Este 6 de enero, mientras en distintos estados del país se celebraba el Día de Reyes, en Saltillo, Coahuila, otro festejo tuvo lugar: la celebración por el 25 aniversario de la consagración de Raúl Vera López como obispo.
Tras concluir la gran misa masiva que se realizó este domingo en el parque Las Maravillas, Reporte Indigo charló vía telefónica con el titular de la Diócesis de Saltillo.
Vera nos relata sus impresiones de lo acontecido los tres días previos en el marco del Jubileo Episcopal al que acudieron como invitados los obispos Alfonso Garza Treviño, Gustavo Rodríguez, Guadalupe Galván y Francisco Villalobos, entre otros.
Durante dos días de seminarios, ponentes como el jesuita español Jon Sobrino y el obispo peruano Gustavo Gutiérrez, dialogaron en torno a la confesión de la Iglesia profética.
El énfasis primordial de la reflexión que se hizo versó no tanto en las necesidades que tenemos “sino en lo qué estamos obligados a responder nosotros en este momento”, cuenta el fraile dominico.
Los pobres tuvieron un lugar preferencial en la reflexión según el obispo oriundo de Acámbaro, Guanajuato.
Si bien se abordó el tema de cómo conformar una mística, una espiritualidad –dado que “el encuentro con Dios es básico y fundamental para comprometernos”– lo nodal es entender que “es ilógico seguir tratando a los pobres como lo hacemos y dejarlos en la situación en la que los estamos dejando”.
El sacerdote que ha encabezado una lucha sin tregua a favor de los grupos más desprotegidos en México afirma que “la casa de toda la familia humana es este mundo” y que una primera solución, por simple que parezca, es que “cuando alguien tiene hambre o está enfermo es atenderlo”.
Quien ha abogado por los derechos de los indígenas, los migrantes, las viudas de los mineros y los familiares de los desaparecidos señala que “tenemos que remover las causas que generan todo este deterioro de los seres humanos”.
Para el obispo que ha recibido diversos reconocimientos por su defensa y promoción de los derechos humanos (como la Medalla Roque Dalton, el galardón Samuel Ruiz o el Premio Rafto 2010, entre otros) el diálogo de la Iglesia con el mundo contemporáneo debe hacerse con la participación de quienes no son significativos en la toma de decisiones en el orden político ni en el económico: los pobres. “Deben de tener palabra en el modo de generar nuestros modelos de acción pastoral”, asegura.
‘Los pobres, mis maestros’
Vera me habla “a vuelo de pájaro” de las reflexiones del primer fin de semana del 2013. Se siente complacido por la reflexión de todos los participantes al jubileo en el que participaron además el poeta Javier Sicilia, líder del Movimiento por la Paz; Consuelo Morales, directora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos y el sacerdote Miguel Concha.
Lo importante -me dice el obispo- es que todos los presentes están comprometidos, de alguna manera “en la búsqueda de un mundo más humano, donde sea posible mantener un equilibrio en la vida del planeta, pensando en el cuidado de la tierra y de los pobres”.
>¿Hay esperanza de que los actores que llevan las riendas de este país sean sensibles a las demandas más urgentes de los mexicanos?
“Yo sinceramente te lo digo: el mundo no lo vamos a cambiar. Ya nos cuesta mucho eso de esperanzas y esperanzas. Ya vemos que las cosas por ahí no van. Los cambios no van a venir desde arriba.
“Basta ver el Estado policiaco que nos están anunciando. La Secretaría de Gobernación debería ser responsable de nuestro arreglo político, de la paz por el arreglo social… pero el presupuesto más alto de Gobernación irá a policías.
“El tema de la criminalidad viene de la corrupción. La procuración de justicia es la que debe ser fortalecida.
“Se terminó el sexenio pasado, hubo bastantes intentos con el director de Seguridad Pública a nivel federal y jamás, jamás lo movieron un centímetro.
“Ahora, en lugar de decir que se va a estructurar un país donde existan mayores derechos, nos meten una ley del trabajo espantosa.
“Nos están anunciando un IVA para alimentos. El gasto que se lleva el equipo político cada vez es más alto. Así como los endeudamientos con los que dejan a las entidades federativas.
“No es nada halagüeño lo que están anunciando. Ya nos cansamos de palabras. Yo creo que ya no nos podemos hacer falsas ilusiones. El cambio está en la sociedad, con las personas que se mueven para que se les haga justicia a los desaparecidos. Con los jóvenes que se mueven para exigir honestidad, procesos que les garanticen un futuro. Con los hermanos de los pueblos originarios que se mueven para renovar sus propuestas de una vida con justicia y dignidad.
“Esto es, esto es lo que cuenta. Estos son signos de esperanza, los signos que favorecen la paz.
“Eso y no el ver cómo se repiten los apellidos y los nombres, que es el mismo estrato en la vida política el que el brinca para allá y para acá. Eso no da ilusión a nadie”.
>¿Cuál es su mayor aprendizaje luego de 25 años de lucha pastoral?
“Lo he recibido de los pobres. De su sabiduría. Los pobres, los pequeños, los sencillos han sido mis mejores maestros. Desde ellos me siento muy fuerte”.
>¿A quién dirige su mensaje?
“El mensaje es para todos los grupos minoritarios, vulnerables, que siguen en pie buscando justicia les da las gracias. Les agradecemos todo lo que nos enseñan y nos animan a seguir adelante”.
El obispo Vera le habla también a los mexicanos de todos los estratos sociales que tienen la posibilidad de cambiar este país:
“Le hablo a los políticos, a los empresarios, a todos los que quieran recibir el mensaje que nos lleva a la vida y a la paz: nuestros maestros son los pequeños, son los que no cuentan, donde encontramos que a pesar de todo lo que ellos viven, ellos siguen de pie”.
El candidato al Premio Nobel de la Paz 2012 es contundente al señalar que la causa del ahora “es México, es la justicia, es la paz”.
Vera: ‘da voz a los sin voz’
Monseñor Raúl Vera “ha tenido la capacidad de, a partir de su plataforma clerical, de llevar la defensa y la representación de quienes no tienen voz”.
Así opina Mario Patrón Sánchez quien dice que el obispo guanajuatense ha sido un ejemplo como defensor de los derechos humanos. Que su trayectoria está asociada con la defensa de las personas más vulnerables.
El primer visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, destaca su defensa de los derechos colectivos en material indígena. La que, por ejemplo, llevó a cabo durante su estancia en Chiapas. La cual, dice: “fue clave para la construcción de la agenda que el movimiento zapatista reivindicó”.
Hoy en día destaca su lucha a favor de los derechos de los migrantes que enfrentan una indefensión paradigmática, según Patrón.
Además asegura que lo que lo más loable es que ha puesto la plataforma de la Iglesia al servicio de los desválidos y que ha logrado hacer de la doctrina católica una plataforma para los derechos fundamentales.
“Sumó la defensa de los derechos humanos al Evangelio que él predica de Jesucristo. Lo cual es plausible porque si tuviésemos obispos o una Iglesia mucho más comprometida se podría aprovechar más esta plataforma para lo más desprotegidos”, dice.
En su opinión, la de Vera ha sido una posición al interior de la Iglesia ha sido emancipadora dado que el sector progresista al que representa es minoritario dentro de la instucionalidad de la Iglesia. Ha sabido reivinicar los derechos fundamentales y posicionarse. Por ello reitera que Vera “es un ejemplo a seguir… Genera el compromiso no solo de seguirlo sino de sumarnos a los proyectos que él representa”.
Describe a Vera: es quien da voz a los sin voz.