“Hija, te prometo que voy a hacerte justicia”, le dijo Mauricio Sabalza a Fernanda antes de que cerrara su caja y soltara sus manos frías. Desde el sábado 20 de junio de 2020, el padre no ha dejado de pedir a las autoridades del Estado de México que investiguen su feminicidio.
Fernanda Sabalza tenía 19 años de edad. Era madre soltera y estudiante.
“Era muy noble, le encantaban los niños, por eso estaba estudiando Pedagogía. Quería mucho a su bebé”, cuenta Mauricio Sabalza, su papá, en entrevista con Reporte Índigo.
También trabajaba en una compañía telefónica porque quería comprarse un departamento para ella y su bebé. Incluso, los fines de semana ayudaba a su papá en las ventas de su negocio, donde ahora él puso una fotografía de ella para recordarla.
“Aún escucho el último audio que me mandó para volver a oír su voz. Ella me explicaba cómo hacerle para cambiar mi chip”, confiesa su padre.
Mauricio tampoco deja de reproducir “Aguanile”, la canción de salsa que bailaron juntos en la fiesta de XV años de Fermanda.
Una serie de sospechas e irregularidades
Fernanda Sabalza fue asesinada hace casi dos años, el 20 de junio de 2020, y su caso sigue impune. Ese día, su padre, su madre, su hermano y ella salieron en familia.
“Fuimos a comer como a las 12 o una de la tarde al mercado de Azcapotzalco porque a ella le encantaba la barbacoa. Regresando nos venía platicando a mí y a su mamá que iba a acudir a una fiesta con su en ese entonces novio pero primero se iba a arreglar sus uñas”, menciona Mauricio Sabalza.
Su padre dejó a su hija, hijo y exesposa en su casa en el Estado de México y él se fue a la suya, a unas cuantas calles.
“Me comenta su mamá que ella se salió como a las tres de la tarde repitiéndole que se iba a poner sus uñas en un local de Azcapotzalco y ahí iba a pasar su novio por ella para ir a la fiesta”, expresa.
“Lo que ahí nos empezó a hacer inquietud fue que ella se salió con un suéter color rojo. Su mamá le preguntó para qué si hacía tanto calor y ella le dijo que ese suéter se lo había regalado un día antes su novio y se lo quería ver puesto”, refiere su papá.
Su madre le marcó como a las cuatro de la tarde y Fernanda le contestó. Esa fue la última llamada que tuvo con ella.
“De ahí ya no le contestó, su mamá vino a buscarme. Le marqué yo, toda la familia le estuvo marcando. Hasta las 10 de la noche mi sobrina marcó y le contestó la Policía de Investigación, le comentaron que mi hija estaba detenida en la Fiscalía de Barrientos acusada de un homicidio”, señala Mauricio.
La familia buscó a un abogado antes de acudir a la Fiscalía, la mamá de Fernanda, su papá y su tío. Los recibieron para darles la noticia del asesinato su hija.
“‘¿Cómo si nos dijeron que estaba detenida?’, les dije. ‘No, señor, ella fue asesinada por un balazo en la cabeza’, me respondieron”, narra su padre.
Los tatuajes de Fernanda Sabalza y sus pertenencias fueron parte de la identificación. Ella se quedó con su celular en la mano y para su padre es un medio de prueba clave por la comunicación que mantuvo antes de su feminicidio, ya que al local de uñas nunca acudió.
“Incluso nos enseñaron una foto con el tipo que iba, que no conocemos, porque entraron a una tienda antes de que le dispararan. Los testigos dicen que iban en un Versa blanco sin placas: llegan, se estacionan, entran a la tienda, compran y a la hora que salen es cuando le disparan.
“Nos comunica la Policía de Investigación que recibió la llamada de una persona tirada en la calle a las 05:05 y en el video que nos muestran saliendo de la tienda son las 04:40. En la tienda los estaban esperando dos tipos más porque él se pega la mano al pecho y hace una seña y otro tipo de otro carro le dispara”, recapitula.
“No puedo con su muerte. Hasta la fecha en mi mente tengo la imagen de cuando entré a reconocerla, no creo que se me olvide. Ver a tu hija con un balazo en su cabeza es lo peor como padre”, lamenta.
La Fiscalía ha acudido al domicilio de la expareja de Fernanda y también a su negocio de agua, pero ya está cerrado. Los testigos tampoco han declarado y Mauricio sospecha que es por amenazas.
“Los primeros tres meses no sabíamos qué pasaba, hasta que acudí a la Fiscalía. Pedí la carpeta de investigación, no me la querían dar, el MP me dijo que ellos llevaban la investigación, no yo. Al abogado de oficio jamás lo conocí”, reclama.
Aprender a vivir con el dolor para Mauricio Sabalza
Por el asesinato de su hija Fernanda Sabalza, Mauricio Sabalza comenzó a tomar terapia para aprender a vivir con el dolor y pedir justicia.
“Realmente ha sido un martirio, la vida de un padre cambia totalmente cuando le matan a una hija. No sólo se lucha con el dolor, es día a día estar pidiéndole a las autoridades que se pongan a trabajar”, afirma.
Él comenzó a buscar justicia por sus propios medios, recabando evidencias con fotografías, acudiendo a la tienda donde la mataron, a marchas y protestas y creó la página de Facebook Justicia para Fernanda.
“Ha sido difícil porque soy hombre, si para mí es difícil para su mamá es peor. Una colectiva fue la que hasta la fecha me sigue acuerpando. Yo le dije lo que pasaba y me ha apoyado a dar a conocer el caso de mi hija”, refiere.
En la agrupación Verdad y Justicia hay un contingente mixto de familias cuyas hijas han sido víctimas de feminicidio y sus integrantes se apoyan entre sí.