En agosto próximo, México recibirá a los relatores especiales de la ONU y de la OEA ante el clima de amenazas y agresiones a los comunicadores. La intención es revisar las condiciones en las que se ejerce el periodismo en nuestro país.
¿Qué es lo que van a encontrar los especialistas David Kaye de la ONU y Edison Lanza de la OEA al hurgar en las entrañas del periodismo mexicano? ¿Toda la responsabilidad de las agresiones a los comunicadores recaerá en el Estado? ¿Saldrán a la luz pública las malas prácticas con las que se ejerce el periodismo en algunas partes del país?
“La violencia contra los periodistas en México va a seguir, esto como una constante derivada del autoritarismo estable que ha fomentado la corrupción, madre y padre de toda la violencia generada en el país.
“(Cuando se erradique) la telaraña de corrupción propiciada desde las esferas de gobierno, (es) cuando se pueda pensar en que cese la violencia contra los comunicadores”, dijo para Reporte Indigo el doctor Edgardo Buscaglia, investigador de la Universidad de Columbia y considerado el máximo especialista a nivel mundial en temas de seguridad.
Por su parte, la doctora en sociología e investigadora universitaria en temas de periodismo, Martha Durán de Huerta, considera que en la violencia de la que es objeto la prensa mexicana también influyen las malas prácticas profesionales con que muchos comunicadores ejercen el periodismo.
Durán de Huerta dijo a Reporte Indigo que uno de los más graves problemas que actualmente afronta el gremio es la autocensura.
“La que ocurre a veces por temor, pero también se hace presente por conveniencia de algunos reporteros y medios de comunicación, que han visto en el manejo de la información una forma de hacer negocios”.
Por su parte, el senador del PT Marco Antonio Blázquez Salinas, presidente de la Comisión de Seguimiento a las Agresiones a Comunicadores y Medios de Comunicación, espera que la visita sea al menos un mensaje de aliento al gremio.
“El país vive una situación complicada que va desde la seguridad nacional y la seguridad pública hasta derivar en atentados a la libertad de expresión; aun cuando no es una violencia focalizada contra los periodistas, somos nosotros los comunicadores los que estamos recibiendo la mayor carga de esa violencia”, dijo el legislador y periodista.
Por lo pronto, el Gobierno federal ha manifestado su total disposición para que los relatores especiales para la libertad de expresión de la ONU y de la OEA realicen trabajos en suelo mexicano a fin de que se revisen con lujo de detalle las condiciones existentes para el libre ejercicio periodístico, aunque también se revisará la ética con que éste se desarrolla.
Cabe recordar que la presencia de los relatores especiales de la ONU y de la OEA es el resultado de la movilización gremial que se ha dado en las últimas semanas, luego del asesinato de nueve periodistas en lo que va de este año, a donde se suma la presunción de espionaje que estaría llevando a cabo el Gobierno federal en contra de algunos comunicadores, según lo denunció el diario estadounidense The New York Times.
Para Buscaglia, lo verdaderamente preocupante es que a pesar de la violencia contra periodistas no se haga nada, y que la sociedad siga a la espera de que haya un cambio de gobierno con los mismos actores políticos.
“En México no hay izquierdas ni derechas, sólo hay actores tratando de hacer negocios, cambiándose las camisetas partidistas, haciendo cambios gatopardianos -cambiando algo para que no cambie nada-, simulando la propuesta de cambios, pero sin llegar a ellos, y fomentando la corrupción, que es la madre y padre de toda la violencia que se vive en el país”, dijo.
Prensa hostigada por el espionaje
Otra de las realidades que sin duda encontrarán los relatores especiales de la ONU y de la OEA en su próxima visita a México, serán las malas prácticas de algunos trabajadores de los medios de comunicación.
“En todas las profesiones existen malas prácticas, y el periodismo no es la excepción, (por lo que corresponde al propio gremio) establecer paneles de ética a fin de expulsar a sus manzanas podridas, los periodistas ‘chayoteros’ y los que están corrompidos por el crimen organizado (para que) no ejerzan”, dijo el doctor Buscaglia.
Las malas prácticas dentro del periodismo, según lo reconoció el senador Marco Antonio Blázquez Salinas, son propiciadas también por la nueva dinámica del periodismo.
“En donde alguien con un teléfono celular, aunque carente de experiencia en el manejo de la información, se puede convertir en comunicador de la noche a la mañana.
“Los periodistas debemos ser como otros gremios, que, a través de la capacitación y la certificación, incluso a través de colegios, debemos protegernos de los charlatanes”, explicó el senador.
La doctora Martha Durán de Huerta reconoció que a la fecha son muchos los periodistas que ejercen el periodismo sin mayor ética, que aumenta las condiciones de riesgo de los comunicadores.
Malas prácticas de periodistas
Desde la óptica del especialista en temas de seguridad, los relatores de la ONU y de la OEA, sin duda encontrarán en México a una prensa hostigada por el espionaje oficial.
“Los periodistas honestos son perseguidos por los aparatos de inteligencia del gobierno mexicano, en casos similares a los registrados en Guatemala y algunos países de África”.
Esta práctica es la misma que se observó en su momento en países como Argentina Colombia, Brasil, Camboya y Sudáfrica, donde la corrupción de la clase gobernante observó como su principal amenaza a los periodistas, quienes cumplían con su labor informativa y de denuncia sobre la descomposición del Estado.
En el caso de México, Edgardo Buscaglia estima que el espionaje a periodistas es otra de las vertientes de las que tiene diseñadas el estado para tratar de mantener el control de la información pública, en donde la primera es la compra de periodistas e investigadores académicos para que realicen textos y estudios a modo que indiquen que todo va bien, como quedó evidenciado en el gobierno de Felipe Calderón.
Recordó, además, que no necesariamente el espionaje tiene que venir como política oficial de un gobierno, sino que puede ser producto de la vida autónoma que llegan a tomar algunas células de investigación de las esferas de inteligencia que llegan a ponerse al servicio de funcionarios públicos con evidentes intereses económicos.