Las armas llegan a las aulas en Monterrey

El Tec de Monterrey informó por la mañana que la muerte del estudiante J. H. en la Prepa Valle Alto había sido por un suicidio, pero por la noche comunicó que se investigaban las causas. Hasta anoche, la Fiscalía de Nuevo León no había salido a informar sobre las investigaciones
Jesús Padilla Jesús Padilla Publicado el
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En el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio, el Tecnológico de Monterrey informó por la mañana que un alumno accionó un arma de fuego contra sí mismo, incluso sin que la Fiscalía General de Justicia concluyera sus investigaciones, por la noche difundió otro comunicado donde aseguraba que se trataba de una muerte.

Se trata del fallecimiento de J. H., estudiante que tenía apenas 18 años y cursaba el quinto semestre de bachillerato en la Prepa Tec campus Valle Alto.

De confirmarse la primera versión de la institución académica, la víctima habría burlado los protocolos de seguridad al introducir una pistola calibre .225 sin que ninguna autoridad pudiera detectarla.

Con esta suman dos ocasiones en las que se han introducido armas de alto calibre a escuelas de Nuevo León

Esta mañana, la Secretaría de Seguridad Pública de Nuevo León informó de la muerte por arma de fuego de un menor de edad en un plantel al sur de Monterrey. Se mencionó que en el piso quedó el arma a un costado del cuerpo, en el área de sanitarios.

La Agencia Estatal de Investigaciones y elementos de Fuerza Civil acudieron al plantel para resguardarlo, recolectar evidencias e investigar si se trataba de un suicidio o de un asesinato. Incluso circuló el rumor de un accidente.

“Se encuentra un masculino menor de edad con lesión en la cabeza por arma de fuego”, señaló la secretaría en una tarjeta informativa y a los pocos minutos confirmó el deceso.

Posteriormente, y de manera preliminar, la Fiscalía General de Justicia se limitó a decir que el fallecimiento ocurrió a las 08:55 horas en las instalaciones de la preparatoria y que la víctima presentaba una herida por proyectil.

La Fiscalía todavía no contaba con los resultados de las pruebas balística comparativa y método parafinoscópico.

Por la mañana, a través de un comunicado, la universidad informó que el joven de 18 años, identificado como J. H., había atentado contra su vida.

“El día de hoy dentro de las instalaciones de la Prepa Tec Campus Valle Alto en Monterrey un alumno de bachillerato accionó una arma de fuego contra sí mismo (…) El Ministerio Público se encuentra llevando a cabo las investigaciones correspondientes”, confirmó el aviso.

En el documento se aseguró que la escuela privada activó los protocolos de auxilio médico, pero los rescatistas no pudieron hacer nada para salvar la vida del estudiante.

Al cierre de esta edición, la Fiscalía no había informado sobre los avances periciales para determinar si el arma disparó, de origen, los casquillos y proyectiles recolectados como indicios.

Por la noche, el Tec de Monterrey difundió otro comunicado donde lamentó el fallecimiento de un alumno y expresó que, por respeto, no difundiría más detalles

Fecha conmemorativa

La muerte de J. H. estremeció la mañana de ayer a los habitantes de Nuevo León, pues no sólo ocurrió con un arma de fuego que aparentemente logró ingresar a la escuela, sino en en el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

La conmemoración de esta fecha se realiza desde 2003 por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Datos del Instituto Nacional de Geografía, Estadística e Informática (Inegi) indican que en México los adolescentes son considerados el grupo de población más vulnerable para cometer suicidio por causas como depresión y ansiedad

El joven compartió hace dos años en su cuenta de Facebook que había recibido un certificado del programa Hour of Code (Hora de Código), el cual consiste en aprender de la informática y la programación de computadoras, así como crear videojuegos propios.

El alumno de quinto semestre era hijo de Rosa Nelly Nava, quien según su cuenta de Facebook trabaja en el Tecnológico de Monterrey, supuestamente como profesora.

La muerte del joven estudiante inundó las redes sociales de condolencias para la familia y de desconcierto en la comunidad estudiantil. Incluso en las plataformas surgieron cuestionamientos de cómo un arma pudo entrar a la institución educativa.

Tragedia en las escuelas

La muerte de un estudiante de la Prepa Tec campus Valle Alto al sur de Monterrey es la más reciente de las tragedias que en los últimos años han envuelto a los centros educativos de Nuevo León.

El incidente en la Prepa Tec ocurrió a menos de dos años del ataque de un alumno del Colegio Americano del Noreste en contra de sus compañeros y de su docente, en pleno salón de clases.

La mañana del 18 de enero de 2017, Federico Guevara, estudiante de 15 años, sacó un revólver calibre .22 de su mochila y comenzó a disparar a otros estudiantes y a su maestra, mientras que el resto de los alumnos intentaba escapar.

Posteriormente, el agresor se disparó en la boca. Después se conoció que sufría graves cuadros de depresión y que el arma pertenecía a su padre, con quien practicaba caza deportiva.

Además de Federico, la profesora Cecilia Solís perdió la vida, a más de dos meses después del ataque.

En mayo del mismo año, un joven de 16 años con antecedentes de violencia identificado como Alberto David, estudiante del Conalep ubicado en la colonia Valle Verde Infonavit, asesinó con un arma blanca a uno de sus compañeros después de que terminaran las clases.

El agresor apuñaló en el abdomen a Marlon Guzmán, de 18 años, quien quedó malherido en el exterior del Conalep y fue trasladado al Hospital Universitario, en donde falleció horas más tarde.

La noche del 19 de marzo, dos estudiantes del plantel del Itesm ubicado en las avenidas Eugenio Garza Sada y Luis Elizondo fueron asesinados por miembros castrenses.

Los militares de las Fuerzas Armadas quisieron criminalizar a los alumnos Jorge Antonio Mercado Alonso y Javier Francisco Arredondo Verdugo, diciendo que eran presuntos sicarios, que estaban armados y que los atacaron.

Luego, salieron a la luz las irregularidades en las que incurrieron los militares, como la manipulación de los cuerpos, los golpes y el tiro de gracia que dieron a las víctimas.

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