La inmobiliaria Be Grand sigue sumando enemigos.
La construcción del polémico complejo habitacional frente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no será negociado por los colonos.
El colectivo Vecinos Unidos Copilco-Universidad se pronunció ayer para mostrar el respaldo a la Universidad y exigirle no aceptar ningún tipo de acuerdo o negociación con la empresa responsable de la obra que se concluiría en el tercer trimestre de 2019 o principios de 2020.
Jorge Almanza, uno de los opositores al complejo habitacional dijo que la postura de los ciudadanos es clara: “no está en negociación si de los 27 niveles sólo se construyen 15, la zona permite sólo 2 y punto”, precisó.
En el predio donde se proyectó este complejo de departamentos sólo se observa un enorme boquete en el que se excavaron varios metros de profundidad para dar cabida al enorme estacionamiento de autos.
“El objeto de este pronunciamiento es apoyar a la UNAM, que sepa que los vecinos seguimos firmes y nos oponemos; decirle que no le compete hablar con la empresa porque para todos es prioridad mantener la declaración de Patrimonio Cultural de la Humanidad que declaró la UNESCO en esta zona”, detalló.
A la declaración de ayer se sumó el Frente Ciudadano Salvemos La Ciudad encabezado por Édgar Avilés y Mayela Delgadillo, uno de los grupos que logró frenar el polémico proyecto del Corredor Cultural Chapultepec sobre la avenida del mismo nombre en las colonias Roma y Juárez.
Pese a la suspensión definitiva que concedió el juez Quinto de Distrito en Materia Administrativa, Juan Carlos Guzmán, luego de que la UNAM tramitó un amparo contra el proyecto Be Grand, la agrupación vecinal desconfía de la postura del gobierno local al que ve titubear respecto a la obra.
“Están instalados en la zona 2 de amortiguamiento donde se especifica que no se pueden construir más de 2 niveles, en esta zona Patrimonio Cultural de la Humanidad, a ello se suma el agua y vialidad”.
El activista refiere que de manera casi ingenua y engañosa, la empresa ofrece como medidas de “mitigación” la construcción de un nuevo pozo para el agua que de fondo sería para sus inquilinos y no para los edificios aledaños.
“El pozo sería el agua para ellos no para nosotros. La vía para bicicletas, mil 200 cajones de estacionamiento, eso no son medidas de mitigación. De por sí Avenida Copilco es una calle conflictiva con embotellamientos los 365 días del año, si pierden mucho dinero pues ni modo”.
En esta misma situación de ilegalidad se encuentran otras tres construcciones en la zona. Se trata de un complejo de oficinas en Universidad y Tuero, un edificio de 12 pisos con cuatro torres en Universidad 1935 y uno de 6 pisos.
“También están dentro del área de amortiguamiento 2 que corre de Copilco hasta Insurgentes, todo el Parque de la Bombilla, Avenida Universidad, enfrente de la Plaza Oasis Coyoacán y la parte de atrás del parque de 2 Conejos, Cerro del Agua y la barda de Ciudad Universitaria”.
Historia polémica
Los vecinos han encabezado desde 2017 diversas manifestaciones de rechazo, pero a principios de 2018 retomaron con más fuerza las protestas. Ahora también están integrados estudiantes de la UNAM y del cuerpo jurídico de la Máxima Casa de Estudios.
Abiertamente, alumnos de las facultades de Arquitectura y de Derecho dijeron que los edificios afectarían el paisaje, lo que pondría al conjunto universitario en riesgo de perder dicha declaratoria otorgada por la UNESCO.
Para finales de enero de este año, el Consejo Universitario exigió a los diferentes niveles de gobierno impedir la construcción de dos torres por considerar que pondría en riesgo la declaratoria de CU.
La suspensión de labores responde al amparo que se inició el 29 de enero para proteger la declaratoria que la UNESCO le otorgó al campus central en 2007.
Dicho documento, gira en contra de las autoridades que permitieron la obra para dos torres de departamentos de 23 pisos y una de 27 pisos sobre Avenida Copilco.
Luego de la suspensión que concedió el juez y que obliga a la constructora a parar los trabajos, los vecinos opositores se dijeron conscientes de que Be Grand tiene 10 días para impugnar la suspensión ante un tribunal colegiado de circuito.
Dicho recurso podría tardar semanas o meses en resolverse de ahí que temen que durante este tiempo, la poderosa constructora que tiene múltiples complejos de este tipo en diferentes delegaciones de la Ciudad de México pudiera “convencer” a alguien de negociar los niveles y continuar con la obra.