En los barrios de la Ciudad de México hay todavía peluquerías tradicionales, que se resisten a desaparecer frente al boom de boutiques, spas y estéticas, muy de moda hoy en la actualidad.
Son barberías atendidas por peluqueros de la vieja escuela, que aprendieron el oficio de sus padres y que lo han heredado a sus hijos.
Está claro que para ellos el cortar el cabello es más que un oficio.
Es un arte, pues.