Las reformas de la discordia

Son solo dos artículos los que detienen la reforma laboral.  Los dos relacionados con dar a los trabajadores facultad para votar. 

Votar para elegir a su líder sindical de forma secreta con el artículo 371, y votar para aceptar las condiciones de su contrato colectivo de trabajo, con el 388 Bis.

Las posturas de los partidos se han mantenido estáticas. Los partidos de izquierda a favor de la redacción que acordaron en el Senado. El PRI y su partido rémora PVEM, advierten que le harán cambios. 

Sobre todo al artículo 388 que es el relacionado con que los trabajadores puedan votar los contratos colectivos de trabajo. 

El coordinador de los diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones, dijo hace un par de días que avalar esa redacción es como aprobar que los contratos colectivos sean subastados.

Es ahí donde el PRI piensa centrar la discusión. Ya no es una defensa a ultranza a los líderes sindicales y sus privilegios. Ahora es precaución, pues un grupo de empresarios ya manifestó su inconformidad ante la facultad que se les daría a los trabajadores el artículo 388.

El temor es que se vean afectados los procesos administrativos de las empresas y que se genere el chantaje de los líderes sindicales o representantes de trabajadores.

Habla la Coparmex Nuevo León

Primero habían pedido la aprobación justo en los términos en los que se avaló en la Cámara de Diputados, pero con los cambios del Senado, ya no les gustó.

Fue Alfonso Garza Garza, líder de la Coparmex Nuevo León, quien advirtió que si aprobar ese artículo es el precio que se tiene que pagar para aprobar la reforma laboral, no están dispuestos a hacerlo.

“Entendemos la importancia política de llevar a cabo la reforma; sin embargo, las consecuencias de una reforma incompleta, con mayor carga administrativa, creación de mayor burocracia e incertidumbre jurídica es un precio muy alto por pagar”.

Insistió en que se afectará la confidencialidad de los procesos internos de las empresas al contratar trabajadores, y en consecuencia, la productividad de las empresas.

“Se atenta seriamente contra el derecho de confidencialidad de los procesos administrativos, productivos y estratégicos de las empresas”, advirtió.

Quizás por eso y luego de un encuentro de Beltrones y Enrique Peña Nieto el PRI se dijo decidido a aprobar la reforma laboral pero sin el artículo 388.

Adelantó que el trabajo de la Comisión del Trabajo podrá concluir esta misma semana para que el dictamen sea llevado al pleno. 

Pero lanzó la advertencia: “Creo que el 388 bis, en la redacción que ha sido enviada en la minuta no garantiza la estabilidad laboral, que es uno de los preceptos que el grupo parlamentario del PRI quiere asegurar que vaya en esta reforma, porque de no ser así, todo lo bueno se echa a perder”, vaticinó.

El PRI tiene el número suficiente, con su aliado el PVEM, para que tanto en Comisión como en el pleno puedan modificar la minuta enviada por el Senado. Regresaría entonces a la Cámara Alta para su revisión.

Si el Senado nuevamente modifica estos dos artículos, tendría que desecharse todo el proyecto hasta el próximo período de sesiones. 

Sólo evitaría este futuro el que exista un acuerdo parlamentario entre las dos cámaras.

Ese acuerdo, previsto en la Ley Orgánica del Congreso de la Unión, consiste en enviar para su promulgación todo lo que ya fue aprobado por consenso en ambas Cámaras y que se dejen sin efecto los artículos cuestionados.

Todo indica hasta ahora que el futuro de los dos artículos podría ser que dan facultades a los trabajadores para elegir a sus líderes y votar las condiciones salariales en que estarán en su empresa.

El propio coordinador de los diputados del PAN dijo que ese es el peor escenario al que se enfrenta la reforma laboral.

“Que a nadie lo espanten con el petate del muerto, si se modifica el 388 bis y se regresa al Senado, lo peor que puede pasar es que no se publique ese artículo, el resto de la reforma, todo lo aprobado por ambas cámaras, eso sí se podrá publicar y podrá entrar en vigor en este país”, explicó.