Los focos rojos de la desaparición en Jalisco
En los municipios alejados del centro de Jalisco están las cifras más alarmantes de desaparición. De acuerdo con las tasas por cada 100 mil habitantes, las regiones del interior del estado son las que más vulneradas se han visto por esta problemática
Jonathan ÁvilaEn los municipios alejados del centro de Jalisco están las cifras más alarmantes de desaparición.
A 122 kilómetros de Guadalajara, en medio de cerros y de la Sierra Madre Occidental en Jalisco, está la ‘ciudad de los símbolos’, título que se ganó el municipio de San Martín de Bolaños por las complejas explicaciones que involucra la descripción de su escudo de armas.
Hoy, ni los símbolos ni las explicaciones sirven para describir a este pequeño municipio de casi mil kilómetros cuadrados y una población de alrededor de tres mil personas, atrapado entre los límites con Nayarit y Zacatecas, que tiene la mayor tasa de personas desaparecidas en la entidad.
Con una tasa de 512 personas desaparecidas por cada 100 mil habitantes, San Martín de Bolaños ejemplifica que la problemática de la desaparición en Jalisco es mayor en los municipios del interior y no solo en la metrópoli tapatía, que es donde hay una mayor atención.
Registros por municipio a los que accedió Reporte Indigo vía transparencia, indican que las regiones rurales del interior de Jalisco encabezan la lista de desaparición según la tasa de casos que han ocurrido.
En 2018, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco (CEDHJ) declaró la existencia de un cinturón rojo de desapariciones desde el sur de Jalisco hasta la región costa sur; y en la parte baja de la entidad desde el límite con Colima hasta la zona de Autlán y Villa Purificación.
El segundo municipio con la mayor tasa de desaparición es Tuxcacuesco, cuyo nombre algunos interpretan como ‘sitio escondido’, que actualmente tiene un registro de 496 personas desaparecidas por cada 100 mil habitantes.
La demarcación está a tres horas del puerto de Manzanillo, en las inmediaciones a los límites territoriales de Jalisco y Colima. Mientras tanto, en Santa María del Oro, municipio del sureste de Jalisco y colindante con Michoacán, está la tercera tasa más alta, con 443 personas denunciadas como desaparecidas.
Con respecto al repunte de las desapariciones en los municipios de las distintas regiones de Jalisco, la comisión estatal ha destacado el que estos casos se den por la presencia de grupos de la delincuencia organizada.
“Habría que detallar con toda precisión que decir esto no implica de ninguna manera que las personas desaparecidas tienen relación con el crimen organizado o la tuvieran”, ha señalado Tunuari Chávez, encargado de la Unidad de Análisis y Contexto de la CEDHJ.
También han sido relacionados los conflictos de grupos criminales por el control del territorio en las colindancias de los municipios. De los 10 que encabezan las más altas tasas de desaparición, en ocho hay una colindancia o cercanía con los límites de alguna entidad vecina de Jalisco, como Colima, Zacatecas, Michoacán o Nayarit.
“Analizado por tasa ya no solo nos muestra la operación, sino la conflictividad del crimen organizado”, agregó Tunuari Chávez.
Cuatro municipios están en el norte de la entidad, cuatro al sur y dos en el oeste, cercanos a Puerto Vallarta o Autlán, donde hay un fuerte control del Cártel Jalisco Nueva Generación.
Algunas características que comparten estos municipios son las actividades minerales proliferantes y sus bosques.
En los tres primeros municipios que encabezan la lista y que se encuentran en tres regiones y puntos distintos de la entidad (sur, norte y oeste) se registra una actividad minera ligada a la extracción de oro, plata y cobre. Así como amplias hectáreas de bosque en donde crecen pinos, encinos y huizaches.
Sin denuncia, atención, ni búsqueda
Por el alto poder de las organizaciones criminales y su contubernio con las autoridades locales, muchas de las familias en estas regiones del interior quedan en el desamparo.
Esperanza Chávez, representante del colectivo de familias Por Amor a Ellxs, destaca la dificultad para poder denunciar y el nivel de cercanía que puede haber entre las víctimas y los victimarios.
“En las regiones es muy difícil que puedan hasta denunciar, ya no digamos que puedan entrar en un programa (los familiares). Porque la mayoría de las personas saben quién se los llevó, eso sucede en las regiones. Creo que deben de entender a esas familias”, expresa.
La experta del CEPAD, Anna Chimiak, también dice que habría que tomar en cuenta la cifra negra de quienes deciden no denunciar, ya sea por temor o imposibilidad de traslado al municipio en donde puede realizar el trámite.
La defensora de derechos humanos destaca que ante este panorama se debe pugnar porque la Fiscalía del Estado de Jalisco se descentralice y regionalice en cuanto a la atención que dan a las familias que buscan a sus desaparecidos. Relata que en 2018 se crearon ocho enlaces regionales, y a pesar del intento el número fue insuficiente.
“Las familias en las regiones, en otros municipios del estado de Jalisco se encuentran en una situación de abandono completo por parte de las instituciones, tanto las especializadas en búsqueda y en investigación pero también en atención a víctimas”, explica Anna Chimiak.
Cifras de desaparición, preocupantes a nivel internacional
En su visita a Guadalajara, el representante en México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Jan Jarab, expresó su preocupación con respecto a las cifras de personas que se encuentran registradas como desaparecidas.
Estimaciones del CEPAD han evidenciado que tan solo entre enero y mayo de 2019 han desaparecido 14 personas al día. Por ello familiares de desaparecidos como Blanca Arana Aguilar, de Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco, ha expresado que se necesita ‘algo para que ya no sigan desapareciendo’.
Otras voces internacionales como la de Rainer Huhle, exintegrante del Comité de la ONU contra la Desaparición Forzada, también han señalado la importancia de prestar atención a lo que ocurre ante los ‘dramáticos sucesos por falta de seguridad en la búsqueda’ que se han vivido en esta entidad.