México, Estados Unidos y Canadá cumplen un año de haber puesto en marcha el tratado comercial más dinámico de la región. Y aunque el intercambio entre estas tres naciones ha sido un elemento indispensable para la recuperación económica durante la pandemia, existen evidentes fricciones.
La reestructuración del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que operó por 23 años, arrancó en agosto de 2017 y tras 11 meses de negociación y 15 más para llevar a cabo ajustes, nació el Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), mismo que se puso en marcha seis meses más tarde una vez que fue ratificado por los Congresos de los tres países.
A 12 meses de su puesta en marcha, Tatiana Clouthier, secretaria de Economía, afirma que el tratado ha sido un poderoso motor para la recuperación económica de América del Norte e incluso un escudo para enfrentar los efectos de la crisis sanitaria.
De julio de 2020 a julio de 2021 las exportaciones mostraron un crecimiento de 136.6 por ciento, con especial énfasis para el sector automotriz, equipos y aparatos eléctricos y electrónicos; equipo profesional científico, maquinaria y equipo especial para industrias diversas, de acuerdo con información del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM.
El intercambio entre los tres países que conforman el T-MEC durante 2020 y hasta abril de 2021 significó un monto total de 726 mil 756 millones de dólares para México, de acuerdo con cifras de la Secretaría de Economía.
Cabe destacar que el año pasado, el T-MEC representó para México 84.01 por ciento de sus exportaciones totales, 46.09 por ciento de sus importaciones y 65.86 por ciento de su comercio internacional total, que ascendió a 800 mil 900 millones de dólares.
Los beneficios de dicha integración comercial se han podido observar sobre todo en los primeros meses de 2021 con la reactivación de las cadenas comerciales de América del Norte, apunta José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
“Constituye un mecanismo legal que está facilitando la reactivación de la economía en América del Norte porque después o durante la pandemia es muy claro que lo que se vio más afectado desde el inicio fue la manufactura, los bienes industriales que son las parte sustancial del comercio entre los tres países que conforman el T-MEC”.
Te esperamos mañana en el conversatorio ????? ?? ???, organizado por @TheWilsonCenter en el marco del 1er aniversario del #TMEC. ??????
Participarán @tatclouthier, @mary_ng y @AmbassadorTai
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— Economía México (@SE_mx) June 29, 2021
Lado B del tratado comercial T-MEC
A pesar del impacto positivo, el especialista señala que el primer año del tratado trilateral también se ha caracterizado por supuestos incumplimientos en materia laboral, disputas enfocadas en el sector agrícola, diferencias de visión en políticas energéticas por parte de los países miembros y perspectivas encontradas en torno a la agenda medioambiental.
“Por el lado comercial el T-MEC avanza y permite una reactivación rápida de las cadenas de la manufactura, pero al mismo tiempo los cambios legales que se hicieron en los aspectos laboral, medioambiental y energético, ya están generando algunas fricciones que los países deben atender y son los claroscuros que está teniendo en el primer año de operación”, explica.
Los acuerdos laborales que se integran en el capítulo 23 del T-MEC, que establece una serie de obligaciones para las empresas que participan del intercambio, y que incluye la libre y democrática asociación sindical de los trabajadores, es quizá uno de los puntos que más señalamientos ha generado este año entre los gobiernos de Estados Unidos y México.
Actualmente existen dos solicitudes por parte del gobierno de Joe Biden para establecer el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida del Tratado y determinar si se han violado derechos de trabajadores mexicanos en la planta de General Motors ubicada en Silao, Guanajuato, y en una fábrica ubicada en Matamoros, Tamaulipas, perteneciente a la empresa de autopartes Tridonex.
Otro punto a destacar en el marco del funcionamiento del T-MEC es la discrepancia que hay entre la administración de Biden y López Obrador en materia energética, señala De la Cruz Gallegos.
“En este gobierno se señala que hay pleno ejercicio de la soberanía para decidir al interior del sector energético, en tanto que en Estados Unidos, está prevaleciendo el punto de vista que tenía la anterior reforma energética”.
Los cambios establecidos en materia ambiental en el tratado, también han generado diferencias entre los tres países, en el caso de México ha sido señalado por no fomentar un camino hacia el uso de energías no contaminantes.