Médicos vulnerables ante el aumento de plazas en México

Las y los médicos residentes son quienes mantienen los hospitales en funcionamiento y a quienes menos se les respetan sus derechos, algo que la política de abrir más plazas puede empeorar
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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Cada año hay deserciones en las residencias médicas en México, pero Andrés Castañeda, coordinador de las Causas de Salud y Bienestar en la organización Nosotrxs, explica que la política gubernamental de abrir más plazas se presta a que haya más abusos y excesos porque no hay un control y los médicos adscritos tampoco les dan seguimiento.

“Vemos que ha habido un aumento importante en el número de las deserciones de estas personas que querían hacer su residencia porque se toparon con un ambiente hostil, con carga excesiva de trabajo, con malos tratos y optaron por darse de baja”, menciona.

Además, el experto señala que la deserción en la residencia es muy lamentable, porque quienes ingresan a ella pasaron el filtro del examen y son las y los médicos más preparados del país y están dispuestos a dar varios años de su vida para ser especialistas.

“Ahora con la duplicación de plazas simplemente por proporción aumenta el número de deserción, pero también la calidad de las plazas que se abrieron no es la misma.

“También debería de preocuparnos la cultura o la calidad de residentes que vamos a tener si se formaron en lugares donde no había tutores para una correcta formación, en donde no había avales académicos bien preparados, en donde no había un seguimiento a los planes académicos como debería de ser”, agrega.

Médicos residentes, la fuerza de los hospitales

En México, la mayoría de los hospitales funcionan gracias a las y los médicos en formación, pero paradójicamente, son a quienes menos se les respetan sus derechos.

“Los hospitales operan, en la mayoría de los casos, gracias a los médicos residentes y a los médicos internos que están rotando ahí, esta es una carga que no debería de ser, el proceso de la formación requiere de experiencia y de exposición a los y las pacientes, pero no a expensas de lo que muchas veces es una sobreexplotación con largas jornadas de trabajo, con una carga y una responsabilidad mayor a la que se debería porque estas personas son las que están en proceso formativo”, dice Castañeda.

Un ejemplo que da es el del Instituto Nacional de Pediatría, donde hay contratados alrededor de 220 médicos y doctoras, de los cuales menos de 20 lo están para las noches, los fines de semana y los días festivos, pese a que es un hospital que opera las 24 horas los 7 días de la semana.

“Su carga debería de ser personal en formación, pero se les trata como si fueran trabajadores y se les da otro tipo de responsabilidad en donde la estructura organizacional va de menor rango al mayor, entonces el residente de primer año tiene una carga de trabajo mucho mayor”.

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