Hubo bajo la mesa y también escándalos púlicos, pero finalmente neocúpula logró colocar a su gente en las candidaturas federales.
Una elección de trámite. La decisión de ungir a Tonatiuh Bravo Padilla como rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG), se sabía con anticipación.
Por lo que -aunque se anunció como una elección “histórica”- el proceso de ayer se limitó a conocer el número de votantes que el ganador obtendría.
En su caso fueron 106 los sufragios logrados, casi el 60 por ciento del Consejo General Universitario. Seguidos de 36 votos a favor de Ruth Padilla, 24 para Héctor Raúl Pérez y 14 para Pablo Arredondo.
Ayer en el Paraninfo de la universidad todo lució en calma. Las manifestaciones afuera del recinto rápidamente se diseminaron.
Pero con la designación de Bravo Padilla el poder del grupo Universidad no sólo queda intocado sino que se mantiene en la misma lógica de trabajo y administración de poder que trasciende el ámbito académico y que implica una vinculación total con todos los órganos de gobierno.
A través de representación en otros espacios públicos de poder, llámese consejeros del Instituto Electoral, el de Transparencia, de la Judicatura; Diputaciones locales y federales, regidurías y hasta en el equipo de transición del gobernador electo Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
De hecho en las primeras declaraciones que ofreció a la prensa el nuevo rector dejó en claro que agenda política de la universidad se mantiene:
“El rol que juegue la universidad a partir del primero de abril, se marcará por la búsqueda de consensos y de acuerdos entre los poderes (…) Ahí donde se nos llame o ahí donde sea necesario aportar a la solución de las políticas públicas, ese es el rol”.
Tonatiuh Bravo Padilla forma parte del grupo nuclear de la UdeG que tomó poder a finales de la década de los 80 y que desde entonces lidera Raúl Padilla López de la mano de su hermano Trinidad Padilla López (diputado local) y Alfredo Peña Ramos (secretario general de la UdeG).
Grupo que ha definido la agenda de esa casa de estudios priorizando los negocios universitarios ligados a la cultura y el entretenimiento, sobre aspectos de academia, e investigación.
De hecho según el Estudio Comparativo de Universidades Mexicanas Execum 2012, la UdeG se encuentra en el quinto lugar en el ámbito de la investigación.
Por lo que la disidencia al interior de la universidad cada vez figura con más firmeza.
Grupos como Colectivo de Reflexión Universitaria y Frente Autónomo Universitario han puesto el dedo en la llaga al señalar las prácticas corporativas que operan al interior de la universidad.
Y han denunciado los sistemas de premios e incentivos académicos que tienen cooptados tanto a la plantilla de profesores como a los secretarios administrativos.
Con la publicación de las listas de admitidos a la universidad, en que quedaron fuera casi el 60 por ciento de los jóvenes, otro grupo apareció; se autodenominaron #YoSoyRechazadosUDG y promete ser una piedra en el zapato del nuevo rector.
¿Continuismo?
Lejos quedó la cruenta historia que marcó en los últimos años a la Universidad de Guadalajara y que se inició el primero de abril del 2007 con la unción de Carlos Briseño Torres como rector.
A diferencia de ayer, la historia reciente de la UdG es conocida y no tuvo un final feliz.
En 2008 Briseño Torres intentó tomar las riendas de la UdeG, quitarle el poder al denominado grupo Universidad liderado por el ex rector Raúl Padilla al que incluso destituyó de sus cargos honorarios en materia de cultura y otras empresas universitarias.
Eso, sumado a la cercanía con el gobernador Emilio González Márquez, fue la señal de guerra que le valió su abrupta salida de la rectoría.
Los amagos de Briseño Torres respecto a las corruptelas al interior del Hospital Civil específicamente del sistema de transplantes hicieron que en la sesión del 28 de agosto de 2008 el Consejo General Universitario se saliera de control.
Ese día, el hoy finado Briseño Torres no logró imponer el orden del día a su favor, así que decidió abandonar el recinto.
