La Ley para alimentar
Para cuando termine su gobierno, Miguel Ángel Mancera se fijó robustecer uno de los pilares más sólidos de la política social de la Ciudad de México: operar 500 comedores populares que garantice un plato de comida por diez pesos a los que viven en las zonas de más alta marginación.
Igual que lo hizo Andrés Manuel López Obrador con la tarjeta de apoyo a adultos mayores, Mancera Espinosa busca asegurar la permanencia de este beneficio con la aprobación de la Ley de Comedores Comunitarios de la Ciudad de México, que ya se encuentra en la Asamblea Legislativa de la capital.
Para cuando termine su gobierno, Miguel Ángel Mancera se fijó robustecer uno de los pilares más sólidos de la política social de la Ciudad de México: operar 500 comedores populares que garantice un plato de comida por diez pesos a los que viven en las zonas de más alta marginación.
Igual que lo hizo Andrés Manuel López Obrador con la tarjeta de apoyo a adultos mayores, Mancera Espinosa busca asegurar la permanencia de este beneficio con la aprobación de la Ley de Comedores Comunitarios de la Ciudad de México, que ya se encuentra en la Asamblea Legislativa de la capital.
Servir a diario 56 mil platos de comida a ciudadanos en las colonias más pobres de la capital, requiere de un ejército de cocineras que habilitan los patios o salas de su casa para garantizar el alimento.
Los 352 comedores populares son uno de los pilares más fuertes de la política social que implementa el Gobierno de la capital.
Este año, tan sólo para garantizar la operación de éstos, se destinaron cerca de 118 millones de pesos.
Incrementar los comedores
Los más impactados con esta política son personas con discapacidad, adultos mayores de 60 años, madres de familia con hijos menores de cinco años, mujeres embarazadas que viven en colonias de muy alta marginación, en condiciones de pobreza, desigualdad y alta conflictividad social en la Ciudad de México.
Con base en los estudios por Unidades Territoriales, la Secretaría de Desarrollo Social cataloga cuáles son las colonias marginales con mayor carencia.
En esas colonias se pone a funcionar un comedor popular operado por vecinas de la zona, que acceden a prestar su patio o sala para vender platos de comida por tan sólo diez pesos.
Además de dotar a este grupo vecinal de una estufa, refrigerador, ollas y platos, personal de la Sedeso capitalina abastece cada 15 días de 15 productos no perecederos, como arroz, frijol y azúcar.
Las cocineras cobran una cuota de recuperación de diez pesos, de los cuales, cinco se invierte para la compra de alimentos a fin de que el modelo sea autosustentable.
La meta es llegar a 500 comedores para 2018 distribuidos en las 16 delegaciones.
La apuesta es atender a los habitantes que padecen algún grado de inseguridad alimentaria, a quienes además se les apoya económicamente debido a que los diez pesos que pagan por la ración de alimento está muy por debajo de lo que pagarían en cualquier establecimiento, ya que se estima que su costo real es de 30 pesos.
Algunas zonas consideradas marginales en las que operan los comedores están en su mayoría en Iztapalapa: Leyes de Reforma, Santiago Acahualtepec, Tepalcates, El Paraíso, Pueblo de Santiago Tecoloxtitlán, Unidad Habitacional José María Morelos y Pavón, San Miguel Teotongo, Miravalle, San Nicolás Tolentino.
También: Santa Cruz Meyehualco, El Manto, Buenavista y Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, Ejército Constitucionalista, Pueblo de Aculco, San Andrés Tomatlán, Predio Degollado, Tierra y Libertad, y la Magueyera, por mencionar algunos.
Aunque también en las delegaciones Gustavo A. Madero, Álvaro Obregón, Xochimilco y Tlalpan se concentra gran número de comedores comunitarios.
Llama la atención que pese a ser el centro de la Ciudad de México, en la delegación Cuauhtémoc, los comedores operan en colonias consideradas marginales o con alto índice delictivo como la Doctores, Morelos, Paulino Navarro, Valle Gómez, Centro e incluso, en la histórica Roma.
Sustentables y saludables
De aprobarse esta Ley en la ALDF se alcanzaría un presupuesto base anual, asignado desde la Asamblea, que garantice la continuidad del programa llegue quien llegue a gobernar la Ciudad de México.
Es por eso que se fortalece la política de operación de los comedores bajo un modelo sustentable.
Se están creando nuevos comedores que cuenten con ecotecnología, como sistemas de captación pluvial (20 comedores ya cuentan con estos), y de producción de hortalizas para el autoconsumo.
Antes de instalar un comedor comunitario se debe integrar un comité de administración, conformado por vecinos que estén interesados en que el beneficio llegue a su comunidad.
Estas personas que atienden los comedores son apoyadas por el gobierno capitalino y la sociedad civil con el recetario saludable, a partir del cual se enseña qué y cómo preparar platillos sanos a bajo costo que son equilibrados por expertos en el área de nutrición de la Universidad Autónoma Metropolitana.
Todos los menús están apegados a las recomendaciones de la FAO y la Organización Mundial de la Salud en relación a los porcentajes adecuados de carbohidratos, proteínas y grasas que una persona debería consumir diariamente.
De manera simultánea a los comedores comunitarios, la barra social del gobierno capitalino también opera “Aliméntate”, que busca garantizar el alimento a la poblac ión en función de su origen étnico, condición migratoria, nacionalidad, apariencia física o situación de calle.
Del buen comer
Los menús de los comedores se apegan a las recomendaciones de la OMS:
>352 comedores operan como parte de la política social del Gobierno de la CDMX
>56,000 platos de comida se ofrecen a diario a ciudadanos en situación de riesgo
>10 pesos es el costo de cada platillo; su precio real sería de 30 pesos
>$118 millones de pesos invirtió este año el gobierno capitalino para atender a los comedores
>500 comedores es la meta para el 2018, distribuidos en las 16 delegaciones