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A seis días del escándalo mediático que provocó el pronunciamiento religioso de Margarita Arellanes, regidores polemizaron la actuación de la alcaldesa durante la sesión de Cabildo.
Éste fue el principal motivo de debate entre los regidores del PRI y del PT, quienes se manifestaron en contra de la actuación de Arellanes.
Y en cambio, los integrantes del Cabildo del PAN y del PRD optaron por apoyar a la edil, luego de que entregara simbólicamente las llaves de la ciudad a Jesucristo en el evento Ora Monterrey.
“Sí nos gustaría mucho que nos dijeran ¿cuál es el tiempo, el horario de un alcalde? Si no es de tiempo completo, de qué horas a qué horas se es alcalde”, cuestionaba la regidora del PRI, Carlota Vargas.
“Porque se puede acudir a cualquier evento. Lo que no se puede hacer es tomar la palabra en el evento, porque si no se deja de ser alcaldesa en ningún momento, está tomando la palabra como alcaldesa”.
Mientras que el regidor Asael Sepúlveda subrayó la necesidad del Estado laico.
“Para salvo guardar la libertad de creer y la libertad de practicar algún culto, se hizo necesaria la separación entre la iglesia y el Estado, de tal manera que el Estado no dependiera de ningúna religión”, argumentó el regidor del PT.
Eugenio Montiel del PRI se mostró indignado.
“No se vale jugar en la línea y en la raya queriéndole pegar a que si estamos jurídicamente o estamos en el borde, verdad, para generar escándalos”, señalaba Montiel.
Ante el ir y venir de su controvertida actuación, la alcaldesa de Monterrey se defendió argumentando que acudió a título personal actuando con conciencia humana en un evento privado al que asistió con su familia.
“No me arrepiento, porque sería negarme a mí misma y a Dios”, señalaba Arellanes.
Y lamentó que se mal interpretara su actuación en un evento de carácter espiritual, como anteriormente no se le cuestionó cuando le cantó la mañanitas a la Virgen de Guadalupe.