El discurso de austeridad que ha caracterizado a la LXIV Legislatura en la Cámara de Diputados ha quedado solamente en buenas intenciones, pero su práctica demuestra lo contrario.
Los diputados continúan beneficiándose de asignaciones millonarias que se otorgan a las bancadas; además de ejercer el gasto sin mecanismos de control y muchas veces en la opacidad.
Durante los primeros seis meses de la Legislatura, entre septiembre del 2018 y febrero del 2019, las ocho bancadas de San Lázaro recibieron 478 millones 850 mil pesos para sus gastos internos.
La bancada de Morena, por tener mayor número de diputados, fue la más beneficiada con los recursos de los que pudo disponer, que fueron 194 millones 499 mil pesos.
La bancada del PAN recibió 83 millones 673 mil pesos; el PRI accedió a 57 millones 582 mil; el PT, 33 millones 108 mil; Movimiento Ciudadano, 33 millones 71 mil; el PES, 34 millones 517 mil; el PRD, 23 millones 760 mil; y el PVEM, 18 millones 640 mil pesos.
Los gastos realizados en el Congreso de la Unión han sido motivo de críticas y análisis.
Es también el dinero que cada una de las bancadas recibe para sus gastos internos y que ha sido motivo de múltiples críticas incluso de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
Para asignar estos recursos, la Junta de Coordinación Política —el órgano donde se concentran los líderes de cada bancada y se toman decisiones para el funcionamiento de la Cámara baja— acuerda cómo será el reparto del dinero público.
La Ley Orgánica del Congreso de la Unión establece que los grupos parlamentarios tendrán acceso a una subvención mensual, integrada por una suma fija y otra variable, que depende del número de diputados que componen cada bancada.
Estas prerrogativas son integradas para el análisis de la Cuenta Pública del año en curso, por lo que son revisadas por la ASF.
Para este año, la Junta de Coordinación Política, presidida por el morenista Mario Delgado, acordó otorgar cinco tipos de subvenciones a las bancadas.
Además, se otorgó una subvención para apoyos logísticos a los grupos parlamentarios; un monto ordinario variable —que depende del número de legisladores de cada bancada—; otra cantidad para pagar al personal de apoyo de cada bancada; y otra subvención para gratificaciones al personal de los grupos parlamentarios.
Aunado a esto, los grupos parlamentarios también reciben dinero de rendimientos bancarios u otros ingresos.
Gastos ¿suntuarios?
El ejercicio de estos millones no es públicamente transparente, pues los grupos parlamentarios no tienen obligación de dar a conocer la información sobre el destino de ese dinero, a menos que sea solicitado expresamente por algún ciudadano.
Este dinero es destinado para las actividades de los grupos parlamentarios, de las que solo se conocen los datos generales de a dónde son enviados.
Por ejemplo, la bancada de Morena utilizó un millón 97 mil pesos en el rubro de gastos de operación, de esa cifra, que 845 mil fueron para compra de “Alimentos y Utensilios”.
Un total de 160.3 millones de pesos fueron utilizados para “Servicios Generales”, de los que 25.8 millones fueron gastados en servicios de Comunicación Social y Publicidad.
La mayor parte de esos 160.3 millones de pesos, sin embargo, fueron utilizados en el rubro de “Otros Servicios Generales”, de los que no se tienen mayores especificaciones.
Además, los diputados de Morena tienen a su servicio un total de 259 tarjetas IAVE, más otras 10 que están catalogadas como “utilitarias”.
Morena también ocupa la mayor parte del espacio de la Cámara baja. Al ser más legisladores, tienen 14 mil 746 metros cuadrados del Palacio Legislativo de San Lázaro a su disposición.
Eso sí: Morena no cuenta con ningún auto o motocicleta propiedad de la Cámara baja asignado a su bancada, como sí lo tienen otros grupos parlamentarios.
Una de esas bancadas es la del PAN, que tiene a su servicio 31 vehículos oficiales, 21 de los cuales son autos híbridos Toyota Prius.
Los legisladores panistas cuentan con el uso de 5 mil 449 metros cuadrados de las instalaciones; y con 78 tarjetas IAVE para sus diputados y 4 utilitarias.
La mayor parte de los gastos de esta bancada fueron hechos para pagar sueldos y seguridad social de su personal permanente, con 40.6 millones de pesos.
