La tómbola de AMLO

Llegaron al Palacio Legislativo de San Lázaro a conformar la bancada de Morena, luego de que su nombre salió sorteado de una tómbola.

El método fue criticado por los detractores de Andrés Manuel López Obrador. La justificación de Morena fue que quería llevar al Congreso de la Unión a perfiles ciudadanos. Y lo logró.

Morena cuenta con una bancada de 35 diputados. De ellos, 21 son plurinominales. La mayoría de ellos llegó ahí después de que fueran seleccionados en la insaculación.

Como pocas veces en un grupo parlamentario, en Morena trabajan lo mismo políticos con alguna trayectoria que personas con diferentes oficios que ahora son diputados federales.

Comerciantes, amas de casa, carpinteros, campesinos o maestros, son algunos de los perfiles que hoy ocupan una curul en San Lázaro.

Apoyados por un equipo de asesores parlamentarios, estos diputados se preparan en la creación de leyes, oratoria y en los temas que les tocaron por las comisiones en que fueron colocados.

> Guadalupe Hernández Correa, diputada por Tabasco, tenía un puesto de aguas en Villahermosa para ayudar en el sostenimiento de su familia.

Su comercio se ubicaba en el mercado público “La Sierra”, donde dirigía su negocio de aguas frescas “La Lupita”.

En el 2006 se integró al movimiento de Andrés Manuel López Obrador. Trabajaba en las brigadas del llamado “gobierno legítimo” y fue empapándose cada vez más del tema político en el movimiento del tabasqueño.

Ahora, una vez que llegó a la Cámara de Diputados como representante de Morena, Guadalupe comenzó a prepararse leyendo información sobre temas como presupuesto, energía o proceso parlamentario, además de apoyarse en los asesores de la bancada.

“Sí dan nervios porque no traigo la experiencia legislativa, soy parte de la representación popular, pero nos capacitaron, tenemos asesores. Solos no estamos. Sí dan los nervios de no tener la experiencia, pero se han ido quitando”, confesó.

Además de legislar en la Cámara Alta, Guadalupe hace trabajo de campo para Morena, apoyando en los estados donde va a haber elecciones y ayudando a conformar la estructura interna del naciente partido.

> Modesta Fuentes es diputada de Morena por Oaxaca. Originaria de la región de Juchitán, antes de ser legisladora se dedicaba a tejer vestidos de tehuana, aquellos bordados de flores de colores que son símbolo de la artesanía mexicana.

La injusticia en el pago que le hacían por sus vestidos –a ella y a otras mujeres de su comunidad-, la llevó a convertirse en activista social; fue así como se acercó a Morena.

“(Mi lucha es) por la necesidad de la gente. Yo estuve muchos años trabajando, bordando, y que ese trabajo no lo pagan lo suficiente. 

“Un traje costaba como 10 mil pesos, que debería costar unos 30 o 40 mil pesos. Porque son cinco o seis meses de trabajo”, explicó.

Además de tejer sus vestidos, Modesta es ama de casa. Tiene cinco hijos y 12 nietos.

Su trabajo como activista social, consideró, le dio las tablas para enfrentarse ahora al mundo del Congreso de la Unión, hasta donde acude siempre usando uno de sus vestidos bordados.

“La lucha social de más de 30 años nos ha enseñado a trabajar y a luchar por la gente. Estamos aquí, pero es el mismo trabajo, de ver por los demás y no quedarse callado”.

Modesta sueña con que el Congreso se convierta en un parlamento más ciudadano, con legisladores que vengan “de abajo” y conozcan de primera mano las necesidades de la gente.

Solo así, reflexionó, el Congreso va a hacer su verdadero trabajo.

> Blandina Ramos Ramírez es una mujer campesina que resultó seleccionada en la insaculación para las candidaturas plurinominales de Morena.

Originaria del pueblo de San Lucas Tulcingo, Puebla, donde reside, Blandina se dedica al campo. Lo hacía hasta antes de ser llamada para formar parte del Congreso de la Unión.

