La inseguridad viaja (también) en Uber y Cabify
Narcotráfico, acoso, asesinatos y secuestros han invadido a las empresas de aplicaciones móviles de transporte; usuarios se cuestionan si seguirlas utilizando o regresar al transporte público
Rubén ZermeñoLos feminicidios, el acoso, los asaltos y el tráfico de droga ya no son únicos del transporte público, la violencia ha llegado a las aplicaciones móviles de transporte.
Empresas de transporte privado como Uber y Cabify rápidamente comenzaron a posicionarse en México, los usuarios preferían gastar unos pesos de más para llegar sanos y salvos a su destino.
El rapto, la violación y asesinato de la joven Mara Castilla por parte de un conductor de Cabify en Puebla despertó la alerta de miles de usuarios. Exigencias de justicia y otras historias de violencia e inseguridad comenzaron a brotar.
Por ese homicidio las mujeres se dieron cuenta de que ya no estaban seguras al viajar en taxis privados.
Además de la inseguridad en Uber y Cabify, los usuarios se enfrentan a las polémicas declaraciones que han dado las empresas cuando se convierten en escenarios de terror y violencia. La falta de regulación por parte de las autoridades hace que también se conviertan en cómplices de los atroces crímenes.
A finales de mayo dos sujetos que se identificaron como conductores de Uber, fueron detenidos por policías de la Fuerza Civil en Apodaca, Nuevo León; los hombres portaban armas y droga.
Los supuestos conductores se identificaron como Edgar Iván Silva Guevara o Roberto Carlos Velázquez Guevara, alias “El Garo” o “Comandante” y Luis Omar Velázquez Guevara, de 33 años; se les encontró una arma 80 Colt con cargador, seis cartuchos, 41 envoltorios de cocaína en polvo, una arma corta calibre .9 mm, un cargador, siete cartuchos, 49 dosis de cocaína en piedra, una arma larga tipo AK47 con 22 cartuchos y un radio.
Este caso fue sólo la punta del iceberg, la operación de los cárteles de la droga en el área metropolitana de Nuevo León se infiltró en Uber.
Fuentes de la Agencia Estatal de Investigación señalaron que varios choferes de Uber trabajan para el Cártel de Los Zetas y para el Cártel del Golfo desde hace seis meses como narcomenudistas.
Desde que comenzó esta manera de operar, tres conductores de Uber han sido ajusticiados, uno fue reportado como desaparecido y otro resultó baleado por la delincuencia.
En una vecindad de Tepito, en la CDMX, la policía detuvo a 10 personas por posesión de droga en mochilas con el logotipo de Uber Eats y que presuntamente repartían y vendían por toda la urbe.
Asesinatos y acoso
Al igual que a Mara, la última vez que se vio con vida a Cindy Cazarez Siqueiros y a Érika Montes de Oca, fue en un bar. El pasado 30 de julio, las dos enfermeras del IMSS ya no llegaron a su destino en Mazatlán, Sinaloa.
Del conductor de Uber que las llevaría, identificado como Antonio, tampoco se supo nada.
Fue hasta el 5 de agosto cuando se hallaron los restos de las dos pasajeras y del conductor en una fosa clandestina en la comunidad de Villa Unión. La misma noche del rapto fueron asesinados y calcinados por al menos cuatro sujetos.
El auto del conductor de Uber seguía en uso por los agresores, esto ayudó a la policía estatal a detenerlos y procesarlos.
La misma semana en la que encontraron el cuerpo de Mara, una lluvia de balas cayó sobre un auto de Uber en Monterrey, según testigos, un comando interceptó al vehículo y comenzaron a disparar contra el conductor que falleció en el lugar.
Por la refriega, resultaron lesionados una bebé de 2 años, su papá de 27 y otro acompañante de la misma edad.
El pasado 10 de julio fue el viaje más largo para Renata Villareal, alrededor de las 21:00 horas abordó un Uber con placas 212-YLS para que la llevara a su casa y así terminar la jornada laboral.
Durante el recorrido, el conductor (de nombre José Manuel) comenzó a mensajear mientras manejaba.
“Le seguían llegando mensajes y tomaba el celular para contestar. Cuando le iba a reclamar por segunda vez, empecé a grabarlo; mi intención era solamente reportarlo a la plataforma pero en eso vi que estaba viendo pornografía en el celular. Ni siquiera lo ocultaba. Tenía el celular frente a él a la altura del hombro, la pantalla apuntando totalmente hacia mí mientras veía pornografía y por momentos volteaba a verme”, recordó Renata, después el chofer comenzó a tocarse.
Renata reportó al conductor con Uber, la respuesta de la empresa no fue satisfactoria, le informaron que tomarían las “medidas pertinentes”, pero por políticas de la empresa nunca le quisieron informar si el chofer sería despedido.
“(…) vi que estaba viendo (el chofer) pornografía en el celular. Ni siquiera lo ocultaba. (…) La pantalla apuntaba totalmente hacia mí mientras veía pornografía y por momentos volteaba a verme”
Renata Villarreal
Usuaria de Uber
Las empresas y la ley
Tras el asesinato de Mara Castilla y los polémicos comunicados que lanzó Cabify, la empresa de transporte privado informó que reforzará sus medidas de seguridad, desarrollando un botón de pánico e implementando la posibilidad a los usuarios de colocar un contacto de emergencia.
En el nuevo Reglamento de la Ley de Movilidad de la Ciudad de México se regularán los servicios de transporte privado, una de las pocas cláusulas referente a la seguridad de los pasajeros es el artículo 58.
En dicho apartado se obliga a los conductores a portar una identificación al interior del vehículo, la cual deberá de ser visible para los pasajeros. La certificación de los conductores recaerá directamente en las empresas prestadoras del servicio.
Para Julio Alba, representante de operadores de empresas de redes de transporte, estas nuevas medidas son insuficientes.
“La identificación tipo tarjetón lo vemos bien, pero esa medida sola no va a garantizar la seguridad de los usuarios, creemos que se debe de hacer más estricta la certificación de los conductores”, señaló el especialista.
Cuando un pasajero sube a Uber o a Cabify lo hace desprotegido, ninguna de las dos empresas ofrecen al usuario ningún tipo de seguro por si le llega a pasar algo, en cambio, el cliente está obligado a destinar una cantidad de dinero si daña la unidad o causa algún desperfecto.
Como ya se comprobó en los casos anteriores, las empresas están blindadas para deslindarse de cualquier acción que realicen los conductores contra los pasajeros por lo que como empresa no pueden ser culpados.
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