La hora de la Unidad Nacional
La respuesta del presidente Enrique Peña Nieto a los ataques reiterados de Donald Trump a México generó un sentimiento de unidad entre los mexicanos que alcanzó de manera inaudita a la clase política incluyendo a los presidenciables, lo que genera una coyuntura envidiable para que el país muestre su fortaleza e independencia ante el mundo
Carlos Salazar[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_0wgl5g0f” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] La relación bilateral entre México y Estados Unidos se encuentra en uno de sus puntos más críticos de la historia con un claro enfrentamiento por las políticas migratorias y en medio de una creciente tensión por la renegociación comercial.
Tras la última ofensiva de Donald Trump, el Ejecutivo mexicano envío un mensaje contundente que ha sido recibido de forma positiva casi de manera unánime tanto por la clase política como por los sectores empresariales y la sociedad en general.
“Los mexicanos podemos tener diferencias entre nosotros, y más aún en tiempos de elecciones, pero estaremos siempre unidos en la defensa de la dignidad y la soberanía de nuestro país”, señaló el presidente Enrique Peña Nieto en un mensaje a la nación.
El sentimiento de unidad nacional crece de forma paralela al rechazo de Trump y podría convertirse en un motor para impulsar posturas más firmes por parte del gobierno mexicano y, por qué no, para sentar las bases para el replanteamiento de la relación con Estados Unidos, tanto en materia comercial como de cooperación con base en los mejores intereses para el país.
No hay duda que un ambiente de unidad nacional es indispensable para proteger los intereses de México frente a la amenaza que supone el gobierno del presidente Donald Trump.
Para el Doctor José María Ramos, investigador del Colegio de la Frontera Norte, uno de los mayores espacios de oportunidad que tiene México para mejorar las condiciones de la relación bilateral es el cabildeo con los actores políticos y económicos en los Estados Unidos que comulgan con los intereses mexicanos.
El especialista en temas transfronterizos está convencido de que tanto en el Capitolio y en el gobierno de algunos estados fronterizos están conscientes de la importancia de mantener una relación sana con el vecino del sur, incluso por intereses comerciales y de inversión.
“En esta agenda, es donde yo planteo la importancia de generar mayores espacios de intervención en los distintos círculos que toman decisiones en Estados Unidos. México tiene que fortalecer sus acciones de cabildeo, pero un cabildeo que esté muy focalizado en función de los grandes temas que nos preocupan”, señala.
Tiempos de turbulencia
En los tiempos de Trump, una época de turbulencia político diplomática y de proteccionismo comercial, México podría convertirse también en el país que encabece en la región la oposición a las políticas agresivas de los Estados Unidos.
Precisamente esta misma semana se llevará a cabo la Cumbre de las Américas en Perú, una nueva oportunidad para que el gobierno mexicano pueda hacer una denuncia pública ante los embates de Trump, ya que hasta el momento no ha utilizado los espacios internacionales para posicionar la problemática y generar la empatía de otras naciones.
El inquilino de la Casa Blanca parece estar logrando algo que no habían podido lograr los actores políticos en México, un sentimiento de unidad -aunque sea por el rechazo a Trump- que pocas veces se ha visto en el país.
Sin embargo, tras el firme posicionamiento y respuesta por parte del gobierno mexicano subyace de igual modo una demanda para pasar del terreno del discurso patriótico hacia las acciones de defensa de la soberanía, y a su vez la firmeza para negociar los temas de interés común.
La tensión en la relación bilateral desde la llegada de Donald Trump parece estar marcada por las necesidades de Estados Unidos y los caprichos del mandatario, pero no se ponen sobre la mesa los intereses de la agenda mexicana en materia de migración, de combate conjunto al crimen organizado o del establecimiento de las políticas comerciales más favorables para el país.
Esta inédita unidad que parece extenderse a todos los sectores del país es también una oportunidad para poner todos estos temas sobre la mesa de relación bilateral, pues más allá de la renegociación del TLCAN, hay otros aspectos en que México podría buscar un equilibrio más provechoso.
El Doctor Ramos asegura que el gobierno mexicano podría aprovechar el rechazo casi unánime que generan las políticas de Trump en México y en un sector importante en los Estados Unidos para posicionar sus propios intereses y con ello obtener una importante herramienta en las negociaciones para avanzar su propia agenda.
“Aquí lo importante es la inteligencia y la capacidad de utilizar esas agendas de posicionamiento, pero también el cabildeo de visibilización paralelamente a esta polarización política porque también ayuda para presionar y para negociar”, apunta.
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