Solamente el 3 por ciento de las personas que tienen Síndrome de Down reciben la educación

Lucha sin fronteras por personas con Síndrome de Down

Para las personas con Síndrome de Down en México obtener los conocimientos que necesitan para salir adelante es un privilegio, pues el acceso a una educación privada de calidad es muy costosa y el sistema público carece de recursos y personal calificado, lo que ha obligado a organizaciones de la sociedad civil a tomar el problema en sus manos

En México solamente el 3 por ciento de las personas que tienen Síndrome de Down reciben la educación que necesitan.

De acuerdo con el último censo realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en el país hay aproximadamente 250 mil individuos que sufren de esta discapacidad, lo que significa que únicamente 7 mil 500 tienen acceso a las herramientas que necesitan para poder llevar a cabo una vida independiente.

Los motivos de esta realidad son variados, pues influyen diversos factores que van desde la parte cultural hasta la económica o la política.

Los chicos con Síndrome de Down o con alguna discapacidad intelectual tienen muchísimo futuro. Lo único que necesitan es un buen acompañamiento desde pequeñitos para desarrollar todo este potencial que tienen tanto en áreas de lenguaje, como cognitivas y motrices, para que cuando crezcan, cuenten con las herramientas para conseguir un empleo y hacer una vida lo más independiente posible
Yesenia EscuderoFundadora de Mosaico Down

“Tenemos que dejar atrás el mito de que ellos necesitan de todo y de todos. Ellos son personas muy capaces”, asegura Yesenia Escudero, fundadora de Mosaico Down, una institución de asistencia privada que atiende a niños, jóvenes y adultos con Síndrome de Down con la finalidad de darles educación personalizada para que puedan desarrollar habilidades que les permitan una mejor inserción social.

Cambiar el paradigma para las personas con Sindrome de Down

Para que en el país cada vez más personas que padecen Síndrome de Down o cualquier otra discapacidad intelectual puedan tener un mejor futuro, es fundamental acabar con los prejuicios que se han creado en torno a este grupo poblacional, y para ello la información es fundamental.

“Entre los factores culturales que impiden que los niños con alguna discapacidad asistan a la escuela se encuentran tanto la falta de información para los padres hasta la manera en la que opera el sector salud.

“No sabemos qué se espera de un chico con Síndrome de Down y los médicos, muchas veces cuando dan la noticia, lo hacen de una manera muy dramática y negativa, haciéndolos ver como una carga.

“Tampoco existe un acompañamiento psicológico para los padres, quienes muchas veces se quedan con prejuicios creados o heredados a lo largo de los años. Como el que los niños con Síndrome de Down no aprenden, por lo que no hay necesidad de llevarlos a la escuela”, explica la fundadora de Mosaico Down.

Además, asegura que en muchas partes del país, aún es visto como una vergüenza tener a un hijo con Síndrome de Down o cualquier discapacidad intelectual.

Otro problema a enfrentar es el machismo, pues las mujeres son quienes en la mayoría de los casos ven por las personas con Síndrome de Down y cuidan de ellos.

Yesenia Escudero cuenta en entrevista para Reporte Índigo que esto se debe a que los padres de familia al darse cuenta de que tuvieron un hijo con algún problema culpan a la madre y la abandonan.

De la población total que atiende Mosaico Down (140 alumnos), el 70 por ciento está a cargo únicamente de su madre, lo que deja en evidencia los pocos padres que se involucran y se hacen responsables”.

Sistema obsoleto

Para Yesenia Escudero, la mayor equivocación que pueden cometer los padres de una persona con Síndrome de Down es encerrarlo y sobreprotegerlo.

“Como los vemos vulnerables, muchos padres de familia, ante el miedo de llevarlos a la escuela y que los molesten o que no se puedan comunicar bien, prefieren dejarlos encerrados en casa. Eso creo que es el peor error que pueden cometer porque les quitan la oportunidad a los chicos de desarrollar habilidades”.

Sin embargo, acceder a una educación de calidad cuando no se cuentan con los recursos económicos para pagar una escuela privada es extremadamente complicado en el país, pues tanto la estrategia que utilizan las instituciones del gobierno como los programas que aplican para la enseñanza son inadecuados.

“En México existen los Centros de Atención Múltiple, que son escuelas de educación pública para personas con discapacidad intelectual. Sin embargo, la metodología que utilizan para educar a los niños tiene muchas fallas.

“En un salón meten a niños con discapacidades variadas: Síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, entre otras. Entonces a nivel pedagógico es todo un reto para una maestra poderles enseñar a niños que aprenden totalmente diferente una misma cosa. Además estamos hablando de grupos de 30 niños”, comenta Escudero.

En cuanto a los contenidos pedagógicos, la fundadora de Mosaico Down dice que son muy similares a lo que se le dan a un niño sin discapacidad como historia, matemáticas o geografía, cosas que en la realidad no necesitan y es muy difícil que las aprendan.

Los Centros de Atención Múltiple, escuelas públicas para personas con discapacidad intelectual, carecen de metodología y material para poder brindar una formación adecuada

“Los niños con Síndrome de Down necesitan un aprendizaje significativo. Ellos sólo van a aprender lo que para ellos significa algo. No les puedes hablar del sistema solar, por ejemplo, porque nunca han estado ahí. Ellos no tienen este pensamiento abstracto que tenemos nosotros y nos permite imaginar.

“Ellos poseen un pensamiento concreto, por lo tanto, necesitan ver o experimentar para entender o aprender de lo que les estás hablando. Por lo tanto es importante enseñarles sobre las cosas que viven en el día a día”.

Para Yesenia, esta realidad demuestra que la educación pública para este grupo poblacional, a pesar de tomarlos en cuenta, no ha sido capaz de brindarles la atención que realmente necesitan, pues la SEP simplemente lo ve como un programa más.

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