Medidas de alto impacto contra COVID-19 en transporte
El Metro representa un riesgo alto de contagio de COVID-19; no obstante, tomar una medida sencilla y barata en el transporte podría ayudar a contener la pandemia en la Ciudad de México
David MartínezSe ha confirmado con datos científicos que el Metro es uno de los lugares con mayor riesgo de contagio de COVID-19.
Por esto, dicen especialistas, se necesitan medidas sencillas pero de alto impacto para contener la pandemia: mejorar la ventilación.
Organizaciones civiles han encontrado a través de mediciones, que en los vagones del Metro se respiran hasta mil 826 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono.
Dicha concentración excede los niveles normales recomendados por autoridades como la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) en 160 por ciento y significa que el aire dentro de los vagones permanece mucho tiempo, lo que es un riesgo de contagio de COVID-19, pues los aerosoles que transportan el virus también se quedan suspendidos dentro de los trenes.
El Metro es el medio de transporte más importante de la capital, comprende 12 líneas y, según datos sobre la afluencia que se pueden consultar en su portal electrónico, al día mueve a alrededor de 4.5 millones de usuarios.
En cuanto al riesgo de contagio, de acuerdo con la “Encuesta Sobre Contagios” cuyos resultados dio a conocer el Gobierno de la Ciudad de México el 20 de enero de 2021, 10 por ciento de los enfermos del nuevo coronavirus consideran que lo contrajeron en el transporte público.
Falta ventilación
El pasado 22 de febrero, la organización civil VentilANDO publicó a través de redes sociales en Internet una medición de dióxido de carbono hecha en el interior de un vagón del Metro.
Según la información difundida, la concentración del gas contaminante ascendía a mil 826 partes por millón, lo que supera el límite de 700 establecido por las autoridades ambientales del país en 160 por ciento mas.
Es importante mencionar que VentilANDO se formó en julio de 2020, como una iniciativa ciudadana para destacar lo necesario que es la ventilación en la atención de la pandemia por COVID-19.
Julio Soto, ingeniero y voluntario de la iniciativa VentilANDO, dice en entrevista que el dióxido de carbono tiene tres fuentes principales; la quema de combustible, el uso de hielo seco y la exhalación de los seres vivos.
No obstante, menciona que en el Metro actualmente no operan negocios de comida y no se usa el hielo seco, por lo que el compuesto químico es generado por la respiración de los usuarios.
Lo que se considera preocupante porque significa que los vagones del Metro no están ventilados y la concentración de dióxido de carbono contribuye a que los aerosoles de COVID-19, partículas menores a 10 micras, también permanezcan en niveles altos, y esto aumenta el riesgo de contagio en el medio de transporte.
“Hay una relación directa con los aerosoles y el carbono que flotan en el ambiente durante horas, por eso es importante tener niveles de carbono bajo”, explica.
Además, afirma que el problema no sólo está en los vagones, sino también en los andenes y transbordos.
“En transbordos las concentraciones que medimos fueron de 800 ppm, aunque no es tan alto como en los vagones, sí supera al nivel recomendado”, indica.
Añade que se han hecho otras mediciones en espacios cerrados como centros comerciales, consultorios médicos y plazas comerciales, no obstante, en ninguno la concentración de carbono fue tan alta.
“Sí había concentraciones altas, pero no tan altas como en el Metro, las mil 826 ppm detectadas en el vagón es lo más alto que hemos registrado”, explica.
Medidas sencillas contra el COVID-19
Soto hace un llamado a tomar medidas sencillas y baratas que son de alto impacto y pueden contener la pandemia, como asegurar una ventilación adecuada.
El voluntario de la organización menciona que ventilar bien los vagones y el Metro es una solución más barata y efectiva que comprar tapetes sanitizantes.
Dice que, en una primera instancia, las autoridades del Gobierno de la Ciudad de México deben abrir las ventanas de todos los vagones para que los aerosoles no permanezcan adentro y se vayan hacia los túneles y vías.
“Dentro del vagón son muy peligrosos, pero si se van a los túneles y vías, ahí no pueden contagiar a nadie, entonces primero se tiene que garantizar que todos los trenes estén ventilados”, menciona.
El especialista también indica que se deben lanzar campañas informativas para que los usuarios no cierren las ventanas durante su viaje.
Señala que si con esa primera acción sólo se logra disminuir a concentraciones de 700 ppm, posteriormente se deben implementar sistemas de ventilación forzada.
Por último, Soto dice que el asesor científico de la organización, José Luis Jiménez, hizo una simulación en dónde se midió la efectividad de la ventilación.
“Se hizo un modelo donde un coro de 60 personas cantaban sin cubrebocas y en un espacio cerrado, en ese supuesto, 30 personas resultaron contagiadas, pero en el caso de que 60 personas estuvieran cantando en el espacio público, al aire libre y con cubrebocas, sólo cinco resultaron contagiadas”, detalla.