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El Frente Ciudadano por México peligra.
La propuesta político-electoral firmada por el PAN, PRD y Movimiento Ciudadano está cerca de naufragar y no es debido a los ataques de sus adversarios en el exterior, sino a consecuencia de sus conflictos internos, el mal cálculo político y sí, el poder, la ambición por el poder.
La codicia sobre todo de Ricardo Anaya, presidente del PAN y quien concibió el Frente Ciudadano por México, ha llegado a una situación límite y sigue navegando con bandera de dirigente mientras opera en su propio beneficio para quedarse con la candidatura.
Anaya se coloca a sí mismo en una situación en que ya dejó de ser un interlocutor válido debido a su indefinición y falta de claridad.
Al mismo tiempo que como presidente de Acción Nacional encabeza, por ejemplo, las negociaciones del presupuesto 2018 o traza la ruta electoral -candidaturas incluidas- para 2018, pavimenta su camino para proclamarse abanderado presidencial del Frente.
Pero, como principal responsable en estos temas, no se puede dejar de cuestionar si las decisiones que tome serán las mejores para su partido, para sus gobernadores, para sus alcaldes o si las toma en su propio beneficio, utilizando los recursos y la repartición de candidaturas para ganar lealtades, señalamientos que no son nuevos.
Debido a su indefinición, el hecho de que ha mantenido la ambigüedad vistiendo la camiseta de dirigente nacional al mismo tiempo que la de aspirante, se ha convertido más en un factor de división que de cohesión en Acción Nacional, y por tanto ha impactado negativamente en el Frente.
A todo ello se suman además los señalamientos sobre su presunto enriquecimiento ilícito y el de su familia a través de los cargos que ha ostentado en el servicio público, lo cual incluso ya ha originado una solicitud para crear una comisión investigadora en la Cámara de Diputados.
El queretano ha venido denunciando que se trata de una campaña en su contra por parte del PRI en un intento por desprestigiarlo y ha puesto al partido tricolor como su enemigo número uno; sin embargo, la multiplicación de sus conflictos internos y los propios señalamientos de los panistas se están convirtiendo en una losa aún más pesada en contra suya y de sus aliados.
Anaya se encuentra en una paradoja, por un lado pudo maniobrar con otras fuerzas políticas para que se integraren en esta alianza, pero por el otro enfrenta una de las mayores crisis internas en su propio partido.
Y es que Anaya no sólo ha tenido que enfrentar la salida de panistas de trayectoria como Margarita Zavala o José Luis Luege Tamargo, o el desafío de los llamados panistas rebeldes en el Senado -todos ellos haciéndolo responsable de la crisis panista-, sino incluso podría haber ya perdido el respaldo de algunos de los gobernadores panistas o aliancistas.
En este escenario, Ricardo Anaya, a la vez que ve comprometida su posición en el PAN, se debilita al interior del Frente, lo que podría originar un cambio en los equilibrios de poder.
El PAN, con la fuerza de ser el partido del Frente con mayor preferencia electoral y que gobierna a un mayor número de mexicanos en los estados que ostenta, le había dado a Anaya una posición privilegiada para convertirse en candidato y para llevar mano en un mayor número de candidaturas.
Pero a la vista del cismo que se vive en Acción Nacional, el respaldo y la fortaleza real con la que cuenta Ricardo Anaya está en entredicho, lo que también genera dudas sobre si al final los principales actores políticos del Frente le darán su respaldo como candidato.
Personajes como el exgobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, o el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, no renuncian a la posibilidad de encabezar al Frente en la elección presidencial, y podrían aprovechar el declive progresivo de Anaya para lanzarse a la ofensiva.
Ricardo Anaya, por su parte, no tiene un plan b, y de la misma forma en que ha querido imponer su candidatura entre los panistas, cerrando espacio a sus opositores, podría seguir el mismo camino en el Frente, y el resultado podría de igual forma llevar a su ruptura.