Para labores de comunicación social y publicidad solo gastaron 692 mil pesos, 37 veces menos que Morena.
El PRI gastó en comunicación social y publicidad solamente 51 mil pesos y reportó no tener gasto alguno para pagar a su personal permanente.
La bancada tricolor tiene a su disposición 7 mil 514 metros cuadrados de las instalaciones y 17 vehículos, entre los que se encuentran dos motocicletas Harley Davidson modelo 2017.
El PT reportó haber gastado 464 mil pesos en servicios de comunicación y publicidad; y 1 millón 28 mil pesos en alimentos y utensilios.
Los legisladores petistas ocupan mil 865 metros cuadrados de instalaciones del Palacio Legislativo; y no tienen a su cargo ningún auto propiedad de la Cámara.
Movimiento Ciudadano es la bancada con el reporte más detallado de sus gastos.
En comunicación social y publicidad, este grupo parlamentario gastó 2 millones 364 mil pesos. Ocupan un total de mil 697 metros cuadrados para sus oficinas e instalaciones.
El PES mantiene oficinas en mil 370 metros cuadrados y, al igual que sus aliados Morena y el PT, no cuenta con ningún vehículo oficial a su resguardo. No tienen reportado ningún gasto en comunicación social y publicidad.
El PRD no tiene registrado ningún auto para su uso; y para comunicación invirtieron 148 mil 480 pesos. Finalmente, el PVEM reportó gastar la mayor parte de sus prerrogativas en el pago de servicios profesionales; en publicidad no tuvo ningún gasto.
Opacidad en su ejercicio
Durante varios años, el ejercicio de las prerrogativas de las bancadas legislativas ha sido cuestionado por la Auditoría Superior de la Federación, ente encargado de vigilar las cuentas nacionales.
La principal observación de la ASF es la opacidad en el gasto: los grupos parlamentarios no dan a conocer el destino del dinero al que tienen acceso, ni siquiera a las autoridades.
Los auditores han reportado que no existe la documentación probatoria que permita conocer en qué invierten los legisladores cada peso de dinero público que reciben las bancadas.
Estas observaciones ocurren año con año. Uno de los más comentados ocurrió en el 2016, cuando la Cámara de Diputados entregó mil 691 millones de pesos a los grupos parlamentarios, de los que la Auditoría Superior no tuvo documentación comprobatoria de su ejercicio.
“No se proporcionó documentación que sustente la aplicación de los recursos otorgados y, por tanto, no se contó con la información que permitiera evaluar la razonabilidad del gasto o comprobar que los recursos se ejercieron en trabajos legislativos”, consignó la ASF.
“No fue posible comprobar que esos recursos se aplicaron en los fines para los cuales fueron otorgados, además de que los gastos y erogaciones que realicen los legisladores estén amparados con Comprobantes Fiscales Digitales por Internet (CFDI) que se ajusten a las facilidades de comprobación establecidos en los mencionados criterios”, expuso la Auditoría hace un par de años.
Varios escándalos han sucedido por el ejercicio indebido de esos recursos. Uno de ellos fue en el 2013, cuando se dio a conocer que la bancada del PAN en el Senado —coordinada en ese entonces por Ernesto Cordero— pagó con dinero público joyas, regalos y hasta shampoo. En esa misma Legislatura se conoció que bajo el rubro de “Vestuario” se habrían mandado hacer pines de oro para los senadores.
Millonaria difusión
La bancada de Morena en la Cámara de Diputados olvidó aplicar su discurso de austeridad en su gasto de publicidad.
De acuerdo con el informe de gastos del primer semestre de la 64 Legislatura, la bancada guinda gastó 25.8 millones de pesos en ese rubro. Esto es el mayor gasto en servicios de comunicación social y publicidad que cualquier otro grupo parlamentario haya hecho en un primer periodo de sesiones.
En ese rubro, el PAN gastó apenas 692 mil pesos; el PRI, 51 mil pesos; el PT, 464 mil pesos; Movimiento Ciudadano, 2.3 millones de pesos; el PRD, 148 mil pesos. Las bancadas del PES y el PVEM no gastaron un solo peso.
Y aunque hay una política de austeridad impulsada desde el gobierno federal, lo cierto es que los gastos de los diputados continúan siendo millonarios.