La ‘rabia’ contagia a la Red
Un hombre sube a la Red un video de la tortura de perros y gatos. Semanas después, tiene que huir de la ciudad por amenazas de los usuarios.
Una tienda de mascotas es acusada de maltrato y negligencia. Al día siguiente, las autoridades clausuran el local por presiones de activistas.
Una mujer recorre las calles con un perro amarrado a la defensa de su carro. Rápidamente, las redes sociales la crucifican y ella asegura que tiene miedo de salir de su casa.
Carolina Hernández
Un hombre sube a la Red un video de la tortura de perros y gatos. Semanas después, tiene que huir de la ciudad por amenazas de los usuarios.
Una tienda de mascotas es acusada de maltrato y negligencia. Al día siguiente, las autoridades clausuran el local por presiones de activistas.
Una mujer recorre las calles con un perro amarrado a la defensa de su carro. Rápidamente, las redes sociales la crucifican y ella asegura que tiene miedo de salir de su casa.
Cada día son más los casos en los que en las redes sociales toman la estafeta en contra del maltrato a los animales y, gracias a la presión que ejercen los internautas, las autoridades se ven obligadas a intervenir.
En los últimos meses se dio una especie de boom en el tema de maltrato de animales. Fotografías y videos con alto contenido de violencia han sido la constante en Internet, y las airadas reacciones, la consecuencia inmediata.
Perros alimentados con gatos, gatos desollados, perros crucificados, delfines, focas, vacas, aves… ningún animal se ha escapado de la tortura y exhibición.
Algunas imágenes han sido colgadas en la Red por sus propios autores, y otras se han hecho virales bajo el argumento de “compartir para concientizar”.
Así, para las personas de estómago sensible, navegar por Facebook se vuelve a veces un terreno minado. Pocos minutos pasan para que una foto con algún animal maltratado aparezca en pantalla.
La indignación de los cibernautas ha sido generalizada y la presión mediática ha logrado resultados. Las autoridades han tomado cartas en el asunto y en varios estados ya se contemplan reformas a las actuales leyes de protección a animales.
En Puebla, los legisladores tienen en su lista de pendientes hacer regulaciones a la ley actual a consecuencia de la difusión del sonado caso de Juan Castillo Pérez, “El Matagatos”, quien el 6 de julio de compartió en su Facebook fotos y videos en las que se aprecia a dos perros cachorros colgados de las orejas en un tendedero y a unos pitbull despedazando a un gato amarrado.
Fue tal la indignación por sus acciones, que a un mes de la difusión de las imágenes la familia de Castillo Pérez aseguró que el joven originario de San Martín Texmelucan tuvo que salir del estado “por razones de seguridad”, pues vivía en bajo constantes amenazas.
A principios de julio, tres tiendas de la cadena “+KOTA” fueron clausuradas en Jalisco luego de un boicot virtual que miles de cibernautas realizaron durante una hora, en protesta por las condiciones supuestamente estresantes en que se encuentran los animales que venden.
Con el hashtag #CerremosMaskotaMexico la protesta llamada “Denuncia a +Kota” llegó al segundo lugar en los trending topic de Twitter durante esa semana.
En Nuevo León, el pasado 21 de julio, Isabel Melchor arrastró a un perro atado a la defensa trasera de su camioneta hasta matarlo.
La foto circuló en las redes sociales generando numerosas reacciones de molestia. La mujer fue denunciada, pero además, el incidente ayudó a que en la cámara de Diputados en el estado se propusiera realizar reformas a la actual Ley de Protección de Animales.
¿Están las autoridades actuando en consecuencia de lo que se publica en las redes sociales? ¿Se requiere, entonces, la exposición del maltrato animal y de la violencia extrema en Internet para lograr cambios a las leyes actuales?
El caso más reciente es el de San Luis Potosí, en donde el Congreso del Estado aprobó la Ley Estatal de Protección Animal, que presentó el diputado de Acción Nacional (PAN) Alejandro Lozano González.
