Los abismos de la Línea 3
El surgimiento de un socavón de grandes dimensiones en las obras de la Línea 3 del Tren en Guadalajara volvió a generar incertidumbre sobre la seguridad de dicho proyecto
Luis Herrera y Jonathan AvilaEl surgimiento reciente de un socavón que se tragó una retroexcavadora entera en las obras de la Línea 3 del Tren Ligero en Guadalajara, en pleno Centro Histórico, volvió a encender las luces de alerta alrededor de este proyecto; uno que dejó inconcluso la administración del expresidente Enrique Peña Nieto.
El riesgo no es únicamente para los habitantes y paseantes del primer cuadro de la ciudad, sino para el patrimonio histórico de la misma, pues el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene identificados 19 inmuebles catalogados como monumentos históricos sobre el trazo del túnel de la Línea 3.
El señalamiento más preocupante lo emitió el Colegio de Ingenieros Civiles de Jalisco (CICEJ), ente especializado en infraestructura, que advirtió que la sección subterránea de la Línea 3 que atraviesa el Centro Histórico de Guadalajara pudo haber generado otros socavones de igual magnitud, imperceptibles de momento.
Durante la construcción del túnel que pasa por debajo del Centro Histórico, las autoridades reconocieron que estaban teniendo problemas con los mantos freáticos (agua subterránea) de la zona. Al respecto, el presidente del CICEJ, Armando Brenez Moreno, explicó el fenómeno y por ende, los peligros a los que se enfrenta este proyecto de movilidad urbana.
“Es una zona con presencia de altos niveles de mantos freáticos que, al no ser controlados, ocasionan escurrimientos que originan el arrastre de los materiales finos y de los estratos subsecuentes a la superficie de rodamiento, lo cual ocasiona los asentamientos que provocan los socavones”.
A decir de Brenez Moreno, lo más recomendable para evitar riesgos es que la Secretaría de Comunicaciones y Transporte (SCT) del Gobierno federal proceda con un monitoreo sobre toda la Avenida Alcalde para confirmar o descartar si existen otros socavones como el surgido el pasado 6 de mayo.
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Patrimonio en riesgo
Durante la construcción del túnel de la Línea 3 en la capital de Jalisco, siempre estuvo latente la posibilidad de que se generaran daños al patrimonio histórico de la ciudad, por ello el INAH le exigió a la SCT una fianza por cada uno de los 19 inmuebles históricos en riesgo, lo que generó una bolsa de 405 millones de pesos (mdp) disponible para responder por daños.
En el oficio 401.F(6)19.2015/5742 expedido el 18 de diciembre de 2015 por la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del INAH para la autorización de la obra, se deja en claro que ante cualquier amenaza a los edificios protegidos, el SCT tendría que suspender los trabajos.
“En el momento en que el INAH advierta o sea informado de la existencia de algún riesgo para la integridad del patrimonio cultural edificado, ordenará la suspensión inmediata de los trabajos, hasta en tanto se definan las medidas necesarias que garanticen la seguridad y estabilidad de los monumentos históricos”, indica el documento.
Apenas este 9 de mayo, el arqueólogo de la Universidad de Guadalajara, Erick González Rizo, advirtió que la Línea 3 sí había generado daños a inmuebles históricos, como el Templo de San Francisco, del cual afirmó que “es el más afectado” por el proyecto.
“El túnel pasa por debajo en forma diagonal, no por un costado como en la Catedral, entonces se debilitó la estructura. Si visitas el edificio verás las grietas por todos los costados. Le han intentado poner refuerzos: polines, andamios, pero la afectación es muy grave, incluso peligra su posible uso y conservación, siendo que éste y la Catedral son los templos más antiguos de la ciudad”, señaló González Rizo.
De acuerdo con el arqueólogo, otros inmuebles con valor histórico afectados por la Línea 3 son el templo de San José de Gracia y la propia Catedral, esta última de por sí afectada por la construcción del túnel de la avenida Hidalgo.
Retrasos y sobrecostos
El socavón ocurrido recientemente en avenida Alcalde, entre las calles de San Felipe y Reforma, no ha sido el único desperfecto que han presentado las obras de la Línea 3 del Tren Ligero en Guadalajara.
Los retrasos en las obras han generado otros daños importantes, tanto para la población que padece los cierres por la construcción, como para quienes requieren de dicho sistema de transporte; además del incremento en el presupuesto que se tiene para el proyecto.
Las operaciones de la nueva línea estaban previstas para el 2017 y todavía el año pasado, el discurso de las autoridades anunciaba su apertura para este 2019. Pero bajo la nueva administración estatal y federal se ha declarado que la apertura de la Línea 3 será hasta el año 2020.
Con respecto al sobrecosto de la obra, que originalmente requeriría una inversión de 17 mil 692.7 millones de pesos, la Cartera Pública de Inversión de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público refiere que el monto de inversión total requerido será de 30 mil 418.4 mdp.
A la par de este incremento en el costo de las obras, también se dio una insuficiencia presupuestal, en donde el gobierno actual peleó para obtener cerca de 3 mil 500 mdp extras para poder concluir con las obras. No obstante, hasta el momento sólo han recibido alrededor de 500 mdp.
“El dinero ha estado llegando en forma paulatina. Los mil millones de pesos inicialmente programados ya llegaron; ya se les pagó a las empresas contratistas y va fluyendo”, declaró Ernesto Rubio Ávalos, director del Centro SCT Jalisco.
Este 10 de mayo, la SCT comunicó que, en un acuerdo con las autoridades del Gobierno de Jalisco, realizarán un estudio de tomografía eléctrica a lo largo de la zona de suelos adyacentes al túnel, con el objetivo de detectar la eventual presencia de “huecos” en el subsuelo y prevenir incidentes.