Los pactos oscuros del PRD
La muerte de Ambrosio Soto Duarte, alcalde de Pungarabato, Guerrero, delata la red de pactos que el PRD ha afianzado en uno de los estados más carcomidos por el crimen organizado.
Los vínculos alrededor de la muerte del alcalde Soto Duarte se trasladan entre los límites entre Michoacán y Guerrero. El funcionario estaba amenazado por la delincuencia organizada y tenía unos días que había dado a conocer nuevas intimidaciones.
Indigo Staff
La muerte de Ambrosio Soto Duarte, alcalde de Pungarabato, Guerrero, delata la red de pactos que el PRD ha afianzado en uno de los estados más carcomidos por el crimen organizado.
Los vínculos alrededor de la muerte del alcalde Soto Duarte se trasladan entre los límites entre Michoacán y Guerrero. El funcionario estaba amenazado por la delincuencia organizada y tenía unos días que había dado a conocer nuevas intimidaciones.
En Guerrero operan cárteles como Los Caballeros Templarios, unos resquicios de La Familia Michoacana, varias células de la organización de los Beltrán Leyva —como Los Granados, Los Rojos, Los Ardillos y el Cártel Independiente de Acapulco (CIDA)—, así como el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El PRD no ha salido inocuo de este contexto criminal. Basta recordar las presuntas ligas de José Luis Abarca, entonces alcalde de Iguala, y de su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, con presuntos criminales de la región con quienes incluso estaban emparentados.
Misael Medrano Baza, político oriundo de Coyuca de Catalán, actualmente alineado a la recientemente creada corriente política Iniciativa Galileo (conocida como “Los Galileos”), como dirigente del PRD estatal y posteriormente como subsecretario de Gobierno con el exmandatario
Ángel Aguirre Rivero, tuvo en sus manos la inserción de candidatos de cuestionada reputación, entre ellos, José Luis Abarca.
Antes de pertenecer a esta corriente, Medrano Baza perteneció a las filas de Nueva Izquierda, que desde el 2005 es la rama hegemónica perredista en Guerrero. Medrano Baza y el hoy preso alcalde José Luis Abarca, implicado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, eran muy cercanos.
En Tlalchapa opera el matrimonio de los perredistas Martín Mora y Guadalupe Eguiluz Bautista, conocidos políticamente como el clan Mora-Eguiluz cuyo cacicazgo político ha dominado la presidencia municipal. Ahora gobierna la hija de ambos, Amalia Mora Eguiluz, por el PRD.
Este matrimonio se encaró directamente con el anterior alcalde de Pungarabato, Reynel Rodríguez Muñoz, a quien acusaron de manera pública de robarse dinero del Ramo 33. El alcalde los señaló de ejercer un cacicazgo en esa zona de Tlalchapa. La entonces alcaldesa aseveró en su defensa que “si ayudar a la gente significa ser cacique, sí lo soy”.
El alcalde perredista de Cocula, detenido y exonerado, Eric Ulises Ramírez, fue sorprendido cuando se reunía con Adán Zenén Casarrubias, alias “El Tomate”, operador del grupo delictivo Guerreros Unidos, hermano de Sidronio Casarrubias, ubicado como uno de los líderes de esa organización delictiva.
Asimismo, junto con Eric Ulises Ramírez fue detenido Eloy Flores Cantú, quien se identificó como asesor del grupo parlamentario del PRD en San Lázaro, en particular con el diputado Catalino Duarte Ortuño.
Precisamente, Catalino Duarte Ortuño, exdiputado federal del PRD y exalcalde de Zirándaro, Guerrero, es primo del fallecido alcalde de Pungarabato, quien ha sido señalado por estar vinculado con el narcotráfico. Duarte Ortuño siempre ha negado las acusaciones.
Él mismo solicitó a la PGR en 2014 una investigación contra el entonces dirigente estatal de su partido, Carlos Reyes Torres, quien fue señalado por presuntos vínculos con narcotraficantes por el mismo Servando Gómez Martínez “La Tuta”, cabecilla de Los Caballeros Templarios.
Reyes Torres se limitó a decir que sí conocía a “La Tuta” y parte de su familia “porque eran gente del pueblo”, en el municipio de La Unión.
María Leonor Villa Ortuño, madre de María de los Ángeles Pineda y prima de Catalino Duarte Ortuño, tomó notoriedad en octubre de 2014, en un video donde habla en condición de secuestrada por La Familia Michoacana. Entonces señaló al gobernador Ángel Heladio Aguirre de recibir dinero de la agrupación Guerreros Unidos.
La esposa del exalcalde de Iguala es hermana de Mario Pineda Villa, alias “El MP” y Alberto Pineda Villa “El Borrado”, vinculados con los Beltrán Leyva y con el caso de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa.
En Cutzamala de Pinzón opera otro matrimonio político de Nueva Izquierda del PRD: Isidro Duarte Cabrera, primo de Catalino Duarte y de Ambrosio Soto Duarte, y su esposa, Karime Benítez Flores; el primero, alcalde de 2012 a 2015 y, la segunda, alcaldesa desde 2015.
De Ciudad Altamirano son Beatriz Mojica, actual secretaria general del PRD, y su hermana Teresa Mojica, exdiputada federal, quienes han sido muy cercanas a Jesús Ortega Martínez y a Jesús Zambrano. Ambas son oriundas de Ciudad Altamirano y desde 2003 han buscado infructuosamente ser alcaldesas o postularse a la gubernatura.
Beatriz Mojica apoyó al político perredista y afín a su corriente Nueva Izquierda, Evodio Velázquez Aguirre, para la alcaldía de Acapulco. Fuentes de inteligencia estatal afirman que le falta compromiso para la depuración policiaca y haber negociado con delincuentes ligados con los Beltrán Leyva en Acapulco.
En febrero pasado, el alcalde Evodio Velázquez y la secretaria general perredista, Beatriz Mojica, se reunieron en la Ciudad de México para definir una estrategia política tras la detención del alcalde de Cocula, toda vez el impacto entre la ciudadanía y la propia militancia perredista.
Información extraoficial indica que acordaron que los políticos de Nueva Izquierda criticarían al gobierno de Héctor Astudillo sobre la problemática de inseguridad y “se sembraría” entre los medios que habría pactado con grupos delincuenciales.
Por otro lado, Eli Camacho Goicoechea, quien fuera de 2009 a 2012 alcalde de Coyuca de Catalán, ha sido señalado de proteger a Los Caballeros Templarios y proteger a su hermano Euclides, alias “El Quille” Camacho Goichoechea.
Fue Eli Camacho quien en una declaración asegura que como presidente municipal tuvo que pactar con el crimen organizado porque no había otra manera de trabajar.
Asimismo, atestiguó el asesinato del dirigente del PT, Rey Hernández García, cuando se reunieron para desayunar.