En los últimos días, el Tribunal Electoral del Distrito Federal (TEDF) se ha convertido en un coto de poder que nadie quiere tener, y hasta eso, es un problema en la capital del país…
Es más, la disputa entre los líderes de partido es tan sui géneris, que nadie está luchando por hacerse del control de este órgano colegiado, sino por quedarse fuera de cualquier negociación relacionada con ese tema.
El Tribunal Superior de Justicia del DF emitió el viernes pasado la convocatoria para cubrir la vacante de magistrado del TEDF, que dejó Armando Maitret Hernández, tras obtener el mismo cargo, pero para la sala regional.
El problema de fondo es que el grupo de poder que consiga quedarse con ese espacio, lo hará por un periodo menor a dos años ya que en enero de 2015 se renovarán las cinco magistraturas del tribunal electoral.
De esa forma, el bloque que imponga al suplente de Maitret Hernández quedará, en automático, sin posibilidades de nombrar un magistrado para el periodo 2015-2023, tiempo en el que habrá dos procesos electorales.
En teoría, el espacio le corresponde al Partido Acción Nacional (PAN), cuyos principales líderes, Mariana Gómez del Campo, Jorge Romero y Federico Döring pueden decidir a cuál de los tres le corresponde esa vacante.
Pero nadie la quiere por tres razones: Primera, el magistrado elegido ya no podrá participar en la elección de jefes delegacionales y diputados locales de julio de 2015.
La segunda es que en la elección vecinal que se realizará el próximo 1 de septiembre, el TEDF está prácticamente relegado por una serie de modificaciones que le hicieron a la Ley de Participación Ciudadana.
Por último, los demás partidos tampoco ven en este cargo otra ventaja que no sea darle valor curricular a un interesado en cubrir la vacante de magistrado del Tribunal Electoral del DF y “quemar un cartucho antes de tiempo”.
Correlación de fuerzas
Es una práctica común que los partidos políticos se repartan los nombramientos de los titulares de órganos autónomos vía poder legislativo, llámese Cámara de Senadores, de Diputados o ALDF.
En 2006, los grupos de poder se repartieron la última conformación del TEDF, donde el PRD se quedó con cuatro magistraturas y el PAN con una, debido a la correlación de fuerzas de entonces.
El PRD tenía cuatro: Adolfo Riva Palacio (vía Marcelo Ebrard), Alejandro Delint (por Jesús Zambrano), Darío Velasco (por IDN) y el exmagistrado Miguel Covián (a través de René Arce).
En esa ocasión la disputa fue entre las tribus del sol azteca, pues el espacio que tenía el PAN fue apoyado de manera unánime para que Armando Maitret se quedara con el cargo.
Tres años más tarde, Miguel Covián fue destituido del cargo por violar una serie de disposiciones legales, entre las que estaba cobrar en otra institución mientras trabajara para el TEDF, rentar y vender plazas labores y otras irregularidades más.
Las pruebas fueron tan contundentes que al entonces jurista no le quedó más que ratificar su salida con una renuncia voluntaria, ya que existían vacíos legales para remover a los magistrados.
El espacio se renovó con Aidé Macedo en 2011 y con el consenso de todas las fuerzas para que el jefe de gobierno, vía la Consejería Jurídica, hiciera la propuesta final.
De acuerdo con la ley, los relevos deben ser escalonados para que se evite el reparto de cuotas. Ella debía ocupar el cargo durante el periodo 2011-2019, pero los diputados locales consideraron que era mejor ponerla como suplente por un lapso de cuatro años.
A principios de este año, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación abrió su convocatoria para renovar sus Salas Regionales, donde participaron consejeros y magistrados.
Ahí fue seleccionado Armando Maitret. Por eso tuvo que dejar su cargo en el TEDF y así asumir el rol de calificador de las resoluciones de sus excompañeros de trabajo.
La metodología de la ALDF fue la misma: buscar una suplencia para que todos los partidos se repartan los espacios en el 2015 en vez de elegir un buen perfil para el periodo 2013-2021.
Y por esa razón se emitió la convocatoria por un lapso menor a dos años para que, quien resulte ganador de este proceso electivo, salga junto con los actuales magistrados.
El conflicto en el PAN
En la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) hay malestar, principalmente porque el TSJDF no los consultó y emitió su convocatoria de manera unilateral, al menos así lo percibe el PAN.
En ese partido tienen claro que por la correlación de fuerzas y debido a que es un espacio que ya tenían, les corresponde mantenerlo, pero el problema está en que alguien lo quiera asumir.
Aunque la mayoría del blanquiazul está en manos de Mariana Gómez del Campo y Jorge Romero, Federico Döring es la principal aduana que deben sortear para imponer sus condiciones en la ALDF.
Esto ya quedó claro con la elección de consejeros electorales para el periodo 2013-2020 donde los dos primeros no pudieron colocar a su candidato y tuvieron que optar por un tercero en discordia.
En el interior del PAN se dice que la convocatoria no transitará y que buscarán boicotearla, pues nadie de sus líderes está dispuesto a abanderar un magistrado “patito”.
“No es relevante, no habrá proceso electoral de por medio y en las vecinales veremos poco margen de acción”, esa es la postura generalizada.
Para las tribus perredistas podría ser benéfico asumir al nuevo magistrado, pero en virtud de que los conflictos en el seno del PRD no cesan, a ningún grupo le interesa hacer una negociación con ese tema.
Sobre todo cuando en el reparto de espacios, todo lo que le han dado a un grupo cuenta.
Y en el PRI, la apuesta es esperar que las divisiones al interior del sol azteca se radicalicen y con ello puedan obtener hasta dos magistrados en la definición de 2015.
Mientras tanto, el Tribunal Electoral sigue obteniendo ahorros derivados de la salida de Maitret y su ponencia. Justo a unos meses de que se realice la elección vecinal, en la que es probable su baja participación.