Los vicios del panismo tapatío
La militancia panista de Guadalajara, la más nutrida del estado de Jalisco, hoy se encuentra a la deriva.
La elección del pasado domingo 3 de noviembre en vez de resolver parte de la crisis por la que atraviesa ese partido -tras su total debacle en 2012- parece revivir las añejas rencillas de grupos internos.
Y deja en claro que el caos y los vicios no terminan, se avivan.
Paloma Robleshttp://www.youtube.com/watch?v=p_4KyU6xMho
La militancia panista de Guadalajara, la más nutrida del estado de Jalisco, hoy se encuentra a la deriva.
La elección del pasado domingo 3 de noviembre en vez de resolver parte de la crisis por la que atraviesa ese partido -tras su total debacle en 2012- parece revivir las añejas rencillas de grupos internos.
Y deja en claro que el caos y los vicios no terminan, se avivan.
De vuelta a su condición como partido de oposición, el PAN hoy hace cálculos raquíticos sobre su militancia tapatía. Poco menos de tres mil panistas se dieron cita en el Fiesta Guadalajara pero la mayoría no salió conforme, pues el proceso electoral confirmó vicios que atentan contra el carácter democrático que tanto se presume en el PAN.
La mala actuación de la Comisión Electoral de la actual dirigencia municipal a cargo de Carlos Tiscareño deja mal parado al PAN Guadalajara, cuya militancia exige transparencia y definiciones claras respecto a quién encabezará la estrategia del partido de cara a la elección del 2015.
En medio de la rebatinga, cada candidato jala agua a su molino y mientras Irvig Ávila insiste en que se debe reponer el proceso de elección, que se declaró desierta antes de la segunda vuelta por falta de quórum; el otro candidato que obtuvo la segunda mayoría en la votación, Juan José Sánchez, asegura que la presidencia es suya.
Otros militantes acusan que la falta de quórum fue intencional y orquestada por el equipo de Irving Ávila, candidato afín a la dirigencia del PAN estatal, a cargo de Miguel Ángel Monraz Ibarra, quien según versiones de los militantes estaría buscando acomodar las diligencias en beneficio propio, pues termina su gestión en agosto del 2014.
Ante las críticas, Irving Ávila se defiende, en entrevista con Reporte Indigo asegura que la falta de quórum derivó de la mala organización del proceso electoral:
“Desafortunadamente errores técnicos en cuanto a la logística de la organización de la asamblea originaron de entrada que 200 personas que se registraron el domingo por la mañana, no participaran ni siquiera en la primera ronda de votación”, señaló.
Refirió que para evitar la deslegitimación del próximo presidente de su partido se debe reanudar la elección y que sean los militantes los que decidan.
“Es lo que más le conviene al Partido Acción Nacional en Guadalajara: que tengamos a un dirigente municipal electo democráticamente en una asamblea válida donde exista quórum legal”, apuntó el entrevistado, quien recordó que están a 20 meses de la próxima elección constitucional.
“Si amplían el plazo y en consecuencia hacen el cambio de dirigencia el próximo año vendría a perjudicarnos como partido en Guadalajara”.
Para el candidato, la crisis de su partido es una “oportunidad” para reconvertir al PAN, que en su lectura “ya tocó fondo”.
Pese a las pugnas entre grupos y ante la posibilidad de incluso quedar fuera del proceso de selección, que hoy está en manos de la dirigencia estatal, para Ávila la solución es “unificar fuerzas” y devolverle a su partido “la confianza que necesitan los ciudadanos”.
La indefinición
A casi una semana de la fallida elección, el candidato Juan José Sánchez, afín al grupo político del senador José María Martínez, asegura que la presidencia del PAN Guadalajara es suya.
700 votos en su favor alcanzó a reunir el candidato en la segunda vuelta del proceso electoral la noche del 3 de noviembre.
Así lo confirmaron sus simpatizantes, que tras no ver orden en la asamblea decidieron tomar el control del proceso electoral y declararon ganador a su candidato.
En una entrevista radiofónica Juan José Sánchez refirió que estaría en condiciones de impugnar la elección ante tribunales a fin de reafirmar su cargo.
Sin embargo el presidente del PAN estatal, Miguel Ángel Monraz, declaró que analizaría lo ocurrido en la elección y entonces decidirá entre reanudar la elección o alargar el periodo de Carlos Tiscareño, cuya presidencia concluye a finales de noviembre de este año.
Por su parte el Comité Municipal del PAN emitió un comunicado en el que justifican las irregularidades de la jornada electoral, y atribuyen la tardanza en el proceso a decisiones tomadas por los propios candidatos.
“Un puñado de apasionados que no estaba de acuerdo con la determinación, tomó la tribuna (…) se acordó dar un receso para calmarlos y despejar el estrado; al pasar el tiempo y no ocurrir así, el delegado del Comité Directivo Estatal se retiró al no existir condiciones de seguridad hacia su persona”, refiere el texto respecto a la falta de quórum.
Además señala que tres de los candidatos se negaron a que el voto de segunda vuelta se emitiera de manera simultánea al primer voto y eso alargó el proceso de elección.
Refiere que al inicio de la asamblea el representante del candidato Juan José Sánchez exigió firmar los gafetes de los más de 2 mil 912 delegados y eso también contribuyó a dilatar el proceso.
Elección ‘intencionalmente lenta’
Los regidores tapatíos del PAN manifestaron su “preocupación e indignación por la imparcialidad, incapacidad y el manejo mal intencionado” de la elección a presidente del PAN Guadalajara el pasado 3 de noviembre.
Y que a su dicho “obstaculizaron el ejercicio democrático” de los militantes panistas.
La coordinación de la bancada de regidores del PAN en Guadalajara enlistó irregularidades a la hora de emitir el voto.
Acusan que el proceso de elección fue “internacionalmente lento”, pues a pesar de que se dispusieron de 30 urnas electrónicas para emitir el voto, los militantes debían pasar un filtro de ingreso en donde un solo aparato escaneaba el documento oficial de identificación.
En promedio, refieren, el proceso de emisión de voto por militante fue de tres horas.
El documento firmado por el regidor Alberto Cárdenas, Mario Salazar Madero, Cristina Solórzano Márquez, Maribel Alfeirán Ruiz y Alejandro Elizondo Gómez acusa que existió una “maniobra instrumentada para romper el quórum”.
Y que esta fue ordenada por el candidato Irving Ávila “y sus seguidores”.
“Es también una burla a los asambleístas y a la historia del PAN”, se lee en el documento en el que se asegura que “jamás en las convenciones de asambleas del partido había sucedido que el propio candidato abandonara e instigara a su simpatizantes”, refiere el comunicado.
En opinión de los regidores firmantes, “estas prácticas, además del daño a la imagen y la vida institucional del partido exhiben una situación aún más grave: el distanciamiento de los valores de Acción Nacional”.
En el documento, los ediles exigen a las dirigencias estatal y municipal que ajusten su actuar “a los estatutos y reglamentos del partido.
“Que estén a la altura del momento y que por encima de los intereses de grupo, asuman el compromiso de rectificar el proceso de renovación de la dirigencia municipal de Guadalajara”.
Piden garantías a fin de que los panistas elijan “una dirigencia municipal que reconstruya al partido, que anime a la militancia y que congruente los principios de Acción Nacional, vuelva a tener la autoridad política y moral para convocar a los ciudadanos a la construcción de la democracia”.