En el marco de la reciente aprobación de la polémica reforma laboral se pusieron de relieve sus diferencias internas y la forma errática cómo se moverá en lo subsecuente este conglomerado de Corrientes variopintas.
Un botón de muestra. El proyecto de decreto que reforma la Ley Federal del Trabajo.
El viernes pasado, luego de que se desechó la posibilidad de introducir en los estatutos de los sindicatos la obligación del voto libre directo y secreto para elegir a sus dirigentes, los reflectores se posaron sobre un objetivo: el diputado Adolfo Orive Bellinger.
El petista de sui géneris trayectoria política se unió al bloque PRI-PVEM-Panal en la votación de trámite para saber si se ponía a discusión dicha propuesta de modificación.
Evitando un empate en el debate referente a cómo dar transparencia a la elección de los líderes sindicales, algunos compañeros de bancada promovieron expulsarlo.
Orive se mantuvo en su dicho y la propuesta de sacarlo del PT sigue sobre la mesa. En breve se definirá hasta dónde llegan las amenazas proferidas.
La cohesion, una fachada
En los 15 proyectos de decreto para reformar, adicionar y derogar diversas disposiciones de la Ley Federal del Trabajo varios miembros de las izquierdas brillaron por su ausencia.
En promedio 65 diputados de las izquierdas no estuvieron presentes en las votaciones
correspondientes a diversos artículos, y por el tamaño de la bancada la mayoría de ellos fueron perredistas.
Así lo consignó ayer el periodista Carlos Puig:
“El PRI había derrotado otras formas de democratización y rendición de cuentas desde la comisión; al menos quedaba una rendija en el 371. La votación sobre la propuesta de Garfias sucedió en estrictos bloques partidistas. Todos los priistas, sus comparsas verdes y los del Panal votaron a favor. PAN PRD, PT y MC en contra, salvo la poblana Blanca Jiménez, la única panista que votó a favor.
“El resultado fue 248 a favor y 186 en contra. Una diferencia de 62 votos. Ausentes durante la votación estuvieron 48 diputados del PRD, dos del PT, siete del Movimiento Ciudadano y cinco del PAN.
“Sí, sumó usted bien. Suman 62 diputados. 62 diputados que podrían haber derrotado la modificación, pero que no estuvieron en San Lázaro a esa hora.
“¿Estaban enfermos? ¿Cansados? ¿No era tan importante la modificación al IX del 371? ¿Se salieron a propósito? Un misterio.” Al interior, las izquierdas están divididas. Y sus movimientos en el Congreso abonarán a favor de intereses varios.