En un hospital en Naucalpan, Estado de México, un hombre permanece grave, tiene corte tipo militar y un enorme tatuaje verde con negro en el hombro derecho que baja hasta el brazo. Se trata de José Luis González González, uno de los tres presuntos delincuentes que pretendían ingresar a la casa del excardenal Norberto Rivera Carrera, en la colonia Florida, alcaldía de Álvaro Obregón.
Reporte índigo tuvo acceso a una imagen del detenido, quien se aprecia corpulento, moreno y con al menos dos impactos en el cuerpo, uno en el tórax y el segundo en el abdomen. Ocupa una cama del Hospital de Traumatología de Lomas Verdes del IMSS, luce inconsciente, tiene un tubo en la boca, a su vez sujetado por un listón.
La Procuraduría General de Justicia local, luego de rastrear en diversos nosocomios públicos y privados, informó que se trata de un hombre de 33 años con residencia en el municipio de Ecatepec, pero que ingresó herido a un hospital del Seguro Social en Naucalpan.
Luego de que se analizaran las cámaras del C5 y de que se generó la alerta de búsqueda para la zona centro, la policía capitalina identificó la ruta de escape de los agresores hacia el Edomex, donde finalmente fue ubicado el presunto homicida que se mantiene bajo estricta vigilancia policiaca.
Uno de los escoltas que sobrevivió al ataque lo reconoció herido en el como uno de los participantes en el crimen del PBI que fungía como escolta y que murió la tarde del domingo.
Debido a su estado de salud, la Procuraduría de Justicia local esperaba el momento médico oportuno para realizar la entrevista y acreditar cómo fue que participó en los hechos, además determinar si tiene antecedentes penales, por lo que se ha solicitado información a Plataforma México.
Video, pieza clave
Aunque está claro que los tres hombres buscaban agredir directamente al excardenal Norberto Rivera Carrera, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) busca determinar sin son secuestradores o una banda de ladrones especializados que los últimos meses ha saqueado residencias de esa zona del sur de alto poder adquisitivo.
A los investigadores les llama la atención el tipo de armas que emplearon los agresores, entre estas una metralleta con la que abrieron fuego contra los escoltas. El video captado por las cámaras fue clave para capturar al primer implicado en los hechos.
A pesar de que ya había recibido un balazo directo en la cara, en el cachete derecho, el PBI que fungía como escolta, José Javier Hernández Nava siguió disparando, evitando a toda costa que los tres hombres consumaran la agresión directa que planearon contra el excardenal Norberto Rivera Carrera, quien estaba en una de las habitaciones.
Así se aprecia en los videos captados por las cámaras, analizados por las autoridades de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México. En el material se observa taque luego de la balacera en el interior del inmueble en Camelia y Francia, colonia Florida, uno de los tres hombres sale con la mano en el pecho y a gatas, herido.
Con estos elementos se supo que los escoltas habían logrado lesionar a uno, quien fue rastreado en hospitales hasta encontrarlo en uno perteneciente al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Naucalpan.
De forma privada, el excardenal y un pequeño equipo de auxiliares oficiaron una misa para honrar al elemento de la PBI que en todo momento intentó evitar que los delincuentes ingresaran para cumplir con su objetivo de llegar hasta Norberto Rivera. Con una fotografía, ofrendas florales y compañeros del uniformado, el prelado encabezó la misa.
Fue agresión directa
El Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, José Ramón Amieva, informó que el principal móvil que se investiga es la agresión directa en contra del excardenal, quien vive en esa casa acompañado también de religiosas.
Al detallar cómo ocurrieron los hechos el mandatario local aseguró que los delincuentes nunca pudieron llegar ni estar cerca del religioso, pues es una casa que tiene un pasillo muy amplio y estos no pasaron de la entrada.
“Los atacantes no logran pasar ni siquiera la zona del garaje ni entrar a las habitaciones donde estaba el excardenal”, precisó.
“El tema es que hay una persona que trata de ingresar, llevaban un documento un sobre manila con hojas al interior y referían que eso iban a entregar; al momento que abren ingresan dos personas más, en total tres, esta persona que les abre intenta repeler la agresión, lo agreden pues llegaron con armas de fuego, derivado de las heridas fallece”.
Amieva Gálvez confirmó que la PGJCDMX también investiga la relación de estos hechos con el hallazgo de cuatro artefactos explosivos localizados en la zona de San Ángel, cerca de la Florida, perímetro de Álvaro Obregón.
“Son unos tubos metálicos con una mecha en un extremo, al parecer uno fue detonado y los otros tres abandonados, de dónde provienen y con qué situación se pueden vincular”, dijo.
Respecto a Norberto Carrera, explicó que el excardenal solicitó que se mantenga bajo reserva la información referente al dispositivo de su seguridad.
“Él solamente escuchó las detonaciones, no hay ningún testigo adicional, más que uno de los dos que repelieron la agresión, uno falleció”.
Del elemento que murió al repeler la agresión, explicó que el gobierno capitalino dará todos los apoyos establecidos a la familia, entre ellos, el fondo para policías que mueren al hacer su trabajo operado por el DIF capitalino.
Peritos de la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México elaboraron dos retratos hablados de los otros dos implicados en el ataque a la casa donde reside Norberto Rivera.
Uno de ellos mide aproximadamente 1.70 metros de altura, portaba saco gris y lentes de mica transparente. El otro tiene entre 30 y 35 años, es de tez morena, robusto y usaba gorra negra.
La explosión de San Ángel
La madrugada de ayer en las calles de Angelina y Pedro Luis Ogazón, colonia San Ángel, se registró una explosión que originó una movilización policiaca en la zona.
Al arribar al lugar, la unidad MX 324 P2, a bordo el policía primero Óscar Cárdenas Ramírez se entrevistó con uno de los vecinos, quien explicó que después de escuchar la detonación encontró un tubo de 15 centímetros y tres más con mecha.