En su milpa siembra maíz. Tuvo 12 hijos, uno de ellos ya falleció. Aun así, tuvo tiempo de ser activista en su comunidad para promover a Morena.

Su intención es cristalina: Blandina de verdad cree que puede haber un cambio en el país.

“La gente ve qué es el PRI, qué es el PAN, van a los pueblos, a los municipios, en el tiempo de sus campañas, y les llevan despensas, muchas cosas les dan; pero ya después que pasaron las elecciones se olvidan de la gente y ya no les conviene, porque van a prometer obras y al rato no cumplen. Por eso la gente se está yendo a Morena”, expresó.

Blandina estudió solo la primaria y eso la cohibía de estar en San Lázaro, la máxima tribuna del país.

Conmovida, confiesa que al ver “el atropello del gobierno” decidió aceptar el apoyo para convertirse en diputada federal.

“Hay voluntad de trabajar, de hacer las cosas”, apuntó.

Todos los días, Blandina hace el camino de más de dos horas desde San Lucas Tulcingo hasta el Palacio Legislativo. Cada día, la diputada toma el autobús a Puebla y de ahí trasborda a la Ciudad de México. Por la tarde, emprende el regreso y atiende a personas de su comunidad.

> A sus 22 años, Guillermo Santiago Rodríguez se convirtió en el diputado más joven de la LXIII Legislatura.

Originario de Tuxtla Gutiérrez, el estudiante de Comunicación salió sorteado en la tómbola de las candidaturas. Desde ese día su vida cambió y ahora está enfocado a aprender lo necesario para desempeñar su mejor papel como diputado federal.

“Esto conlleva una responsabilidad inmensa de representar los intereses del pueblo. Ha habido muchos legisladores que han representado su propio interés y por eso han hecho lo que han hecho”, afirmó Guillermo.

El joven diputado defiende el método de selección de los diputados ciudadanos de Morena porque, apuntó, esto es lo que permitirá que el Congreso se ciudadanice en un futuro cercano.

“Gracias a este proceso tenemos la bancada más plural de todo el Congreso. Tenemos a compañeros que fueron taxistas, carpinteros, migrantes y una gran variedad y lo que aquí se necesita –es cierto, hay que estar preparados-, pero lo que más nos ayuda es que la gente que está aquí sabe lo que vive el pueblo.

“Aquí hablan discursos de un país que no existe. ¿Y por qué hablan así? Porque no conocen a México realmente”, apuntó.

Guillermo se acercó a Morena en el 2012, en la efervescencia de las campañas electorales. A partir de ahí se ha dedicado a la tarea política del Movimiento.

> Miguel Alva y Alva es diputado por Puebla. Antes de ser legislador, era carpintero de tercera generación. Su abuelo y su padre lo formaron en el oficio al que se dedica, y se seguirá dedicando, según dice.

Formado como maestro normalista, Miguel también es productor de caña de azúcar y, por esa ocupación, tiene algún trabajo como activista para defender a los productores.

Llegó a la bancada de Morena mediante el sorteo de candidaturas. Desde el Palacio Legislativo, Miguel pretende luchar contra la corrupción, el principal tema de su agenda.

Miguel se ha apoyado en los asesores legislativos que trabajan para la bancada. Sabe que la fuerza de Morena es muy limitada en la Cámara alta porque solo representan el 7 por ciento de los votos, pero dice que si lo hacen correctamente, el partido puede crecer.

“Somos el pueblo mismo aquí; es la diferencia de los diputados de Morena y los de los otros partidos. No somos representantes del pueblo, somos el pueblo mismo en la tribuna”, sentenció.

Antes de llegar al Congreso, Miguel pensaba que los diputados no hacían nada y vivían una vida de lujo.

“Y ya estando aquí, uno ve que es verdad. Uno puede estar día tras día disfrutando de lo que la Cámara brinda a uno, nos consienten mucho (…) no se equivoca la gente al pensar que los diputados no sirven para nada. Es así”, sentenció.

Sin embargo, Miguel apuesta a que poco a poco, con un trabajo diferenciado del resto, vaya cambiando la cara del Congreso.