La noche sale cara
“Ya ve que de noche la vida es más cara”, me dice un taxista a las 11 de la noche sobre los elevados costos del taxi nocturno en la Perla Tapatía. Habla del riesgo, de los inconvenientes del taxímetro que en las noches ya no utiliza porque –en síntesis, luego de una larga argumentación con los viajes al aeropuerto y el tráfico- le sale mejor al cliente establecer una tarifa.
Así cliente y taxista se ponen de acuerdo. Prevalece la ley del que se deje, pero generalmente los costos por unas cuantas cuadras –unas 10 para ser exactos- no bajan de los 40 pesos.
Ángel Plascenciahttp://www.youtube.com/watch?v=aI2uHlDltpE
“Ya ve que de noche la vida es más cara”, me dice un taxista a las 11 de la noche sobre los elevados costos del taxi nocturno en la Perla Tapatía. Habla del riesgo, de los inconvenientes del taxímetro que en las noches ya no utiliza porque –en síntesis, luego de una larga argumentación con los viajes al aeropuerto y el tráfico- le sale mejor al cliente establecer una tarifa.
Así cliente y taxista se ponen de acuerdo. Prevalece la ley del que se deje, pero generalmente los costos por unas cuantas cuadras –unas 10 para ser exactos- no bajan de los 40 pesos.
Según otro chofer del Sitio 29, existen “comisiones” de los sitios que se ponen de acuerdo para establecer una tarifa fija (el conductor que contaba el relato mientras nos conducía a la Zona Rosa desde la colonia Santa Teresita, sin taxímetro, es miembro de una), tarifa que si alguien de los que labora en su base no respeta, es castigado.
Todo al final está controlado por uno de los grandes organismos sindicales que en México es obligado -en un binomio desde los tiempos en los que el PRI se llamaba distinto- cuando existen un gran número de empleados: la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
En Guadalajara tenemos el servicio más caro de entre las tres principales metrópolis del país (véase Taxi por los cielos), y pocas alternativas de transporte colectivo nocturno.
En dos relatos de taxistas que laboran en la zona Centro-Chapultepec, jamás se mencionó la actuación de la autoridad responsable de establecer las verdaderas tarifas del transporte público en el estado, ¿en dónde entra la Secretaría de Movilidad en todo este caos? Al menos en la noche, parece que en ningún sitio.
Los taxis de sitio establecen sus propias tarifas y solo cuando recogen gente en la calle, (y eso también puede variar) usan el taxímetro. En la Ciudad de México y Monterrey el uso del artefacto es ineludible, ¿porqué en Guadalajara no?
La Ley de Servicios de Vialidad, Tránsito y Transporte del Estado de Jalisco establece la obligatoriedad del taxímetro en sus artículos 85 y 173, pero en la realidad, sobre todo en la noche, pocas veces se usa el aparato.
Y las líneas de autobuses Búho Nocturno son pocas y han ido disminuyendo. Actualmente solo se cuenta con ocho líneas para toda la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG), que son mínimas considerando que operan normalmente en el día alrededor de 195 rutas en toda la ciudad, según cifras del Centro Estatal de Investigación de la Vialidad y el Transporte.
Con menos de un 5 por ciento de la cobertura, es difícil creer que menos del 10 por ciento de los usuarios de transporte público no se traslade por la noche, luego de las 11, cuando todo cuesta más caro.
Otras opciones son la bicicleta o caminar, pero la Zona Rosa (Centro-Chapultepec) vive una crisis de seguridad denunciada por los vecinos, lo que hace peligroso su recorrido de esta forma. El propio alcalde de Guadalajara, Ramiro Hernández, recomendó a los ciudadanos “no confiarse” en dicha zona.
Todo tapatío conoce la historia de alguien que ha sido asaltado o que ha sufrido del robo de autopartes en el primer cuadro de la ciudad.
Tras el anuncio de la creación de “El Torito” (cárcel especial para detenidos que manejen en estado de ebriedad) en su versión tapatía, se abren interrogantes sobre la aplicación de una política pública como alternativa al uso de vehículos durante la noche.
Porque las opciones que ofrece Guadalajara son costosas, por lo tanto, inaccesibles para algunos.
Y es que si bien la medida del alcoholímetro es necesaria para evitar accidentes, también es cierto que la Secretaría de Movilidad del Gobierno de Jalisco no ofrece alternativas adecuadas para la movilización de visitantes nocturnos.
Transportarse luego de la estadía en un bar o establecimiento en la noche no implica tanto esfuerzo en algunas grandes ciudades del mundo.
Metrópolis como Buenos Aires, Argentina, tienen trabajando las 24 horas del día varias de las líneas del transporte colectivo, de hecho a la gran mayoría de ellas.
En la Ciudad de México, aunque no existe este tipo de alternativa de transporte colectivo nocturno, al menos se cuenta con un servicio de taxi de menor precio que el que se brinda en Guadalajara. Lo mismo pasa en Monterrey.
Además, en Guadalajara la tarifa nocturna es más elevada que en cualquiera de las principales ciudades del país.
Lo que deja a la gente que vive de noche con muy pocas opciones, a expensas de lo que un taxista o una comisión de taxistas decidan. Visitantes de la ciudad se quejan de la falta de taxímetro; pero en el discurso punitivo de la autoridad de Movilidad ni siquiera es mencionada la falta de alternativas de transporte.
En Jalisco la autoridad de Vialidad multa, sanciona. Es lo que se estila. Las deficiencias en el transporte público y los elevados costos de los taxis, no son su prioridad.
Sobre los abusos de taxistas
Artículo 85.- El servicio de autos de alquiler, taxis o radiotaxis se prestará en vehículos cerrados, aprobados para el tipo de servicio, sin itinerario y sujeto a tarifa con taxímetro, el cual será de uso obligatorio; y podrá tener o no horario.
Artículo 173.- Se sancionará con multa equivalente a veinte días de salario mínimo general, vigente en la zona económica en donde se cometan las siguientes infracciones:
VI. No usar taxímetro o cobrar una cuota mayor a la que resulte de aplicar la tarifa correspondiente.
VII. Aplicar condiciones diferentes de las autorizadas en la prestación del servicio.
‘El Torito’ tapatío
En aproximadamente tres meses se busca habilitar la cárcel para personas que conduzcan en estado de ebriedad en la Zona Metropolitana de Guadalajara.
El secretario de Movilidad, Mauricio Gudiño, señaló a finales de julio que “El Torito”, como comúnmente se les designa a estos sitios, estará habilitado cuando la nueva Ley de Movilidad entre en vigor.
Aunque todavía se desconoce el sitio donde estaría ubicado el centro de reclusión, se dice que podría acondicionarse en las instalaciones de La Curva.
Gudiño ha hecho énfasis en sus declaraciones sobre la importancia de que exista una legislación de este tipo en Jalisco, pues a diferencia de otras entidades, como el Distrito Federal, en el estado no existía normativa que impusiera multas severas a conductores ebrios.
Ahora, a partir de los 50 mililitros el infractor será multado por entre 150 y 200 salarios mínimos; si rebasa los 80, permanecerá arrestado entre 12 y 36 horas.
En ninguna de sus declaraciones el secretario de Movilidad habló sobre las alternativas para los ciudadanos que deseen circular a altas horas de la noche en Guadalajara.