Crisis que se extiende
A pesar de que sus principales impulsores llevan por delante el discurso de que primero está el interés del país por encima de los proyectos personales, lo cierto es que desde su concepción se asemeja más a un coto particular para repartir posiciones entre sólo unos cuantos privilegiados; no alcanzaba para todos.
En la ruta marcada por el Frente, estaba en primer lugar la construcción de una plataforma política, la definición de propuestas antes de la definición de las hipotéticas candidaturas.
Sin embargo, la falta de claridad en cuanto a los métodos de designación, la poca o nula apertura y los acuerdos cupulares para la selección de candidatos cerrando la puerta a otros aspirantes, son señalamientos que no han tenido eco y que ya provocaron fricción entre sus filas.
Poco más de un mes después de conformado legalmente, el Frente ya está sometido a un severo desgaste interno por las pugnas entre quienes aspiran a postularse como abanderados de la alianza, principalmente por la joya de la corona, la candidatura presidencial.
Como muestra, el caso de Margarita Zavala, con una amplia trayectoria al interior de Acción Nacional y que abandonó el partido en busca de una candidatura independiente porque no encontró un espacio para competir dentro de un Frente en donde las posiciones parecen designadas de antemano.
De manera muy prematura, los principales interesados en que el Frente sobreviva y se consolide como alianza electoral rumbo a 2018, han tenido que emprender una estrategia de control de daños por pura supervivencia; saben que no hay vida más allá del Frente, si cada partido emprende la aventura electoral por su parte, sus posibilidades son nulas.
Los dirigentes y principales figuras políticas de los partidos que integran el Frente han querido restar importancia a la crisis que azota al partido blanquiazul, incluso han llegado a calificar como meras distracciones los signos de ruptura.
Sabotaje de ‘los rebeldes’
Sin duda otro de los grandes riesgos a los que se enfrentan los partidos que integran el Frente es la operación política de algunos de sus aún militantes que podrían estar operando a favor de otras fuerzas políticas.
En el PAN la tendencia es más clara, sobre todo en el Senado de la República, donde algunos legisladores con peso dentro de Acción Nacional como Ernesto Cordero, presidente de la mesa directiva, Roberto Gil o Javier Lozano -todos exfuncionarios en el sexenio de Felipe Calderón- se han declarado en abierta rebeldía a los lineamientos de la bancada panista en la Cámara alta y sobre todo con la dirigencia.
Ernesto Cordero incluso ha reconocido que apoyará las aspiraciones de Margarita Zavala -ya independiente- para llegar a la Presidencia de la República.
Los llamados ‘rebeldes del PAN’, aún con las diferencias que tienen con el rumbo que ha marcado la dirigencia, han decidido quedarse en el partido, aunque sus lealtades a la hora de los comicios están más que en entredicho.
Un caso similar se presenta con los gobernadores emanados del PAN o de las alianzas PAN-PRD que en su mayoría habrían desairado, ya en más de una ocasión, las convocatorias de Anaya y que al final podrían operar a favor de otro candidato.
Una estrategia como la que llevaron a cabo los gobernadores priistas en 2006- aunque esta vez a la inversa- que, ante su negativa de apoyar a Roberto Madrazo, habrían operado a favor del panista Felipe Calderón.
En el PRD también existió cierta resistencia por parte de algunos grupos que priorizaban una alianza con las izquierdas sobre una coalición con el PAN, y aunque al final se aprobó la creación del Frente y han salido algunos cuadros en dirección a Morena, no se descarta que López Obrador aún cuente con lealtades dentro del Sol Azteca que podrían operar a su favor desde el interior del partido.
‘El Frente fue un error’
José Luis Luege Tamargo, quien apenas la semana pasada renunció a Acción Nacional para buscar la candidatura independiente para la jefatura de gobierno de la Ciudad de México está convencido de que la manera en que se conformó el Frente Ciudadano por México terminará impactando negativamente en el PAN.
El extitular de la Comisión Nacional del Agua durante el sexenio de Felipe Calderón, vaticina que la estrategia emprendida por el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya, será perjudicial no sólo electoralmente sino para el propio futuro del partido.
