La pugna por la dirigencia petrolera
Los aspirantes a derrocar al líder del STPRM, Carlos Romero Deschamps, coinciden en que el historial del exsenador priista y de sus cercanos está plagado de corrupción. Este año, los trabajadores de la petrolera definirán a su nuevo dirigente
Salvador VegaEl sector petrolero del país atraviesa por uno de sus momentos más difíciles en décadas.
En términos financieros, el reciente descalabro de Petróleos Mexicanos (Pemex) en sus calificaciones internacionales, motivaron al Gobierno federal a emprender una acción de rescate, con la promesa de una inyección directa de 5 mil 500 millones de dólares a la empresa productiva del Estado.
Este plan, sumado al ahorro derivado de la lucha del presidente Andrés Manuel López Obrador para reducir el robo de combustibles son medidas urgentes para contrarrestar una crisis que por años se ha incubado en el núcleo de la empresa productiva del Estado y que alimenta la incertidumbre tanto de inversionistas como expertos del sector bancario.
El Banco de México inclusive ya ha advertido que las finanzas de la petrolera representan un riesgo para la economía del país.
Sin embargo, la tormenta que se dibuja en el horizonte para Pemex no es exclusivamente financiera, sino laboral; y es que en la actualidad, los trabajadores de este sector se encuentran en una encrucijada que los mantiene en un debate sobre el futuro del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) y la sombra de la corrupción que rodea a la figura de su dirigente, Carlos Romero Deschamps.
Aunque por unanimidad, los movimientos más fuertes dentro de la disidencia del sector petrolero coinciden en que se deben combatir los abusos que por años ha propagado el líder petrolero a través de las 36 secciones del STPRM, los caminos para lograr estos objetivos, así como el rescate de la industria petrolera se excluyen entre sí.
Por un lado el Movimiento Nacional de Transformación Petrolera, dirigido por María del Lourdes “Lula” Díaz, mantiene la idea de reivindicar al STPRM a través de elecciones limpias con apego a los preceptos de la democracia sindical.
Por otro una nueva corriente que impulsa la idea de construir un nuevo paradigma sindical, alejado por completo de la mano de Romero Deschamps, propició la consolidación de un nuevo sindicato conocido como Petromex.
Cortar el árbol de raíz
“¿Por qué decimos que la corrupción le pega en todos los sentidos a Pemex?, porque es la empresa que mantiene en gran parte la economía nacional (…) Es la empresa que está sosteniendo como columna vertebral la economía del país. Por eso es importante cuidarla”, asegura Óscar Solórzano Méndez, vocero nacional y fundador del sindicato Petromex, en entrevista con Reporte Indigo.
A su consideración, en las últimas décadas ha existido dentro de la empresa productiva un “sindicato corrupto y corruptor”; un organismo que es imposible sanear y que por eso es mejor denunciar desde una organización obrera nueva.
“Llegamos a la conclusión de que nuestro árbol (STPRM) no quedaría saneado con sólo cortarle las ramas. Había que sacar ese árbol, desecharlo y sembrar uno nuevo… ahí nació la idea de Petromex”, señala el dirigente.
Para Solórzano Méndez, hacer efectiva la Cuarta Transformación desde su sector implica manifestar que el sindicato de petróleos es un ente corrupto y que la injerencia de su dirigente en las decisiones macroeconómicas del país es total.
“Hay que denunciar públicamente que la dirección de recursos humanos de Pemex en todo el país está a las órdenes de Carlos Antonio Romero Deschamps”, agrega Solórzano.
Petromex, antes conocido como Movimiento de Regeneración Nacional Obrero y Sindical (Morenos) es un organismo que se encuentra en vías de la legalidad y que representa –de acuerdo con su vocero– a 25 mil trabajadores petroleros del país.
En un primer momento, Solórzano asegura que su organización estudiaba la posibilidad de incidir en las convocatorias para ganar las elecciones de las 36 secciones sindicales y así poder “correr a Romero y a todos sus ladrones”, sin embargo, luego de un análisis del sentido práctico de luchar por un proceso democrático con votaciones, los disidentes decidieron optar por la construcción de un nuevo sindicato.
Contra la vorágine
“No compartimos para nada la fundación de ese sindicato (Petromex). Nosotros creemos que el objetivo principal debe ser recuperar nuestro sindicato, que es la herencia de nuestros padres y nuestros abuelos. Nosotros no podemos permitir que otro sindicato se funde; este es el histórico, el que trae la lucha de nuestros trabajadores”, afirma María de Lourdes “Lula” Díaz Cruz, quien es la primera mujer candidata a la titularidad del comité ejecutivo nacional del STPRM, rumbo al proceso democrático que viene para el organismo este mismo año.
Desde la perspectiva de Lula, el Movimiento Nacional de Transformación Petrolera (MNTP) es la primera fuerza sindical a nivel nacional organizada en las 36 secciones, y tienen como objetivo el rescate de toda una industria que se ha visto afectada por los intereses de particulares.
Sin embargo, considera que la lucha del MNTP es en dos frentes: la denuncia del uso faccioso del Senado de la República para desarticular el movimiento y la mano de Romero Deschamps a través de los contendientes para la próxima elección sindical.
“La gente que formó Petromex es gente de fuera, como Óscar Solórzano, priista y gente de Murat. También están (los senadores) Salomón Jara, Ricardo Monreal y Cecilia Sánchez… gente inmiscuida en este sindicato, utilizando la doble moral. Están utilizando fuerzas en STPRM y fuerzas en Petromex, o sea, les están apuntando a las dos para ver cuál es la que resulta con mayor potencial”, añade Díaz.
“Nosotros no compartimos la creación de Petromex porque consideramos que lo formó Salinas de Gortari para dividir las fuerzas democráticas y crear intereses individuales, no colectivos. Nos queda claro que ese sindicato lo formó una minoría de trabajadores que fueron a alinear sus intereses económicos y políticos”, remata la aspirante al cargo.