La traición blanquiazul
Vicente Fox y Felipe Calderón, los exmandatarios panistas, se han convertido en férreos críticos del partido que los encumbró a la silla presidencial, hoy apoyan abiertamente a otros candidatos que no son Ricardo Anaya
Gibrán ZafraEl PAN puede presumir en su palmarés que es el partido que hizo historia en México, al pasar de oposición a gobierno en el 2000. En esa elección acabaron con más de 70 años de administraciones priistas. Vicente Fox Quesada, un empresario llegado a las filas blanquiazules lo logró.
“Tengo las botas bien puestas en la tierra y a la realidad la veo de frente y nunca le doy la espalda”, dijo el político guanajuatense durante la toma de posesión como presidente de México.
Seis años después, en Acción Nacional se apostó por continuar en la administración federal, pero ahora tenían a un contrincante muy competitivo, Andrés Manuel López Obrador. En esa ocasión la proeza la realizó Felipe Calderón Hinojosa, un panista de cepa.
En los comicios, el candidato blanquiazul que nunca partió como favorito y siempre estuvo por detrás del tabasqueño en las encuestas, pudo alzarse en unas reñidas y polémicas elecciones por una diferencia de 0.56 por ciento.
Para entonces el Partido Acción Nacional ya había entrado a la historia política del país como una oposición sólida que logró, a nivel federal, llegar al poder en dos ocasiones, pese a toda la maquinaria priista que se desarrolló y perfeccionó por años.
Hoy en pleno 2018, Fox y Calderón, que llevaron y fueron llevados al punto álgido del panismo, se encuentran no sólo atacando a las filas de ese partido, también apoyan a otros candidatos que no son Ricardo Anaya, abanderado por el Frente, compuesto por el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano.
El mandatario que logró la alternancia en México, desde 2012 lanzó guiños al PRI, y en la actual contienda electoral ha expresado abiertamente su apoyo a José Antonio Meade, candidato de ese partido. En abril pasado, desde su cuenta de Twitter, Fox escribió: “Yo estoy con José Antonio Meade, ningún otro candidato, tiene la honestidad, preparación y experiencia”.
Mientras que Calderón, el panista que logró darle continuidad a las administraciones blanquiazules, respalda a la candidatura independiente de Margarita Zavala, su esposa. La exprimera dama puso un alto a su militancia de 33 años en Acción Nacional en octubre pasado, tras diferencias con Anaya.
“Es triste ver la pérdida de valores, identidad y alma del PAN. Son prácticas contras las que siempre luchamos los demócratas”, escribió en diciembre pasado el exmandatario.
Calderón es el PRIAN
Si alguien sabe y es parte de esa historia panista, es Ernesto Ruffo Appel, el político ostenta el logro de ser el primer gobernador de un estado del país que venció al priismo, en Baja California en 1989.
En entrevista con Reporte índigo, el actual senador indica que dentro del Acción Nacional se viven procesos de entendimiento por el poder lo que ha provocado de cierta forma una crisis, aunque ese método, que denomina como una dicotomía, viene desde las épocas en que comenzaron a ganar las primeras gubernaturas.
Sobre el caso específico de los dos expresidentes de México emanados de las filas panistas, el exgobernador es crítico.
Ruffo Appel recuerda que Fox logró triunfar porque junto a un grupo de amigos sobrepasó la capacidad interna del PAN, ya que la idea del cambio nacional ya se encontraba en la opinión pública y él la representaba. Lo describe como alguien hábil, audaz, ejemplifica a un gran vendedor, aunque advierte que al término del sexenio foxista fue cuando explotó el conflicto.
“Los problemas se dan a la salida de él (Fox), cuando la crisis del PRI con Roberto Madrazo que veían que no iba a ganar. Entonces un grupo del PRI se fue a negociar con Felipe Calderón, que no era el candidato preferido de Fox, ese era Santiago Creel. Ahí se da una caja forzada de coyuntura en la que Fox tuvo que colaborar con la idea de que fuera Calderón el elegido”, argumenta el senador.
Para Ruffo Appel lo que pasa ahora con ambos expresidentes es consecuencia de ese acercamiento que hubo entre Fox y Calderón con el priismo. Aunque aclara, según su postura, que eso que ocurrió se está derrumbando en el Acción Nacional, ya que el partido se intenta recuperar con la candidatura presidencial de Anaya, a quien ve sólido en el segundo lugar y con posibilidades de contenderle a Andrés Manuel López Obrador.
No se llevan estructura
Para Gustavo López Montiel, doctor en Ciencia Política, lo que ocurre en el panismo es el resultado de un proceso de confrontación y configuración que se da al interior de los partidos durante los procesos electorales. Además advierte que la salida de Vicente Fox y Felipe Calderón del Acción Nacional, se puede ver como una partida de liderazgos pero no de estructuras, las cuales son más importantes.
“En México, los partidos son estructuras que funcionan a partir de grupos de interés. Esos grupos tienen liderazgos y estructuras, las cuales alimentan al partido a cambio de candidaturas o de espacios de poder. Cuando son capturadas por dirigencias u otros grupos, algunos salen y se van a otros lugares donde los puedan conseguir”, explica en entrevista con Reporte índigo.
Para el catedrático de la Escuela de Ciencia Sociales y Gobierno del Tecnológico de Monterrey, lo que ocurre en las filas blanquiazules con los recientes ataques de sus expresidentes de México, ha pasado en otros partidos, pero lo que destaca es que se debe analizar qué tanta estructura o militancia movían al interior, ya que pueden ser importantes dirigentes pero sólo por el nombre.
López Montiel detecta que en las entrañas del partido que actualmente postula a Ricardo Anaya como candidato presidencial, se da un fenómeno de reducción de liderazgos, hay menos gente de la que había antes, pero recuerda que Felipe Calderón pese a lanzar los duros ataques y apoyar a Margarita Zavala continúa dentro del Acción Nacional, porque sabe que no es lo mismo competir sin los recursos que te puede proporcionar un partido político en México.
“Hay que ver quién le hace caso a Fox y quién a Calderón, no es lo mismo Fox diciendo algo que Elba Esther Gordillo (…) porque son estructuras que mueven gente y en el caso de Fox y Calderón no las mueven, habrá alguna persona que les haga caso pero no ponen en crisis”, concluye.