“Las decisiones de Ricardo Anaya me parece que hundirán al PAN electoralmente en 2018. Creo que el PAN es un partido de principios, es una gran institución y creo que después de 2018 tiene que haber una recomposición.
“El Frente es un error desde el punto de vista político y estratégico. La vía era primero haber definido nuestro candidato a nivel presidencial y, en todo caso, después formando alianzas sumando a otros partidos, pero el esquema que escogió Ricardo es sumamente negativo para el PAN”, dijo.
Luege afirma que la descomposición de la vida interna de Acción Nacional es un fenómeno que ya viene desde hace varios años, pero que sin duda se ha acentuado con la actual dirigencia que ha secuestrado sus órganos para favorecer intereses particulares.
“Tristemente en el PAN, sobre todo en los últimos años, se han generado una serie de vicios en la vida orgánica muy graves, fundamentalmente por haber forzado o haber coptado a los órganos deliberativos que son los consejos tanto nacional como estatales”.
Uno de los grandes errores estratégicos del Frente que ha denunciado Luege ha sido la imposición de aplicar el Frente de manera unilateral en los estados -como en la Ciudad de México- ya que en casos particulares eso se traduce en que el PAN renuncie a su papel de oposición y avale administraciones que han perjudicado a la ciudadanía.
“No es posible llevar el Frente a la Ciudad de México porque significaría acabar para siempre con Acción Nacional en la capital del país.
“El PRD ha gobernado 20 años, ha gobernado mal y ha impuesto una serie de políticas clientelares y demagógicas que a mi juicio ha dañado la vida de los capitalinos y a nivel legislativo es obvio cómo ha aplastado a la oposición”.
‘Anaya debilita al PAN’: Lozano
Para el senador Javier Lozano, la gestión de Ricardo Anaya como presidente del PAN y la forma en que llevó adelante el proyecto del Frente Ciudadano por México, interponiendo sus intereses particulares sobre el interés general no ha hecho más que debilitar al PAN.
El legislador poblano sostiene que, en lugar de haber cerrado las puertas a otras aspiraciones legítimas en un intento por apropiarse de la candidatura, el PAN debió priorizar la construcción de una plataforma propia e incluso de un candidato propio antes de buscar aliados en otras fuerzas políticas.
“Para efectos de Anaya fue muy cómodo porque eso le garantizaba la vía libre para imponerse, pero para efectos democráticos dentro del PAN esto no es lo correcto, todo lo hicieron al revés para repartirse la baraja entre Anaya y Barrales, la verdad fue muy burdo el movimiento y mientras no lo abra a la ciudadanía éste no es un frente ciudadano.
“Lo que está haciendo Anaya debilita al PAN, debilita al famoso Frente Ciudadano que de ciudadano no tiene nada y veremos qué se puede recuperar, no solo es la candidatura a la Presidencia, son miles las que se juegan el próximo año. Veremos cuáles se pueden rescatar”.
Además, Lozano sostiene que la obsesión de Ricardo Anaya de atacar de manera reiterada al PRI es una muestra de una estrategia político electoral deficiente, pues el verdadero rival a vencer rumbo a los comicios de 2018 es Andrés Manuel López Obrador.
“Eso te habla de una pésima, torpe, o perversa estrategia para ayudar a López Obrador, yo no entiendo cómo es posible que estén tan obsesionados con pegarle al PRI y al gobierno cuando van en un lejano tercer lugar”.
Finalmente, el exsecretario del Trabajo defiende su postura y la de otros senadores que se han declarado en abierta rebeldía a quedarse en el PAN a pesar de sus diferencias en el partido porque no le quieren dejar tan fácil las cosas a Anaya y quienes se han apoderado del PAN. Porque de lo que se trata es de rescatarlo y no de abandonarlo.
“Lo que ellos quisieran es quedarse con el partido, quedarse con las candidaturas y con todo, pero lo que están haciendo es desdibujar al PAN, de lo que era, de lo que nos contagió, de lo que nos enamoró y no lo vamos a permitir, por eso vamos a luchar desde adentro para devolverle dignidad y rumbo”.