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De los ocho mexicanos que fallecieron durante una agresión de soldados egipcios a un grupo de turistas el fin de semana pasado en aquel país, seis son de origen jalisciense, informó el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz.
“Envío mi más sentido pésame y sinceras condolencias a las familias de los ocho mexicanos fallecidos en Egipto, seis de ellos, jaliscienses”, escribió el mandatario estatal en su cuenta de Twitter (@AristotelesSD), previo a la ceremonia del Grito de Independencia del martes pasado.
El gobernante expresó, a nombre de los habitantes de la entidad, indignación y a la vez confianza en que el Gobierno de la República esclarecerá el caso.
Reiteró el apoyo de su administración hacia las familias de las víctimas.
El domingo pasado, un grupo de 14 turistas mexicanos fue atacado en el desierto, a unos 260 kilómetros de distancia de El Cairo, capital del país africano.
El grupo se encontraba descansando, para retomar la ruta hacia el oasis de Bahareya, cuando fue agredido desde el aire por las fuerzas armadas egipcias.
La versión oficial de las autoridades de Egipto fue que los turistas no tenían permiso para estar en esa área, y que fueron confundidos por sus soldados con yihadistas del Estado Islámico.
En redes sociales, personal de la empresa Wyndows of Egypt difundió el itinerario de los turistas mexicanos, que comprendía desde el 11 de septiembre hasta el 25 del mismo mes; entre los puntos a visitar, estaba la citada ruta en la que fueron agredidos.
El Ministerio del Interior de Egipto confirmó el martes el deceso de 12 personas: ocho mexicanos y cuatro egipcios. Seis mexicanos más se encuentran heridos y son atendidos en el hospital Dar Al Fouad, en El Cairo.
El lunes por la noche, la canciller mexicana Claudia Ruiz Massieu viajó con familiares de las víctimas a Egipto. Durante el viaje les dio la mala a noticia a varios de ellos.
Las víctimas del ataque
Uno de los primeros nombres confirmado de los mexicanos fallecidos fue el de Rafael Bejarano Rangel, de 40 años de edad, un chamán y músico de instrumentos autóctonos, que solía brindar apoyo a comunidades wixárika.
“Era músico, chamán, un hombre de paz, enfocado a ayudar a la gente”, dijo el lunes pasado su hermana Gabriela.
Junto con Rafael, el otro nombre que se reveló el lunes fue el de María de Lourdes Fernández Rubio, de quien se sabe, era compañera de trabajo de Vanessa Ramírez Letechipía –otra fallecida– en la empresa Cemex, en Guadalajara.
Otra víctima es María Elena Cruz Muñoz, quien fue diputada federal y senadora del PAN por Jalisco y dirigió el Instituto Jalisciense de las Mujeres en el sexenio del gobernador Emilio González Márquez.
“Mi hermana Nenu María Elena Cruz Muñoz es ya un ángel, muy agradecida de haber compartido tanto con ella. Besos hasta el cielo. Muy contenta de ver el apoyo de las autoridades mexicanas. Comprendan que este es un momento muy íntimo de dolor y de amor y de agradecimiento, respeten los tiempos”, escribió en su cuenta de Facebook, su hermana Leticia Cruz Muñoz.
Maestra en Política y Gestión Pública por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Cruz Muñoz fue también consejera estatal y nacional de su partido.
“Estaremos muy al pendiente con sus familiares para coadyuvar en las necesidades que se requiera, en estos momentos tan difíciles que están pasando”, declaró el presidente del PAN Jalisco, Gustavo Macías Zambrano.
“María Elena Cruz Muñoz era tan abierta, tan incluyente, tan solidaria, tan sororal, que una no la etiquetaba en términos de ningún partido político.
“De ella sólo recibí buenas noticias siempre. Sabiéndome en situaciones de frontera en algunos trabajos públicos, sus correos eran para compartir paisajes bellísimos, orquestas improvisadas en mercados, colecciones de cuadros de algún museo. Era única para saberse aparecer cuando ese milagro de la luz era más necesario”, escribió la extitular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Jalisco, Guadalupe Morfín Otero.
Otro de los fallecidos es Luis Barajas Fernández, originario de Tamaulipas, pero residente en Jalisco desde hace casi dos décadas. Había trabajado en una empresa de nombre Degasa, pero recientemente había formado su propio negocio. Viajaba acompañado de Susana Calderón Gallegos, quien está hospitalizada en El Cairo.
Lilia Gabriela Chávez de Overhage, también de origen jaliscienses, murió durante el ataque. Junto con ella iba su hija Gretel Overhage, quien se encuentra lesionada e internada en la clínica Dar Al Fouad.
María Enriqueta Rojas fue otra de las mexicanas que fallecieron en el lugar. Conocida como Queta Rojas, desde hace más de 13 años encabezaba una de las firmas más representativas de modelos en México, QR Models, con sede en el Distrito Federal.
La compañía informó que “la sólida empresa que Queta construyó se queda en buenas manos de manera interina bajo la dirección de Misael Espinoza y Verónica Soto”.
Por último, Israel González Delgadillo, originario de León, Guanajuato, fue otro mexicano identificado como muerto tras la agresión en Egipto.
Heridos y en el hospital
Otros seis mexicanos se encuentran heridos en un hospital de El Cairo, Egipto. La canciller Claudia Ruiz Massieu se reunió con ellos ayer.
“Estamos en México muy consternados por lo que ha pasado”, dijo la funcionaria mexicana tras la reunión.
Entre los heridos está la jalisciense Marisela Rangel Dávalos, madre de Rafael Bejarano, el músico fallecido, y quien desde hace 10 años aproximadamente organizaba ese tipo de viajes a Egipto.
Gretel Overhage (hija de Lilia Chávez, otra de las fallecidas) y Juan Pablo García Chávez, también de Jalisco, están hospitalizados en el nosocomio Dar Al Fouad.
Susana Calderón Gallegos y Patricia Elizabeth Velarde Calderón, de Jalisco, están lesionadas; viajaban con Luis Barajas, quien murió en el ataque.
Por último, Colette Gaxiola Insunza, identificada como originaria de Sinaloa, pero radicada en Guadalajara, donde había estudiado diseño industrial en la Universidad Autónoma de Guadalajara, es otra mexicana herida y hospitalizada.