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La familia Zavala Gómez del Campo tiene un aliado poderoso en su lucha por controlar espacios al interior del Partido Acción Nacional.
Los escándalos que acompañaron la llegada de Felipe Calderón a la presidencia en 2006 quedaron atrás ya que sus alianzas están fortalecidas de cara a la contienda interna por la dirigencia.
La causa: desde 2009 el hermano de Margarita Zavala, Diego Hildebrando, se asoció con el magnate de México Carlos Slim, que ya funge como el socio mayoritario de su compañía de software.
Documentos de la Bolsa Mexicana de Valores obtenidos por Reporte Indigo revelan que desde 2009 el Grupo Carso ha inyectado recursos a la empresa.
Ahora posee el 71 por ciento de sus acciones y es, en la práctica, su dueño.
Así, el consorcio Hildebrando ha logrado expandirse por el continente y se ha fortalecido como una de las compañías más importantes de México, de la mano de Slim.
La sociedad se gestó y desarrolló mientras Margarita Zavala era la primera dama y las empresas del Grupo Carso obtenían contratos millonarios con la administración calderonista, especialmente en temas relativos a seguridad.
Socios desde 2009
El primer reporte de las empresas de Slim a la Bolsa Mexicana de Valores donde aparece la compañía de Hildebrando Zavala es de diciembre de 2010.
Un año antes se había comentado en medios que Grupo Carso negociaba una alianza con Hildebrando a través de su empresa de desarrollo de software Eidon.
Pero este vínculo no se hizo oficial hasta 2010, justo cuando la compra de acciones comenzó a aparecer en los reportes de la Bolsa.
Faltaban dos años para que Margarita Zavala dejara su puesto como primera dama, cuando el balance general presentado por Teléfonos de México (Telmex) a la Bolsa, registró la compañía desarrolladora de software.
En este documento se observa que Hildebrando S.A. de C.V. es una compañía “asociada” de Telmex.
La empresa de telefonía compró 462 mil 768 acciones de Hildebrando, que equivalían al 17.63 por ciento de la empresa.
El porcentaje de acciones se mantuvo hasta el tercer trimestre de 2013, fecha más reciente en que han sido actualizadas su base de datos en la Bolsa.
El documento especifica que gastaron 155.7 millones de pesos en la compra de las acciones.
En una revisión cronológica, la transacción tuvo lugar meses después de que Slim logró el control del sistema Plataforma México, que agrupa la información de inteligencia del país y fue una de las principales apuestas del gobierno calderonista (Reporte Indigo, 25 de octubre de 2008).
El costo de estas acciones en diciembre de 2010, según la base de datos de la Bolsa, había aumentado a 167.7 millones de pesos.
De aquí se deriva que el costo total de la compañía era ya de 951 millones de pesos, unos 77 millones de dólares al tipo de cambio de esa fecha.
En septiembre del año pasado las acciones se habían depreciado hasta 111.7 millones de pesos, pero Slim las mantuvo como parte de su capital.
En diciembre de 2010 la participación accionaria en Hildebrando no se limitaba solo a Telmex.
El reporte de esa misma fecha de Telmex Internacional también lo menciona como “empresa asociada”.
Esta otra compañía de la familia Slim había adquirido 481 mil 656 acciones de la empresa de desarrollo tecnológico. Con esta compra, controlaron otro 18.35 por ciento de sus acciones.
El costo de adquisición de este otro porcentaje fue de 247.9 millones de pesos. En diciembre de 2010, las acciones se habían devaluado a 179 millones de pesos.
La alianza entre Slim y la familia Zavala se mantenía a pesar de que la situación financiera de Hildebrando no mejoró en ese periodo.
En marzo del año pasado el valor de las acciones que tenía Telmex Internacional habían caído hasta 145 millones de pesos, pero se mantenían como activos de Telmex Internacional.
En el mismo periodo las acciones que Telmex compró en Hildebrando aumentaron de valor, mientras las que compró Telmex Internacional en la misma compañía, disminuyeron.
Inversiones de Inbursa
A pesar de la caída en el valor de las acciones de Hildebrando, el Grupo Carso no abandonó a la familia Zavala.
De acuerdo con el resultado del cuarto trimestre de 2011, reportado por el Grupo Financiero Inbursa, Hildebrando era una de las compañías en la que tenían “inversiones permanentes”.
Estaban catalogadas como inversiones en capital de riesgo. La inversión en la empresa inició también en 2009, con 237 millones de pesos.
Al final de 2011, Inbursa había invertido 295 millones de pesos en Hildebrando y no había retirado un centavo, aun cuando las ganancias nunca fueron superiores a los 30 millones de pesos anuales.
El cambio sucedió de forma coincidente con la salida de Felipe Calderón de Gobierno Federal.
El reporte del Grupo Financiero a la Bolsa, en diciembre de 2012, indica que la inversión había descendido a 273 millones de pesos, ya que en ese periodo los resultados de la compañía fueron negativos.
La empresa de Slim no apoyó con ningún recurso extra. Se limitó a dejar lo que ya tenía invertido y a cobrarles 14 millones de pesos en primas de seguros.
Carso ya es mayoritario
Carso y Hildebrando comparten una sociedad en que el primer grupo, del magnate Carlos Slim, posee ya el 71 por ciento de las acciones totales de la empresa en plena expansión. Desde el 2009 el grupo de Slim entró con una mínima participación que fue creciendo a pesar de que las acciones se devaluaron. Ahora Carso tiene mayoría y con ello ha aumentado su campo de trabajo en otros países como Chile y Estados Unidos.
