La ruina del suicida

“El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y constituye un problema importante de salud pública”, advertía ya hace más de 10 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Informe Mundial Sobre Violencia y Salud.

La afirmación está más que vigente hoy, cuando el problema es relevante para el estado, pues Jalisco se ubica en el segundo lugar con más casos suicidas y está además por encima de la media nacional.

Jonathan Ávila Jonathan Ávila Publicado el
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"El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y constituye un problema importante de salud pública”
Organización Mundial de la Salud
"El suicidio es una enfermedad social (…) La exclusión, marginación y vulnerabilidad, caracterizadas por la ausencia  de trabajo (son algunas causas)"
Isabel Valadez FigueroaInvestigadora de la UdeG
https://www.youtube.com/watch?v=1x-q53X7uak

“El suicidio es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y constituye un problema importante de salud pública”, advertía ya hace más de 10 años la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su Informe Mundial Sobre Violencia y Salud.

La afirmación está más que vigente hoy, cuando el problema es relevante para el estado, pues Jalisco se ubica en el segundo lugar con más casos suicidas y está además por encima de la media nacional.

Alrededor del 22 por ciento de los suicidas de diferentes edades dejan una nota póstuma en la que describen por qué han decidido quitarse la vida. 

En el 40 por ciento de esos escritos, el desempleo, la ruina económica, problemas legales que impiden el pago de deuda están plasmados como la principal razón.

Isabel Valadez Figueroa, académica de la UdeG, dice en su artículo “El macrocontexto como estructurante para el riesgo suicida en los adolescentes”, publicado en el libro “Abordajes multidisciplinares sobre el suicidio en México”, que el fenómeno suicida debe ser abordado desde la visión de la globalización, cuyos cambios socioeconómicos han generado afectaciones en el comportamiento humano cotidiano.

“Son tantos y tan rápidos los cambios que se vienen produciendo en las últimas décadas que las formas en que los sujetos establecen y definen sus vínculos, organizan su convivencia, ha generado movimientos de lugar a los distintos sectores sociales”, según el texto de la especialista.

En entrevista con Reporte Indigo, Valadez Figueroa señaló que la mayoría de los estudios de los  suicidios están concentrados en los problemas psicológicos de los enfermos, pero no miran haca los orígenes de aquello que los llevó a suicidarse.

“En este caso yo considero que el suicidio es una enfermedad social”, enfatizó.

Alerta adolescente

Los casos de suicidios en jóvenes y adolescentes constituyen gran parte de la alarmante problemática local: de enero de 2013 y hasta el 28 de febrero de este año, los suicidios en menores de edad alcanzan los 170 casos, de acuerdo con cifras del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).

En los últimos tres años, los suicidios en la población de los 18 a los 34 años ha pasado de 236 en 2012 a 281 en 2014.

La investigación de la académica apunta a que con la globalización se han debilitado los sistemas referenciales cercanos, como la familia, la escuela y los entornos vecinales, los cuales se han visto afectados por los cambios económicos que desde los años 80 del siglo pasado suceden en el país.

“Tenemos que hablar, entonces, que ese proceso de globalización de las economías hace que el sujeto adolescente se ubique en un contexto de riesgo social”, declaró.

En ese contexto, de acuerdo con su artículo –publicado en 2011–, los nuevos valores mediáticos promueven el individualismo y la búsqueda por el placer del mismo individuo, y vienen acompañados con la incitación del consumo excesivo, el lucro, la exaltación desmedida y la belleza como fin para un éxito fácil.

“El consumismo exacerbado, la satisfacción inmediata, la cultura de vivir el momento. La exclusión, marginación y vulnerabilidad, caracterizadas por la ausencia de trabajo y escasez de oportunidades sociolaborales, fragilidad de las relaciones sociales y el aislamiento social”, según el análisis de la especialista.

Es así que la sociedad no garantiza una estructura productiva y benéfica a los jóvenes, para que éstos generen proyectos de vida, lo cual a su vez produce en éstos desconfianza, conflicto, aislamiento social y un camino hacia conductas psicológicas que causan actos de violencia autoinfligidas.

“En esa interrelación constante el individuo se está formando, entonces sus vínculos cercanos es la familia, la escuela y el entorno vecinal, y cuando hablo de que todo este proceso de globalización está trayendo el debilitamiento de estas instituciones proveedoras de valores, de formación, de seguridad, es que están fallando”, dijo Valadez Figuera en entrevista.

Concluyó que el suicidio en los adolescentes pone de manifiesto el debilitamiento de las sociedades que enfrentan cambios culturales, como la mexicana.

Tabú social

“En gran parte del mundo el suicidio está estigmatizado, es decir, condenado por razones religiosas y culturales, y en algunos países el comportamiento suicida constituye un delito castigado por la ley. Es, pues, un acto subrepticio y rodeado de tabúes”, señalaba la OMS en su resumen ejecutivo del Informe Mundial sobre Violencia y Salud, de la OMS en 2002.

Ante ese dato el organismo internacional detalló que las muertes pueden estar marcadas por dichos sesgos que produzcan la reticencia o el ocultamiento de las actas oficiales de defunción por suicidio.

“Tenemos una ambivalencia respecto a las actitudes. La sociedad, al abordar la muerte, es un tema que lo esquiva por un lado. Puede hacer altares, chistes, calacas (…) pero por otro lado hablar de la propia muerte, la muerte de los familiares, es algo que se esquiva”, explicó el investigador de la UdeG, Francisco Gutiérrez Rodríguez.

Aun cuando los casos de suicidio en donde se involucra el tema religioso han sido casi nulos en la entidad, el 19 de enero pasado se dio a conocer la noticia de un hombre que recurrió a esta práctica al interior de la Catedral Metropolitana de Guadalajara.

En ese tenor cabe destacar que el 80 por ciento de los suicidas prefiere recurrir a dicha práctica en el interior de su casa o en sitios cerrados.

“Durante mucho tiempo el cuerpo del suicida no era inhumado en tierra consagrada, se aplicaba la pena de excomunión, se confiscaban sus bienes, era arrastrado el cuerpo cabeza abajo, se le amputaba la mano derecha y una estaca en el corazón, esto porque el suicidio era inspirado por el demonio.

“Es a partir del Concilio Vaticano de Trento (de los años 1545 a 1563) donde se levanta la pena de excomunión a los suicidas y ahora se hace misa de cuerpo presente

“Pero los sectores, los diferentes actores que implica la atención desde el sector religioso o la comunidad en general no están exentos de seguir cargando estas representaciones mágico-religiosas en torno al fenómeno suicida”, dijo el experto.

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