Cuantas veces al subir al Metro de la Ciudad de México, encontramos entre los vagones a personas Invidentes con algún tipo de discapacidad visual, pidiendo alguna moneda entre los usuarios.
José Antonio Cuevas, es uno de ellos, el nació hace 50 años, y tiene solamente un 15% de la visión, su enfermedad se genera en el proceso de gestación.
“Yo si alcanzo a ver, yo me siento así muy privilegiado y todo porque yo tengo microftalmía, que es el nervio muy pequeño, los músculos de mis ojos son muy débiles y mis ojos vibran mucho”.
El padre de José Antonio, quería que fuera ingeniero agrónomo, sin embargo la discapacidad visual no se lo permitió.
“Me imagino que hubiera sido muy difícil en mi caso, yo pensaba en ser Historiador así lo pensaba en la secundaría, me pegaba los libros a la nariz para leer”.
El amor por la música le nació al escuchar una entrevista que le hacían a Joan Manuel Serrat, cuando fue cuestionado sobre su vocación para cantar.
“Yo coincidí con él, porque le menciono que no cree en la vocación, así como un llamado del espíritu para hacer algo, yo dije tiene razón, yo siento lo mismo”.
A los 18 años, Pepe, formó parte de un grupo musical con otros invidentes a las afueras de la estación del Metro Allende, en la calle de Motolinia, en el centro histórico, ahí Pepe, conoció a su pareja y madre de su hijo.
“Se dio de que salimos embarazados, lo lógico la vocalista y yo, y llego el bebe y yo empecé a tocar en el vagón una melódica, entre lo que tocábamos en las Noches en Motolinia y en el vagón salía para comer”.
La cita para la entrevista, fue en la estación del Metro Zócalo, dirección a Taxqueña, ahí, José confesó que luego de algunas diferencias con el grupo, decidió, hacer su parte de manera individual.
“La cosa no es fácil, de alguna estación del metro donde tenemos permitido, por turnos entramos al metro y lo que juntes en una vuelta, por ejemplo sales de San Antonio Abad hasta Tacuba y de regreso, esa es una vuelta, el regreso tienes que esperar tu turno y puedes sacar 100 pesos en un buen día”
En el 2004, formó un grupo musical versátil llamado “La Pandilla de Pepe”, con cinco grandes músicos, con diferentes tipos de discapacidad visual, tres son los vocalistas, entre ellos una mujer, que por cierto es la única que no ve nada, juntos amenizan todo tipo de fiestas, incluso infantiles y eventos sociales.
“El vocalista es Christian Palafox, Brenda Rojas es vocalista hace voces y coros, Luisito Trejo y Mario mi hijo el si ve bien, normal, el nos ayuda a conectar, a instalar el equipo y maneja la camioneta, los demás tocamos por memoria”.
Estos extraordinarios músicos, interpretan cualquier tema musical, igual a los grupos musicales famosos, cuentan con un amplio repertorio que supera las 400 canciones y temas.
Pero la discapacidad visual que tienen, en ocasiones sufren actos discriminatorios, y no falta quien los quiera contratar a precio más barato, regateando su trabajo.
“Yo te juro que cuando veo un día soleado, lo que yo alcance a ver del cielo, es muy apreciable para mí, los colores verdes, lo poquito que tengo de visión lo disfruto mucho”.
“El grupo musical no es el fruto de un problema, al contrario es fruto de una pasión de un gusto por tocar, entonces que nos aplaudan y bailen cuando así les nazca, mi meta siempre será tratar de provocar ese aplauso”.
Sin lugar a duda la vida de un músico con algún tipo de discapacidad visual no es fácil, más cuando se enfrentan actos discriminatorios, por una condición física que ellos, nunca pidieron tener, y que los demás no alcanzamos a entender.
