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La solidaridad puede más…

Originalmente los centros de acopio del DIF iban a concluir sus actividades ayer, pero Angélica Rivera, esposa del presidente Enrique Peña Nieto, decidió prolongar las labores

Por Ernesto Santillán

Las ganas de ayudar desinteresadamente recorren el cuerpo de quien visita uno de los centros de acopio que hay en la Ciudad de México. No importa la clase social, no importa la edad o la nacionalidad. Lo que realmente importa es poder generar un cambio positivo y real en las comunidades más afectadas por el terremoto del pasado 7 de septiembre.

En un recorrido realizado a través de tres de los principales centros de acopio en la Ciudad de México se constató lo que los mexicanos somos capaces de lograr cuando hay una misma meta.

En Campo Marte, el Instituto Nacional de Perinatología y en la casa del Maestro Oaxaqueño se observó la fama que tienen los mexicanos de ponerse la camiseta a la hora de ayudar cuando un desastre natural azota cualquier región del planeta.

En las cifras oficiales al día de hoy se han contabilizado más de 2 millones de personas que quedaron desamparadas, más de 800 mil viviendas e inmuebles destruidos y por lo menos 98 personas muertas.

“Lo que a la madre naturaleza le tomó destruir un minuto, a nosotros nos va a tomar años reconstruirlo”, reflexiona Salvador Acevedo García, encargado de organizar el centro de acopio Casa del Maestro, ubicado en Avenida Coyoacán 939 colonia Del Valle, mientras a su alrededor diversos voluntarios que se han tomado el tiempo de ir a colaborar con la clasificación y empaquetamiento de los víveres y productos de primera necesidad van y vienen cargados con los diversos artículos que cientos de personas han donado desinteresadamente.

En los siete días que el centro de acopio lleva operando se reunieron más de 108 toneladas de ayudas en especie y han recibido aproximadamente a cerca de 400 voluntarios que han colaborado con ellos en las diversas tareas.

“Han estado aquí con nosotros desde estudiantes de primaria hasta boy scouts, hemos forjado amistades con personas que nunca habíamos visto y con quienes nunca habíamos hablado; todo gracias a que estamos empeñados en ayudar a las víctimas del terremoto”, relata.

Chava, como lo apodan quienes colaboran con él, explica que en ese centro las ayudas recolectadas serán enviadas exclusivamente a los habitantes más afectados que habitan en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, donde los dos hospitales de Juchitán y el de Ixtepec quedaron tan afectados que ahora los médicos deben atender a los pacientes en terrenos baldíos a la intemperie.

A diferencia del centro de acopio ubicado en la Casa del Maestro Oaxaqueño, en el Campo Marte, donde el DIF tiene uno de sus principales lugares para la recolección de víveres, la organización, recibimiento y envíos de ayudas resulta más complicada, pues los voluntarios que colaboran ahí tienen la obligación de repartir equitativamente, entre los estados y comunidades afectados todas las donaciones que los miles de mexicanos han depositado en sus manos.

De entre las personas que colaboran ahí se ve personal de la Secretaría de Salud, del propio DIF y alumnos de algunas escuelas que llegan con decenas de cajas de productos no perecederos.

Mientras los estudiantes catalogan lo donado, algunos voluntarios empacan y otros cargan los camiones.

“Actualmente sacamos entre 700 y 750 vehículos que contienen en promedio ocho toneladas en despensas cada uno, esto equivale a enviar cerca de 1500 cajas de ayuda diariamente a los diversos municipios afectados”, comenta Ricardo Carrillo, responsable de la organización en el Campo Marte.

Originalmente los centros de acopio del DIF iban a concluir sus actividades el día de ayer, sin embargo, ante la severa crisis, Angélica Rivera, la esposa del presidente Enrique Peña Nieto tomó la decisión de prolongar las labores de los diversos centros de recolección hasta que pase la emergencia.

Entre las personas que estuvieron brindado su apoyo solidario para llevar a cabo la ardua tarea de recolección, se podía ver a Laura Barrera Fortoul, titular del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia.

Daniela, una estudiante de secundaria, comentó que a ella el sismo del pasado jueves no la asustó, pero al ver las imágenes de la devastación transmitidas a través de los diversos medios de comunicación quedó muy impactada ante el sufrimiento de la gente por lo que decidió unirse a la ayuda.

En el Instituto Nacional de Perinatología, uno de los centros de acopio que más despensas y ayuda han mandado de la Ciudad de México, está bajo la dirección del doctor Jorge Arturo Cardona Pérez, quien se guía por el lema “Juntos somos espectaculares”.

Con la ayuda de Rafael Martínez García, director general de la Brigada rotaria de Seguridad y Rescate, el instituto que hasta el próximo domingo fungirá como centro de acopio, logró conjuntar un grupo extremadamente solidario y motivado de voluntarios integrado por personas de todas las edades y cargos.

“Una de las historias que más me sorprendió fue la un niño de aproximadamente 7 años que nos ayudó a organizar todas las cajas de ayuda en la parte de abajo de los camiones de ADO donde enviamos las despensas.

Su tamaño resultó ser una ayuda clave, pues se podía mover sin ningún problema dentro del camión, una tarea que hubiera resultado infinitamente más compleja para cualquiera de los adultos que nos encontramos ayudando aquí”, confesó Sabrina Herrera, presidenta del patronato del Instituto de Perinatología.

La ayuda brindada por este centro de acopio ha sido muy importante, pues es uno de los pocos centros, junto con el de la Casa del Maestro Oaxaqueño, que son capaces de recibir medicamentos y catalogarlos adecuadamente gracias al personal médico que ahí se encuentra.

La solidaridad también se vio reflejada en palabras de apoyo escritas en cientos de los envases que los ciudadanos entregaban, donde se leían frases como “Hermanos mexicanos estamos con ustedes”, “Unidos superaremos cualquier cosa” o “ No desesperen, la ayuda va en camino.

Hay otras iniciativas de apoyo a los damnificados de Oaxaca y Chiapas. El Club América anunció hace algunos días que donará la taquilla del Clásico Nacional contra Chivas. Por su parte, el Cruz Azul adelantó también la donación de víveres y maquinaria para ayudar a los afectados.

Una acción similar fue anunciada ayer por el equipo de la Liga de Ascenso, los Alebrijes de Oaxaca, que entregará el monto de su taquilla de su próximo partido para sus paisanos en desgracia.

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