La insurgencia 
toma forma

La “rebelión” magisterial en contra de la reforma educativa ha alcanzado uno de sus puntos más álgidos. 

A pesar de que parecía que los maestros regresarían a sus casas, el pasado miércoles entre 12 y 15 mil profesores -de acuerdo a cifras de la policía capitalina- marcharon por las principales vialidades de la Ciudad de México.

Sin embargo, los manifestantes aseguran que la movilización estuvo conformada por al menos 30 mil maestros, tan solo en el Distrito Federal.

Según cifras de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), en todo el país se movilizaron alrededor de 200 mil maestros. Tan solo en la Ciudad de México presumieron la participación de  20 mil maestros. 

Mientras que  Oaxaca -enclave de la sección 22 y de la organización- se estiman 25 mil maestros activos en manifestaciones.

En las movilizaciones también participaron  integrantes del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y del movimiento #YoSoy132, entre otras organizaciones.

Las manifestaciones iniciaron desde diferentes puntos de la ciudad, situación que generó caos vial e inconformidad por parte de los capitalinos.

Un contingente de aproximadamente 4 mil maestros partió del Zócalo con dirección al Senado de la República, ubicado en la avenida Reforma. Otros tantos, salieron del Auditorio Nacional. 

Esto obligó a que las autoridades capitalinas cerraran diversas arterias viales, entre ellas las más transitadas: Paseo de la Reforma y la Avenida Insurgentes.

El reclamo continúa siendo el mismo. Demandan “veto presidencial” a la ley educativa aprobada en el poder legislativo, que entre otras cosas pretende evaluar su desempeño. 

Luego de más de tres horas plantados afuera del Senado, los maestros se dirigieron a la Secretaria de Gobernación, en donde previamente una pequeña comisión había sido ya recibida por funcionarios federales. 

Los docentes fueron resguardados por un número mínimo de elementos de la secretaria de seguridad pública del Distrito Federal.  

De acuerdo a fuentes del gobierno capitalino, la orden de coordinación con las autoridades federales fue de resguardar instalaciones y puntos estratégicos de la ciudad, como la Procuraduría General de la República, la Bolsa Mexicana de Valores, la embajada de Estados Unidos y las inmediaciones de la residencia oficial de Los Pinos.

Se expande descontento

La autodenominada “insurgencia magisterial” se expandió a otros estados del país. Inicialmente los maestros de la CNTE habían asegurado que el magisterio se movilizaría en al menos 22 estados de la república. La información sobre manifestaciones en otras entidades del país surgió principalmente de los estados de Oaxaca, Chiapas, Chihuahua y Veracruz, que tienen con una intensa y continua “desobediencia civil” por parte de los docentes. Sin embargo, en Quintana Roo y Baja California Sur paros y movilizaciones tomaron por sorpresa a las autoridades locales.

En Chiapas, maestros de la Coordinadora tomaron las instalaciones del Gobierno estatal por la mañana. De acuerdo, a versiones los mismos maestros un 70 por ciento de las escuelas en ese estado se encuentran en paro de labores.

En Coahuila, medios locales reportaron la movilización de alrededor de  150 maestros. El contingente marchó desde las instalaciones de la Sección 5 hasta el congreso del Estado.

Chihuahua tuvo alrededor de 3 mil maestros -apoyados por al menos 200 alumnos normalistas- manifestándose en el Palacio de Gobierno.

En Veracruz, se cumplió el tercer día de paro magisterial y nuevamente se alistan marchas en la capital estatal.

En Quintana Roo , sorprendió la manifestación de  entre 8 y 9 mil maestros en los 10 municipios de la entidad.Y en San José del Cabo, en Baja California Sur, cerca de mil 200 maestros de la CNTE iniciaron bloqueos con alrededor de 600 vehículos en las inmediaciones del aeropuerto internacional.