Las preguntas fueron directas. Las respuestas, técnicas, vagas y evasivas. ¿A cuánto ascienden los dividendos que la banca entrega a sus accionistas? ¿La banca extranjera ordeña al país? ¿Está dividida la Asociación de Banqueros de México (ABM)?
En la conferencia previa a la inauguración de la 75 Convención Bancaria, Jaime Ruiz Sacristán, presidente de la ABM, respondió: “Voy abordar el tema para dar respuesta a esta pregunta y que no me la vuelvan a preguntar.”
“No hay distinción de quiénes somos, trabajamos para sacar un México unido y mucho más sólido. Algunos de nuestros miembros puede tener una apreciación del sistema financiero distinta de cómo es hoy”.
Los bancos que operan en México son filiales, sucursales. Por lo tanto tienen capital propio que está en el país y no en su matriz, pero tienen que cumplir con todas las reglas porque “somos observados y regulados” por muchas autoridades, respondió.
Todo lo que hacemos está vigilado y tiene que estar dentro del marco jurídico de lo que establecen la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Banco de México (Banxico) y otros más, justificó.
Se hicieron los occisos
Pero los dardos seguían lanzándose. ¿Cuál es el monto de los dividendos que pagan a sus accionistas?
Ruiz Sacristán se limitó a decir: “el pago de dividendo a sus accionistas en el mundo, es una práctica normal en el sistema de libre empresa. Lo están haciendo bajo regulación”.
No sabemos cuánto pagaron el año pasado, se limitó a decir. Ojalá al final de esta Convención podamos dar el dato, pero es público, está en todos los informes trimestrales de la CNBV.
“No tengo siquiera el dato de los dividendos que se han mandado, pero habría que ver también el pago de dividendos de la industria automotriz y la hotelera”, remató.
Y no se volvió a tocar más el tema del pago de dividendos, de las utilidades y de la ordeña bancaria.
Una banca blindada
La crisis financiera que vive Europa y la posibilidad de que Grecia salga de la Unión Europea (UE) y deje el euro, no fue un tema que preocupó a los banqueros. Es más, aclararon que las instituciones filiales aquí en México “están blindadas y no hay riesgo de contagio”.
Nicole Reich, directora general de Scotiabank aclaró enseguida: “existen los mecanismos de control para evitarlo”, y esa, dijo, es una de las cosas que nos distingue, como país, del resto de los sistemas financieros del mundo.
Y fue más allá al referirse al caso de Grecia y su implicación en un mundo globalizado.
“Los bancos mexicanos que tienen su capital en el extranjero están perfectamente capitalizados y no sufrirían si sus matrices estuvieran en problemas, porque tienen el capital suficiente para seguir prestando.
No vemos qué pueda afectar a la banca mexicana”, dijo la también vicepresidenta de la ABM.
Los movimientos recientes que se han registrado en el tipo de cambio, ni siquiera los mencionaron.
Azteca censura a Téllez
La modificación al Índice de Precios y Cotizaciones (IPC) que afectó las acciones de Elektra por el cambio de ponderación del indicador bursátil fue una decisión poco seria, señaló Luis Niño de Rivera, vicepresidente de Banco Azteca.
El también vocero de Grupo Salinas agregó que la actitud de Luis Téllez, presidente de la BMV, despierta “sospechas” sobre todo después de que 20 meses antes había afirmado que el mecanismo era mejor e innovador.
“Esperamos que se comporte como un presidente de la BMV serio”, dijo.
A su juicio, Téllez se prestó al juego de especuladores que querían afectar a la empresa de Ricardo Salinas.
Sin embargo, descartó que Grupo Salinas vaya a presentar una queja ante la Comisión Nacional Bancaria y de Valores.
“Tampoco vamos a salir del Índice, los que deben quejarse porque salieron afectados, son los inversionistas”.
Al preguntarle si Téllez debería dejar la presidencia de la BMV, Niño de Rivera respondió que esa decisión le corresponde a quienes lo pusieron en el cargo.
“Lo más importante es que está golpeando a los minoritarios, les ha hecho un daño enorme sólo para responder a los especuladores”.
La oferta y la demanda, aclaró, revela que había más demanda que oferta. “No estamos guardando nada; las acciones están en el mercado, hay algunas en fideicomisos y pueden salir en cualquier momento”.
Apenas en agosto de 2010 había anunciado la conformación del nuevo índice y 20 meses después cambió la metodología de manera sorpresiva, lo que hizo caer los títulos de Elektra.
Esta operación afectó el patrimonio de los accionistas y minó la confianza de futuros inversionistas en el mercado.