Las responsabilidades en Rébsamen 241
Vecinos del inmueble que sufrió derrumbes durante el sismo del martes pasado denuncian que en el 2014 la autoridad delegacional descartó daños estructurales, aunque el edificio presentaba grietas
Rubén Zermeño[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_3msz4dkz” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /]
Conforme el tiempo pasa, el dolor de haber perdido todo comienza a convertirse en enojo, los afectados por el sismo de hace una semana que azotó a la Ciudad de México ya le ponen rostro y nombre a algunos responsables de la tragedia.
Parte del edificio de departamentos ubicado en Enrique Rébsamen 241, en la Colonia Narvarte, comienza a ser demolido. Las vidas de decenas de personas que habitaban el inmueble se convierten en cascajo y polvo.
Atrás quedó la esperanza de encontrar a la señora Laura Ramos con vida, lejos la ilusión de recuperar el patrimonio de toda una vida.
Hace tres años, la entonces administradora del inmueble, la señora María del Rosario Acosta Olivares, denunció que en el predio de departamentos había varias grietas a causa de un par de sismos que sacudieron la ciudad por esas fechas.
La denuncia la hizo pública al delegado de Benito Juárez de aquel entonces, Jorge Romero Herrera, a través de redes sociales y oficialmente mediante un escrito a Protección Civil. No se le dio seguimiento como se debía, hoy, a una semana del sismo, Rébsamen es muerte y destrucción.
Nadie le hizo caso a Renata Patiño durante dos días, hasta que el pasado jueves durante las primeras horas de la mañana mandó un mensaje a través de Twitter, la joven desesperada pedía ayuda para sacar de entre los escombros a su madre, según ella, se había comunicado y estaba con vida
“Seguimos aquí en Rébsamen, mi mamá sigue atrapada, son las 9 de la mañana, prometieron una grúa las personas de Marina a las 8 de la mañana y como pueden ver no hay nadie (…) Protección Civil no dio acceso a los topos, no dio acceso a las personas voluntarias, no dio acceso a nadie que quisiera ayudar, ni a los topos inclusive, aquí hay personas paradas, fue una acción de 200 personas y mi mamá sigue atrapada, les pido ayuda para movilizar esto porque no puede ser que mi mamá siga ahí”, denunció aquel día Renata.
Vecinos del edificio colapsado confirmaron la versión, Protección Civil no trabajaba ni dejaba de trabajar durante las primeras 48 horas después del sismo. Para Renata, todo se trató de una lucha de egos.
“Fuimos muy respetuosos ayer con Protección Civil, seguimos los protocolos, pero aquí es una lucha de egos, quien es el jefe, quien no tiene jefe, quien es más jefe y mi mamá no está para esperar por su lucha de egos”, agregó en el video.
Fue hasta el domingo cuando la Narvarte Poniente quedó en silencio, el cuerpo de Laura Ramos fue encontrado entre los escombros, Fausto Lugo, secretario de Protección Civil de la Ciudad de México, lo confirmó.
El sismo del 19 de septiembre no fue el primero que cimbró al edificio verde, dos movimientos telúricos ocurridos el 8 y el 10 de mayo del 2014 ocasionaron grietas en los muros del lugar. Asustados, los habitantes pidieron a Protección Civil que revisara el inmueble.
El 27 de mayo se registró la cédula de demanda en la Delegación Benito Juárez con el folio 20639 debido a que el inmueble presentaba algunas grietas.
Dos días después acudieron al lugar y el diagnóstico fue el siguiente: “Al exterior separación de juntas frías en escaleras de acceso peatonal y rampa de acceso vehicular, específicamente se manifiesta en todo el paramento del predio (donde comienza vía pública), además de separación de juntas de escalera y losa, también agrietamiento del muro de colindancia sur, separación grieta 5 cm, requiere sustitución (asentamiento)”, señalaba el informe.
Vecinos del lugar denunciaron que aunque la conclusión de la vista fue que no había afectaciones en la estructura del conjunto, no se realizó una revisión a profundidad, lo que habría ocasionado el derrumbe de una de las torres de departamentos.
El 15 de mayo, la entonces administradora, Rosario Acosta, pidió también desde su cuenta de Twitter al exdelegado Jorge Romero que fuera a revisar el edificio.
“Enrique Rébsamen 241, colonia Narvarte. Revisión por sismos”, “Enrique Rébsamen 241 col. Narvarte Benito Juárez, Por favor apoyo para revisión de edificio por grietas a sismos recientes”, “Por sismos, edificio en Enrique Rébsamen 241, Narvarte presenta grietas. La delegación podría enviar revisión? Gracias y saludos”, fueron los tres mensajes que mandó Rosario, el ahora diputado local nunca le respondió.
El Monstruo Verde
Los vecinos de Heriberto Frías 242 están a miles de kilómetros de Boston, pero al igual que el campo donde juegan los Red Sox, ellos también tienen en la parte trasera de su patio un “monstruo verde”, una pila de departamentos pintados de ese color que al más ligero movimiento amenazan con caer y aplastar su patrimonio.
Los trabajos de demolición ya comenzaron en Enrique Rébsamen 241 que se encuentra en la parte trasera de la manzana, la primer torre en ser derribada es la que da a la calle, sin importar que las otras presentan un mayor riesgo para los otros edificios que se encuentran alrededor.
Desde la zona de estacionamientos y desde la ventana de algunos departamentos se ve como la torre 2 del edificio color verde está a punto de colapsar, esta amenaza hizo que todos los habitantes del 242 de Heriberto Frías abandonaran su hogar.
Para regresar, solamente piden que se le dé prioridad a tumbar los pisos de arriba que podrían caer sobre sus viviendas.
“Pedimos que quiten arriba los cuartos de servicio y el siguiente nivel, con eso nos regresamos”, comentó uno de los vecinos.
“Lo que a mí me consta y sí te puedo platicar es que vino el de Obras de la Ciudad de México y dijeron que ya lo tienen contemplado ellos, me lo dijeron a mí como militar; ahorita van a meter una pinche máquina o esa madre para que corte las lozas, las levanten y luego van a meter una máquina para que comience a rascarle”, dijo el coronel Palacios, que resguarda las labores.
A una semana del sismo, las pérdidas humanas ya están siendo enterradas, poco a poco la ciudad va retomando su ritmo, salvo aquellas personas que resultaron afectadas por los daños colaterales del terremoto.
Otra fuerte sacudida se viene, pero esta solo ocurrirá para los responsables de tanta tragedia, quienes por omisión o corrupción no verificaron a tiempo los cientos de edificios dañados, o que permitieron su construcción.