, advirtió el senador panista Javier Lozano.
Otro legislador cercano al grupo calderonista, José Luis Lavalle, también reprobó la actitud de Ricardo Anaya de querer ser candidato presidencial y controlador del partido, lo que llevará a que el blanquiazul pierda la elección en el 2018, aunque ahora esté en los primeros lugares de preferencia electoral.
“En el PAN las imposiciones no funcionan y no solamente ahorita. Cada vez que ha habido una intención de esta manera, de imponer a la ciudadanía a un candidato, siempre termina en desastre. Este sería un desastre históricamente lamentable”, expuso Lavalle.
En días pasados, Roberto Gil Zuarth, otro de los políticos más cercanos a Felipe Calderón y Margarita Zavala, dejó entrever que no sólo ella, sino también quienes pertenecen a su grupo se enfrentarán a la difícil decisión de abandonar su militancia en el albiazul.
De cualquier manera, Gil Zuarth, Ernesto Cordero, Javier Lozano y otros senadores enfrentan ya un proceso interno para analizar la sanción que podrían recibir –incluida la expulsión- por haberse aliado con el PRI en la votación por la presidencia del Senado de la República, en contra de las órdenes de su coordinador Fernando Herrera y el propio Ricardo Anaya.
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