Hace cuatro años, el síndrome blanco llevó al borde de la extinción local a diversas especies como los corales cerebro, los corales laberinto y los corales de montaña, en el caribe mexicano. Actualmente, investigadores y científicos luchan a contrarreloj para evitar que desaparezcan.
“Han habido actividades tratando de frenar el avance de la enfermedad, por ejemplo, mezclan manteca de karité con antibiótico y la ponen alrededor de donde está la enfermedad para impedir que esto avance y sí se han visto resultados, el problema es que la paras de un lado de la colonia de coral y le sale del otro y le sale a todas las colonias alrededor y entonces la capacidad que hay de frenarla realmente es mínima”, explica Rosa Eliza Rodríguez Martínez, académica del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
La investigadora menciona que otros de los proyectos que se están haciendo son los de criopreservación —a cargo de la científica Anastazia Banaszak, también de la UNAM, en colaboración con otras instituciones— al recolectarse gametos de estas especies para tratar de reproducirlas en cautiverio y, cuando pase la enfermedad que arrasó con todo, volverlas a restaurar en el arrecife.
El Caribe Mexicano ha perdido muchos arrecifes de coral, por el efecto de actividades antrópicas y por una “pandemia” llamada síndrome blanco. ?#VacúnateYPonte? https://t.co/W24BTSs6kz
— Gaceta UNAM (@Gaceta_UNAM) November 13, 2021
Mientras que otras medidas son pedirle a los turistas que enjuaguen sus equipos con cloro si van a algún lugar donde hay corales con esta enfermedad antes de ir a otros arrecifes donde pudieran ellos mismos estar distribuyendo las bacterias o los virus.
Lorenzo Álvarez Filip, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (ICLM), de la UNAM, explica que mucho del trabajo que se hizo en su laboratorio fue darle seguimiento a la “pandemia” de corales en el 2018, el 2019 y en algunos lados, también en el 2020.
“Ahora yo me dedico a atender cuestiones ecológicas y cómo eso afecta a todos los otros seres vivos, incluidos los humanos, y en lo que hemos estado trabajando, con lo que nos estamos enfocando mucho últimamente, es en tratar de ver cuáles qué consecuencias ecológicas trae para el ecosistema y para los servicios ecosistémicos la mortalidad de estos corales”, menciona.