> 71%
Acciones de Hildebrando del Grupo Carso de Slim
> 17.63%
Participación de Carso en Hildebrando en 2009
> 155.7 mdp
Primera inversión
> 167.7 mdp
Valor de sus acciones en 2010
> 951 mdp
Valor total de Hildebrando 2010
> 5 mil
Empleados de Hildebrando
111.7 mdp
Valor acciones de Carso en Hildebrando en septiembre 2013
325 mdd
Ventas globales Hildebrando en 2011
El escándalo de 2006
La relevancia pública de Hildebrando Zavala inició en 2006, coincidente con las elecciones que llevaron a Felipe Calderón a la presidencia.
En ese momento el fundador de la revista Proceso, Julio Scherer García, obtuvo de una fuente confidencial la copia de una transferencia electrónica en la que se observaba un pago realizado por el CEN del PAN a la empresa de software por 11.9 millones de pesos.
El objeto era la “captura de datos de simpatizantes de candidatos de Acción Nacional”, según relata Scherer en su libro Calderón de Cuerpo Entero, publicado por la editorial Grijalbo en 2012.
Durante ese proceso electoral, el excandidato presidencial y actual líder de Morena, Andrés Manuel López Obrador, denunció que Hildebrando había sido beneficiado con numerosos contratos durante el gobierno de Vicente Fox y había incurrido en evasión fiscal.
La izquierda presentó una denuncia ante la Procuraduría General de la República contra la compañía por el uso ilegal de los padrones electorales, pero no prosperó durante la administración de su cuñado.
Aunque el propio Diego Hildebrando Zavala admitió en 2006 que su empresa había obtenido contratos de Pemex mientras su cuñado fue secretario de Energía, en los seis años del calderonismo la compañía continuó su expansión.
Nunca fue procesada por ninguna autoridad.
Socios en telefonía celular
La participación de Slim con Hildebrando alcanzó también a América Móvil, el operador de telefonía celular que catapultó a la familia de origen libanés como la más rica del mundo.
Al término de la administración calderonista, América Móvil poseía el 35 por ciento de Hildebrando, según el consolidado de sus estados financieros de 2010 a 2012 entregados a la Bolsa.
Con este porcentaje ya Slim controlaba la compañía: tenía en total el 70.98 por ciento, más que suficiente para guiar el destino de la empresa.
En noviembre de 2011 la prensa estadounidense dio cuenta de que también la desarrolladora de software entraba al mercado de ese país “con financiamiento de Carlos Slim”.
Una entrevista otorgada por el presidente de Hildebrando EU, David Sanders, al portal Near Shore Americas, reveló que “Grupo Carso, parte del imperio de Slim, controla una parte de Hildebrando”.
Con esta sociedad buscaron ingresar al mercado de las compañías medianas, con especial atención a las ciudades de Seattle, Los Angeles, San Diego, Dallas y Miami.
Con esta misma posesión Hildebrando se convirtió en una de las armas con las que Slim entró a competir al mercado de telecomunicaciones en Chile.
En abril de 2012 surgió de manera formal Hildebrando Chile como una de las filiales de Claro, la marca con la que el magnate mexicano ha competido fuera del país en el campo de la telefonía celular.
La prensa chilena, incluso, la presentó como “una subsidiaria del Grupo Carso”, la cual ingresaba al mercado chileno con una inversión de 100 millones de dólares, a colocarse entre 2012 y 2017.
Diego Hildebrando Zavala estuvo presente en la inauguración de las oficinas y declaró que pretendían convertirse en “un proveedor relevante para grandes y medianas empresas y proyectos tecnológicos requeridos por las áreas gubernamental, financiera, de telecomunicaciones, retail, industrial y especialmente minera”.
En todas las áreas mencionadas por Zavala la familia Slim tiene inversiones.
El hermano de la esposa del expresidente Calderón anunció en ese momento que había tenido en 2011 ventas globales por 325 millones de dólares y contaba con más de 5 mil empleados.
Luego de la llegada de Slim a la compañía, inició su expansión en el continente. En 2011 abrió sedes en Perú y Colombia. Ese año “robusteció su presencia en Estados Unidos, Brasil y Guatemala”, como refiere la misma empresa en su sitio web.
En la presentación en Santiago, el gerente general de Hildebrando Chile, Antonio Medina Mora, no dejó dudas de su vínculo con Slim.
Dijo: “Chile es para nosotros un mercado atractivo como lo ha sido para todo el Grupo Carso. Nos sentimos parte de un mismo grupo que invierte muy fuertemente en Chile”.
De colofón, anunciaron que el primer cliente de Hildebrando en ese país era precisamente la compañía Claro, de la cual serían “proveedor tecnológico en la ampliación de sus ofertas de telecomunicaciones”.
La oficina de Hildebrando Chile se instaló en el edificio de Claro, en la zona empresarial de Huechuraba.
Tuvo como padrinos de inauguración al director de mercado empresarial de Claro Chile, Sergio Morales, al director de sistemas y procesos de Claro Chile, Gabriel Rosenberg y al gerente de Claro Chile, Gerardo Muñoz.
En una entrevista concedida al diario local La Tercera, Hildebrando se asumió como una empresa con 200 clientes corporativos y que cotizará en la Bolsa Mexicana de Valores a partir de 2015.