Las cuentas no dan, la propuesta sí

A tres semanas de que los mexicanos estén frente a la boleta electoral, todavía restan por analizar pasados y futuros de los candidatos.

Y es que aunque durante la contienda los discursos de los aspirantes han abarcado temas centrales como el empleo, la inseguridad, la cobertura de salud y la educación, muchos “cómos” se han omitido.

 Esto a sabiendas de que el cumplimiento de las promesas depende del buen manejo de la administración pública. Si no hay presupuesto, no hay cambio.

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El Distrito Federal siempre mantuvo las calificaciones más altas de deuda, cosa que ningún estado puede presumir

A tres semanas de que los mexicanos estén frente a la boleta electoral, todavía restan por analizar pasados y futuros de los candidatos.

Y es que aunque durante la contienda los discursos de los aspirantes han abarcado temas centrales como el empleo, la inseguridad, la cobertura de salud y la educación, muchos “cómos” se han omitido.

 Esto a sabiendas de que el cumplimiento de las promesas depende del buen manejo de la administración pública. Si no hay presupuesto, no hay cambio.

 Por lo que hoy, a pesar de que las cifras del candidato por el Movimiento Progresista “no cuadren”, estos números esconden una propuesta y un cómo en este sentido.

Para Abel Hibert, maestro en economía aplicada y egresado del ITAM, López Obrador es “el único que ha comentado que quiere hacer una restructuración completa del gasto público”, reforma necesaria para utilizar mejor el dinero de los mexicanos.

Para comprobarlo, repasa el desempeño del candidato durante su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, su manejo del presupuesto y la deuda en este periodo, así como la posibilidad de aplicar un modelo similar a nivel Presidencia, ya sea por él o por alguno de sus contrincantes.

Técnica comprobada

Desde que finalizó su gestión como jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador ha sido objeto de críticas y halagos por su deuda en la capital.

Pero el tema adquirió mayor vigencia tras el segundo debate, en donde aseguró que obtendría 300 mil millones de pesos reduciendo el sueldo a los altos funcionarios públicos.

Si bien varios actores, tales como el presidente Felipe Calderón, la candidata panista y el secretario de Hacienda aseguran que las cifras no cuadran, un vistazo a su jefatura indican que la propuesta detrás de esas cifras va por buena dirección.

Y esta dirección apunta hacia reformas en materia de administración pública y una reestructuración del gasto público, rubro en el que, de acuerdo con Hibert, el candidato tiene experiencia exitosa que se podría repetir.

“Lo que él tuvo que hacer fue reorganizar el gasto público, no fue necesariamente através de incrementar la deuda como se piensa erróneamente”, aclaró el actual director de Posgrado de la Universidad Metropolitana de Monterrey.

Esto lo logró, amplía, sin necesidad de utilizar la medida más sencilla utilizada por los políticos: aumentar impuestos o endeudarse.

Según el experto en economía, el ahora candidato encontró ineficiencias interesantes en instancias de gobierno, que, por ejemplo, pedían nuevas computadoras cuando existían bodegas llenas de computadoras sin abrir.

“Este tipo de gasto (en servicios generales, materiales, suministros y adquisición del inmuebles) cuando entró representaba el 25 por ciento de su gasto total (…) lo que él hizo con eficiencias, ahorros y reduciendo la corrupción fue reducirlo al 16 por ciento para 2005” y así invertirlo en reconstruir el tejido social y gasto en infraestructura.

Agregó que incluso llega a haber un “desendeudamiento” en el último año de su gobierno, basándose en cifras del último informe de gobierno del presidente Calderón.

“En el caso del Distrito Federal siempre mantuvo las calificaciones más altas de deuda, cosa que ningún estado de la República lo puede presumir”, concluyó Hibert.

Destacó que el aumento que se aprecia en la deuda del DF en los gobiernos perredistas se debe a que fue a partir de la gestión de Cuauhtémoc Cárdenas cuando la entidad dejó de pertenecer administrativamente al gobierno federal.

Miedo a la izquierda

Siendo México un país democrático, con división de poderes e instituciones, el cambio de modelo económico en el país no depende del presidente.

El experto comenta que independientemente de la personalidad e ideología del líder, un cambio de este tipo es prácticamente imposible en el contexto mexicano.

Como ejemplo, contrastó al candidato López Obrador con el caso de Chávez en Venezuela y destacó que ese país vivía una crisis partidista y que se recurrió al golpe de Estado. 

Destacó que el candidato de izquierdas va por la vía democrática de la no reelección y de respeto a las tres órdenes de poder.

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