Luz en el camino
El Gobierno federal replicará el modelo Puerta Violeta para combatir la violencia de género en todos los municipios del país. Esta medida surgió en Escobedo, Nuevo León, con amplios resultados en la protección de mujeres y niños
Eduardo BuendiaAun cuando Escobedo no estuvo considerado entre los cinco municipios que requerían la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) en el estado de Nuevo León, un modelo surgió para contener el maltrato hacia ellas y buscar combatirla.
Hoy esa medida se ha convertido en la luz en el camino para que en todo el país se replique y haga frente a los altos índices de violencia en contra de las mujeres.
Puerta Violeta es el nombre de la Unidad de Atención Multiagencial para Mujeres del municipio de Escobedo, donde además de brindarles apoyo a aquellas que fueron víctimas de violencia, y a sus hijos, también se busca hacer un cambio de paradigma en la cultura mediante la educación y el fomento de relaciones de paz, respeto e igualdad entre hombres y mujeres.
En Puerta Violeta converge personal de la policía especializado en atender violencia de género, además de expertos e integrantes de Alternativas Pacíficas, organización civil que fundó el exitoso modelo que ha disminuido la reincidencia de la casos de un 70 a un 1 por ciento desde su implementación a la fecha.
“Esa policía especializada al recibir una llamada de emergencia inmediatamente toma las medidas necesarias contra el agresor y por otro lado lo que hace es que acompaña a las víctimas a la Puerta Violeta”, explica Alicia Leal, fundadora de Alternativas Pacíficas.
Entre las paredes violetas de la Unidad, las mujeres pueden acceder a siete niveles de atención para los agravios en su contra.
“Estamos atendiendo a las mujeres en situación de violencia ya que no se atendían este tipo de delitos. Hicimos una división especial de policías, una unidad profesional con capacidad de atención para estos casos.
La medida primaria de Puerta Violeta es la prevención, en la cual el Instituto Municipal de las Mujeres difunde información en escuelas, dependencias de gobierno y en la vía pública, para que la ciudadanía conozca a dónde acudir en caso de ser testigos u objeto de violencia de género.
La atención secundaria aparece cuando existe una víctima de maltrato a la que se le brinda asesoría para proteger su integridad física y jurídica. En el tercer nivel se implementan medidas para aplicar la protección a las mujeres que fueron violentadas y, de ser el caso, a sus hijos; este nivel incluye dirigirlas a un refugio
El cuarto nivel de atención es de seguimiento, en el que se observa el caso de manera puntual en todo el proceso.
El quinto grado se refiere a la planeación, el presupuesto y la evaluación de los casos, lo que se busca es fiscalizar los resultados y los recursos para seguir brindando el apoyo a la persona violentada.
El sexto y séptimo nivel son la estadística y la investigación sobre lo que ocurre y el por qué se da el maltrato contra las mujeres en la zona, además de analizar mecanismos legislativos para que esos actos sean mitigados desde las leyes.
El esquema de actuación que hoy da más seguridad a niñas y mujeres en Escobedo fue dado a conocer de manera masiva en todo el país, luego de que la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, anunciara que se replicará este modelo en todos los municipios.
El anuncio de Sánchez Cordero ocurrió el miércoles en la conferencia matutina cuando acompañó al presidente Andrés Manuel López Obrador.
El mensaje de los dos funcionarios de Estado ocurrió después de que el Gobierno federal estuviera en el centro de la polémica por haber anunciado el retiro de apoyos económicos a organizaciones de la sociedad civil.
La adopción de este sistema, sin embargo, es una contradicción por parte de la administración del Ejecutivo, pues el modelo Puerta Violeta surgió precisamente de la sociedad civil a la que busca retirarle el apoyo.
Refugios en la incertidumbre
Con la adopción del modelo Puerta Violeta no se solucionan los actos de maltrato en contra de las mujeres, afirma Patricia Olamendi, asesora de la Red Nacional de Refugios (RNR).
“No sabemos cuál es el criterio, Puerta Violeta no es estrictamente un refugio, es una especie de centro de justicia en donde se atiende la problemática de las mujeres, pero también se ve lo relativo al agresor”, señala la especialista.
Lo anterior, explica, es porque el modelo de Escobedo brinda atención especializada pero esta es solo de carácter vinculante, porque cuando la víctima requiere refugio acude a centros que muchos de ellos son operados por la RNR.
“El modelo de refugios que se está operando es para proteger a mujeres en situación de violencia extrema o que han sufrido tentativas de feminicidio o que estuvieron en una situación de perder la vida”, detalla Olamendi.
En torno al retiro de recursos federales a todas las organizaciones de la sociedad civil que hoy se mantiene, Olamendi afirma que los más de 40 refugios y 39 centros de atención externa de la RNR están en el limbo, pues no han recibido apoyo para atender a alrededor de 21 mil víctimas de violencia entre mujeres y niños que ahí se resguardan.
Afirma que, pese a que se abrió la convocatoria para que estos sigan en operación, el Gobierno federal cuestionó a estas organizaciones sin tener conocimiento de su labor y las auditorías efectuadas a los recursos que han recibido en ejercicios anteriores.
“Hay desconocimiento y mucho, pero los refugios considerados en la Red Nacional de Refugios, me refiero a esos, los que están certificados y demás, son centros que operan con total transparencia, de hecho el subsidio que se da es para ocho meses de operación, los cuatro meses restantes se deben conseguir recursos para trabajar, es fiscalizado por la Auditoría Superior de la Federación y todos han tenido que pasar por procesos de auditoría”, concluye Olamendi.