La reforma a las leyes Federal del Trabajo y del Seguro Social para regular a las trabajadoras del hogar “son ley muerta” si los tres niveles de gobierno no generan prácticas para que esto se vuelva una realidad en la vida cotidiana de este sector, denunció la senadora panista Indira Rosales San Román.
Al respecto, la priista Claudia Edith Anaya Mota precisó que una cosa es legislar y otra cosa es implementar e instrumentar una ley:
En entrevista con Reporte Índigo, las legisladoras manifestaron que tras la aprobación de las leyes en cuestión, el Ejecutivo federal tiene que implementar los lineamientos para hacer realidad esos cambios, de lo contrario, desde el Senado presionarán para que se realice una política pública de diseño, implementación y evaluación del tema trabajadoras del hogar con acceso a la seguridad social.
Refirió que aprobada la citada legislación por unanimidad, el siguiente paso es trabajar con las distintas áreas el Poder Ejecutivo y, sobre todo, con la sociedad, porque no se queda únicamente en el Senado de la República, sino que la sociedad y las mujeres conozca sus derechos.
Rosales San Román recordó que el trabajo legislativo en el Senado se hizo con el acompañamiento de grupos de trabajadoras del hogar: “sin embargo, lo que ahora también tenemos que hacer socialmente es que no se sientan solas y puedan exigir sin que se ponga en riesgo su trabajo.
“Sentamos un precedente muy importante. Dimos un paso al frente, pero todavía tenemos un largo trabajo por hacer para que cada una de estas reformas efectivamente transforme la realidad de las mujeres”.
Leyes utópicas para trabajadoras del hogar
Claudia Anaya, senadora por Zacatecas, resaltó que se ha crecido mucho en este país en los últimos años en materia de darle derechos a las personas a través de las leyes, pero en tema de acceso a los derechos, el país ha retrocedido significativamente.
“Tenemos leyes utópicas en donde a la gente se le da derecho a todo, pero políticas públicas pobres en donde la gente no tiene acceso a nada, es lo que está pasándonos”.
Con el tema de las trabajadoras del hogar, es complicado que la Secretaría de Trabajo y Previsión Social, encargada de hacer revisiones en los hogares o establecimientos públicos, tenga la capacidad de verificar cuántas personas están dadas de alta en el IMSS, dijo.
Lamentablemente, al ser un tema del trabajador del hogar de índole privado, “no pueden caer ahí la Secretaría del Trabajo y el IMSS para hacer inspecciones. Tendría que ser una denuncia que naciera de la trabajadora doméstica y decir que el patrón no la ha querido dar de alta”, recomendó Claudia Anaya.
Otro de los problemas por lo que no se aplica a cabalidad la reforma, se debe a los acuerdos intramuros entre ambas partes para evitar que el desembolso sea mayor, ya que en lugar de pagar una aportación para obtener prestaciones, deciden guardar silencio para que el sueldo disminuya.