En pocos minutos el Consejo General Universitario nombró a Marco Antonio Cortéz Guardado como rector sustituto. Desde ese día Briseño Torres no volvió a poner un pie en la universidad.
Tras tres administraciones panistas en el gobierno del estado, la relación con dicha autoridad no ha sido sencilla, por lo que el cambio en la rectoría y próximamente en el gobierno del estado abren un nuevo compás en la relación bilateral.
La llegada de Tonatiuh Bravo Padilla aparentemente no generará contrapesos a la administración del nuevo gobernador priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz quien creció en el seno universitario, en la política estudiantil.
Sandoval Díaz se refugió en la burocracia universitaria al no conseguir la candidatura al municipio de Guadalajara en 2006.
Sin embargo algunas señales hacen creer que existe una ligera distancia con el grupo Universidad, que aparentemente quedaría fuera de algunas designaciones en el gabinete de Sandoval Díaz.
Se trata de los nombramientos de Salud y Cultura a los que posiblemente Sandoval vaya a mantener a sus colaboradores cercanos como Antonio Cruces Mada y Myriam Vachez.
Cuestionado al respecto de su relación con el próximo gobierno, Bravo Padilla manifestó que él se limitará a las atribuciones lo que la Ley Orgánica le permite.
Para el nuevo líder universitario la relación entre ambas instancias debe generarse “por un sentido de oportunidad” a través del trabajo en conjunto.
“Nuestra institución seguirá manteniendo una posición crítica, será una voz crítica en el contexto del estado pero a la vez una voz que aporte en aquellos espacios o ámbitos en los que pueda generar soluciones.
“En pocas palabras la crítica no cancela la posibilidad de construir acuerdos y soluciones”.
Rectoría acotada
Ayer, luego de dos intentos previos Tonatiuh Bravo Padilla logró por fin convertirse en rector.
En ocasiones anteriores se había alineado a las decisiones de la cúpula y había apoyado el proyecto político de la universidad en diversos puestos.
Pasó por dos diputaciones federales de la mano del Partido de la Revolución Democrática; regidor por Guadalajara y dos veces rector del Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas (CUCEA).Tonatiuh Bravo Padilla como rector general de la UdeG mantendrá el mismo esquema de gestión y que se concentrará en los siguientes ejes:
Gestión de mayores recursos financieros para la universidad; incremento en la matricula de estudiantes; mejorar la calidad académica; y mejorar la vinculación con los sectores públicos y privados.
Cuestionado sobre las críticas del resultado de la elección, el nuevo rector aseguró que el proceso estuvo a la “altura de la universidad”.
Pero pese al presupuesto de casi 9 mil millones de pesos para la atención de más de 236 mil estudiantes, algunos estiman que el nuevo dirigente tendrá un poder acotado.
Y es que la decisión de fusionar el Sistema Jalisciense de Radio y Televisión con el Sistema de Medios de la Universidad de Guadalajara deja al nuevo rector solo con el control del área de prensa.
Eso implica menos presupuesto a ejercer pero sobre todo menor exposición mediática.
Además se sabe que la rectoría dejará el edificio del Paraninfo ubicado en la avenida Juárez esquina con Enrique Díaz de León para pasar a las oficinas del piso 11 del edificio administrativo que hoy son ocupadas por la Secretaría General.
El Paraninfo se renovará para dar más espacio al Museo de las Artes que actualmente sólo utiliza unas cuantas salas del recinto.
Para algunos Bravo Padilla ocupará un lugar más de tipo administrativo.
La decisiones fuertes las seguirá tomando el círculo rojo de la universidad. Aplaudidas por los rectores de los centros universitarios y avaladas por el Consejo General Universitario.
De hecho se dice que la designación de vicerrector y secretario general ya está pactada. Y esos lugares los ocuparía Ruth Padilla, directora del Sistema de Educación Media Superior; y Alfredo Peña Ramos, actual secretario general.