Más allá del desarrollo de la vacuna, la distribución equitativa

Descubrir la forma de inocular a la población contra un virus es solo el primer paso, ya que también se debe garantizar su justo acceso y distribución del medicamento para todos: desde los países más ricos hasta los más pobres
Ernesto Santillán Ernesto Santillán Publicado el
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Descubrir una vacuna no es suficiente. Ahora que tenemos la tecnología para desarrollarlas, también debemos asegurarnos de contar con la capacidad fiscal para comprarlas, la de fabricación para producirlas y la logística para entregarlas.

Así como la capacidad administrativa para asegurar que estos esfuerzos conduzcan a la vacunación equitativa de las personas en todas partes, explica Luis Felipe López-Calva, Subsecretario General Adjunto de la ONU y Director Regional de América Latina y el Caribe en su análisis titulado “Una carrera contra el virus: Una mirada temprana al estado de las campañas de vacunación contra COVID-19 en LAC”.

De acuerdo con el documento, aunque se puede considerar que el primer obstáculo (encontrar una cura) lo hemos logrado superar, la carrera contra el virus está lejos de terminar, especialmente para algunas regiones del planeta, como Latinoamérica.

“En comparación con los países más ricos, la mayoría de las naciones de América Latina y el Caribe (con la excepción de Chile) no han podido asegurar suficientes vacunas potenciales para cubrir a toda su población, un hecho que se vuelve más marcado cuando esas compras se restringen solo a las vacunas que están actualmente autorizadas”, dice López-Calva.

Según su estudio publicado en la página de la ONU, dentro de los países acaudalados, solo Canadá y el Reino Unido han comprado suficientes vacunas autorizadas a nivel nacional para poder administrar dos dosis a cada persona. En Latinoamérica, esto es cierto solo para Chile.

Asignación de riesgos, traba para distribución de la vacuna

Entre los retos que deben enfrentar las naciones para poder aplicar la vacuna entre su población, el costo de las dosis y contar con el dinero para adquirirlas es solo el primero de ellos.

Las negociaciones de contratos requieren muchos acuerdos desafiantes, incluida la asignación del riesgo con respecto a la responsabilidad por los efectos secundarios de la vacuna, es decir: ¿en quién recaerá la culpa en caso de que algo salga mal: en los gobiernos nacionales o en las empresas farmacéuticas?

Aunado a la burocracia y trámites que conlleva introducir un medicamento a un cualquier país, los gobiernos también deben tomar en consideración la forma en que se contratará a las empresas de logística para los servicios de entrega, ya que los requisitos de entrega no son nada sencillos.

Ante los retos que implica llevar la vacuna a cada rincón del mundo debido a los diversos y complejos factores que forman parte del proceso, se han creado alianzas internacionales y mecanismos globales para tratar de dar solución a este problema cuanto antes.

“Para derrotar realmente al COVID-19 se requerirán esfuerzos de vacunación universales. Debemos asegurarnos de que las personas en todas partes tengan el mismo acceso a esta vacuna; debemos asegurarnos de que nadie se quede atrás. Solo entonces los países de ALC podrán recuperarse y tendremos éxito en nuestra lucha contra esta pandemia”, dijo Luis Felipe López-Calva, Subsecretario General Adjunto de la ONU y Director Regional de América Latina y el Caribe.

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