Los obstáculos al ciudadano
Entre el Partido de la Revolución Democrática y las demás fuerzas políticas hicieron de la Ciudad de México una fortaleza en la que los únicos que no tienen cabida son los candidatos ciudadanos.
Mediante una reforma al Código de Instituciones y Procedimientos Electoral para el DF (Coipedf) los diputados locales atendieron una reforma constitucional, que en teoría, abre la puerta a todos los que busquen un puesto de elección popular.
Jonathan Villanuevahttp://youtu.be/k6P498gantQ
Entre el Partido de la Revolución Democrática y las demás fuerzas políticas hicieron de la Ciudad de México una fortaleza en la que los únicos que no tienen cabida son los candidatos ciudadanos.
Mediante una reforma al Código de Instituciones y Procedimientos Electoral para el DF (Coipedf) los diputados locales atendieron una reforma constitucional, que en teoría, abre la puerta a todos los que busquen un puesto de elección popular.
Pero en la práctica, se trata de una argucia que inhibe la participación de los apartidistas en las elecciones del 2015, a través de una serie de requisitos que son casi imposibles de cumplir.
Incluso, el dictamen aprobado por el Pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) lleva una dedicatoria especial para quienes pretendan deslindarse de sus partidos antes de la próxima jornada electoral.
Y es que los representantes del PRD, el PRI, el PAN, Nueva Alianza, PT, Movimiento Ciudadano y el PVEM garantizaron que “el pastel electoral” se repartirá solo entre ellos.
Complicado camino
De acuerdo con las nuevas reglas, entre los requisitos para ser un candidato ciudadano en esta ciudad capital está contar con las firmas del 2 por ciento de la lista nominal correspondiente a la delegación o distrito que quieran representar.
Peor aún resulta que ese porcentaje tendrá que estar distribuido en el 35 por ciento de las secciones electorales que comprenda la jurisdicción de las candidaturas ciudadanas.
Ahí también se señala que para contender sin el apoyo de un partido político, los interesados deberán estar desligados del sol azteca, el blanquiazul, el tricolor y los demás institutos, por lo menos, tres años antes de la elección.
El tema deriva de una reforma constitucional que data de agosto del 2012 y que debió legislarse hace un año en los congresos locales, lo cual está en proceso.
Que nadie se mueva
El primer obstáculo que los diputados locales colocaron en las reformas al Coipedf fue que ningún candidato ciudadano tendrá derecho a diputaciones de Representación Proporcional (plurinominal).
El argumento fue que “una persona con ideas radicales y extrañas” no podría tener la representatividad de los ciudadanos ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal; “sería peligroso”.
Y, que repartir las diputaciones con los ciudadanos atentaría contra el régimen de partidos en la Ciudad de México; sin embargo, no desaparecieron los candados que hay para constituir un instituto político local.
La segunda complicación es el porcentaje de apoyo que deben mostrar antes de registrar su solicitud de aspirante a un puesto de elección popular ante el Instituto Electoral del DF.
Para ejemplo basta un botón: si alguna persona desea ser un candidato independiente a la jefatura delegacional en Iztapalapa, primero tendría que juntar más de 28 mil firmas de respaldo.
Especialistas y autoridades electorales afirman que alguien que maneja esa cantidad de respaldo tendría que tener un liderazgo real, que solo se da a través de los partidos políticos.
Un candado más complejo es el requisito de que el apoyo del 2 por ciento de la Lista Nominal esté divido en el 35 por ciento de las casillas electorales del distrito o delegación en cuestión.
Lo anterior significa que los aspirante tendrían que tener un trabajo territorial en las zonas que quieran gobernar o representar; y esa estructura solo la tienen el PRD y el PRI capitalino.
Para garantizar que los militantes o líderes no abandonen a sus partidos cuando no les dan las candidaturas que esperan, fijaron como requisito que los aspirantes independientes no deberán tener relación con partidos desde hace tres años.
Con ello, los grupos minoritarios del PRD, PAN, PRI y la chiquillada quedarán relegados de la contienda electoral del 2015 si llegan a separarse de sus partidos políticos.
Estas reglas fueron acordadas por los diputados locales, después de una larga discusión entre los grupos de poder que en diversos momentos consideraron que se afectaban sus intereses.
Sin embargo, falta que a nivel federal se confirmen, disminuyan o endurezcan esos requisitos, cuando se aprueben las leyes secundarias de la Reforma Político-Electoral.
‘No les gustan los independientes’
De acuerdo con el especialista en temas electorales por la UNAM, César Astudillo, los partidos políticos solo están buscando la forma de poner el mayor número de obstáculos a los candidatos ciudadanos.
“Esta es una reforma constitucional que debió atenderse en agosto del año pasado y es la fecha en que la mayoría de los congresos siguen sin atender. La idea fundamental es garantizar un derecho ciudadano”, explicó Astudillo.
Sin embargo, en diferentes proporciones, los estados han colocado un conjunto de candados.
“Lo que se puede observar es que a los partidos no les gusta que haya candidatos independientes.
“En el caso del Distrito Federal y otras entidades vemos que lo regulan de una forma en que las posibilidades reales de los ciudadanos son mínimas. Hay estados donde el margen de apoyo es del 2 por ciento, pero otros estados se elevaron hasta el 15 por ciento”.
Afirma que en algunos casos tanto la Corte como el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación han advertido que los estados fijan criterios inconstitucionales.
Por eso advierte que todas las nuevas reglas pueden ser impugnadas, incluyendo el caso de las diputaciones plurinominales.
“Eso seguramente pasará cuando salga un candidato independiente que obtenga un número importante de votos. El problema es que hay una regulación que se dirige a poner obstáculos”.
El hecho de pedir que sea distribuido entre secciones electorales obstaculiza más este derecho.
“Los candados que resulten altamente gravosos, se resolverán en la Corte”, anticipa Astudillo.