En la nueva legislación se establecen sanciones que van desde tres meses a un año de cárcel, y multas de hasta 100 salarios mínimos a quien se le compruebe el maltrato animal.
El detonante fue un video que circuló en las redes, el cual muestra a una mujer quien, para correr de su casa a un perro, le vacía encima aceite hirviendo, lo que provocó serias quemaduras en la piel del animal, las cuales ameritaron más de un mes de atención médica.
Las Redes como apoyo
Para Vanessa Calvillo, vicepresidenta de Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASDEM), las redes sociales han sido una herramienta muy importante para dar a conocer casos de maltrato y lograr que, al menos, se sancione a los responsables.
Incluso, señala, algunas dependencias, como la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (Propaem), tienen ya en su página de Internet la opción para hacer las denuncias en línea, lo cual facilita a los ciudadanos tomar la decisión.
El maltrato como delito
Yucatán y San Luis Potosí se unieron recientemente a los estados mexicanos que reconocen el maltrato a animales domésticos como un delito. Distrito Federal, Colima, Guerrero y Nayarit ya estaban en esa sintonía.
Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASDEM), que preside Marina Mercado, ha mandado a las autoridades sus propuestas para atacar de raíz el problema del maltrato animal.
Enviaron una iniciativa a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para que se incluya en el plan de estudios una materia que fomente el respeto a los animales.
También presentaron en el Distrito Federal un proyecto para convertir los antirrábicos en centros de atención caninos.
La idea, aseguran, es cambiar la forma de trabajar. Concientizar, educar, crear una cultura de respeto y trato justo para los animales que, por alguna razón, tienen que ser sacrificados.
Las leyes son letra muerta
Prácticamente en todos los estados de México hay una ley de protección a los animales. Y prácticamente en todos los estados de México es letra muerta.
Vanessa Calvillo, vicepresidenta de Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASDEM), asegura que la situación es muy clara: para que las leyes funcionen, hay que ejecutarlas. Y en este país, las leyes de protección animal no se aplican.
Solo el Distrito Federal, Colima, Guerrero, Nayarit, Yucatán y San Luis Potosí tienen tipificado como delito el maltrato animal, en los demás estados los reglamento lo consideran solo una falta administrativa.
Aunque Calvillo considera que los reglamentos existentes tienen, en esencia, todo para ser efectivos, muestran ciertas lagunas que los hacen confusos y poco expeditos.
No existe un organigrama claro, agrega, y en caso de una denuncia por maltrato nadie sabe a quién le corresponde tomar acciones.
“El problema es que a veces el denunciante cree que con solo denunciar ya está hecho todo y resulta que, como en cualquier proceso legal, después de poner la denuncia hay que ir a ratificarla, si no, no procede… y ahí es donde se estanca”, explicó.
Y eso es solo una parte del problema, destacó, pues aún cuando se denuncia la sanción es mínima, pues en la mayoría de los estados el maltrato animal no está tipificado como delito. Así que lo más alguien obtiene al ser denunciado es una pequeña multa.
Lo que APASDEM propone es, primero, que el maltrato animal sea considerado un delito para que así quienes incurran en esta falta, puedan ser sancionados con cárcel o multas más significativas.
Además, que se cree una ley federal de protección a animales que, en conjunto con las leyes estatales, procure que los derechos de estos seres vivos sean respetados.
Aunque no desestimó los esfuerzos que las autoridades han hecho en este tema, la vicepresidenta de esta organización conformada por 99 grupos protectores de todo el país, indicó que la sociedad se ha hecho un tanto inmune a la crueldad animal.
“Lo justifican porque es un animal, así lo ven, y no pasa nada… pero es una cuestión de valores. ¿Qué podemos esperar de un niño que maltrata a un perro, que corta un árbol, que tira basura? Es lo mismo”, dijo.