Menores de edad, las víctimas invisibles del COVID-19

Las niñas, niños y adolescentes son el grupo menos afectado por el COVID-19, pero eso no significa que sean inmunes; hasta el pasado 17 de enero en México se han registrado más de 42 mil contagios y 427 defunciones en menores de edad, por lo que expertos llaman a no bajar la guardia
Laura Islas Laura Islas Publicado el
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La pandemia de COVID-19 no solo se ha cobrado la vida de personas adultas o con alguna comorbilidad. En México se han registrado 427 defunciones en menores de edad que dieron positivo al virus del SARS-CoV-2, la gran mayoría con menos de 5 años.

De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPPINA), del 12 de abril de 2020 al pasado 17 de enero se han contagiado en todo el país 42 mil 032 personas entre los 0 y los 17 años.

La mayoría de los contagios en menores de 0 a 17 años se da en adolescentes, pero el mayor índice de mortalidad se encuentra en las niñas y niños que tienen menos de 5 años

De ellos, 23 mil 692 de los casos positivos se registraron en el rango de edad entre los 12 y los 17 años; 10 mil 007 entre los 6 y los 11 años; y 8 mil 333 entre los 0 y los 5 años.

Aunque las cifras muestran que la mayoría de los contagios son en adolescentes, también revelan que el mayor índice de mortalidad se encuentra en las niñas y niños que están en la primera infancia y tienen menos de 5 años.

De las 427 muertes, 238 corresponden a hombres y 189 a mujeres. Además, 241 tenían de 0 a 5 años, 125 de 12 a 17 años; y 61 entre 6 y 11 años.

Ante la ola de contagios que vive México y que en los últimos días ha alcanzado máximos históricos de contagios y defunciones, expertos llaman a seguir las recomendaciones de las autoridades y a no bajar la guardia en esta población pese a que no sea la más afectada, ya que se tiene la falsa idea de que ellos no se contagian o no les pasa nada.

Otro aspecto relevante es prestar atención a su salud mental de los menores de edad y atenderla, ya que factores como el encierro o la falta de convivencia pueden tener secuelas en su comportamiento.

Carlos Alberto Pantoja Melendez, responsable de la información de COVID del departamento de Salud Pública de la UNAM, explica que si bien esta población no es la principal afectada, se ha demostrado que la nueva cepa de coronavirus de Reino Unido puede generarles cuadros importantes, además de que es más contagiosa.

El también académico de la UNAM dice que la principal recomendación es seguir y mantener las normas sanitarias como la sana distancia, la desmovilización, salir solo si es necesario, el lavado de manos, la sanitización y el tratamiento oportuno en los pacientes con infecciones respiratorias.

“Todo el mundo está agotado de seguirlas pero deben de continuarse aún con las vacunas”, menciona.

Sobre las cifras de contagios y decesos en niñas, niños y adolescentes explica que el número podría ser menor debido a que una gran parte han sido por dictaminación.

“Según lo que hemos avanzado, aunque estamos en ese proceso, es que una buena cantidad de los casos ha sido por dictaminación, es decir, algunos no tuvieron las pruebas para decir fehacientemente es por COVID, pero calificaron por los signos y síntomas, entonces un comité dice: es COVID.

“Nosotros aun estamos pensando que algunos diagnósticos están volando, no dicen nada biológicamente, porque de hecho no podemos decir que son más susceptibles quienes tienen de 0 a 5 años, son el grupo de la infecciones respiratorias habituales”, menciona.

Menores de edad, Población invisible

Para la senadora Josefina Vázquez Mota, actual presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en el Senado de la República, esta población ha quedado abandonada durante la pandemia pese a ser una de las más vulnerables.

Por ejemplo, las falsas declaraciones de que las niñas, los niños y los adolescentes no se enfermaban de coronavirus los ha puesto en riesgo, sobre todo a las y los más pequeños, explica.

Han sido afirmaciones criminales que han abonado a la confusión, que han abonado a los contagios, a la muerte de niñas y niños y adolescentes y a no reconocerlos como sujetos de derechos. Las niñas y los niños no solo se contagian, también mueren, también sufren física y emocionalmente
Josefina Vázquez MotaSenadora y presidenta de la Comisión de los Derechos de la Niñez y la Adolescencia en el Senado de la República

Además, menciona que la pandemia también ha significado un infierno debido al incremento de la violencia y de los delitos sexuales. Según datos de la Policía Cibernética, el consumo de la pornografía infantil creció un 73 por ciento en dos meses cuando inició la pandemia, dice.

Entre las medidas que se deberían de implementar inmediatamente está reconocer a esta población como una prioridad por parte del Estado mexicano, de los padres de familia y de todos los que tienen convivencia con ella; tener políticas públicas especiales y fortalecer esquemas como el SIPPINA; y darle acompañamiento particularmente a las madres de familia, porque sus jornadas se han multiplicado.

La importancia de la salud mental

El psicólogo Francisco Díaz Amezcua, ganador de los Doctoralia Awards 2020, explica que aunque la pandemia para las niñas, los niños y adolescentes no representa una situación que los tenga muy preocupados, la cuestión del encierro sí los llega a impactar psicológicamente, ya que no se pueden desarrollar de manera física ni artística y se ven limitados en su propio desarrollo.

Por ejemplo, los niños menores de cinco años, que están en edad de preescolar, pueden no desarrollar competencias biopsicosociales, es decir, no va a tener la capacidad —o no la va a desarrollar tanto— de involucrase con otros niños o del establecimiento de reglas.

Algo similar sucede con los niños más grandes o adolescentes que se encuentran en un desarrollo fisiológico y sexual y que ya estaban acostumbrados a convivir con sus pares en la escuela o en actividades extracurriculares.

Sin embargo, saber que alguien cercano tiene COVID-19 sí los puede afectar, sobre todo cuando no tienen toda la información, ya que les genera dudas y mucho miedo, que puede reflejarse en trastornos de ansiedad, en sus hábitos alimenticios o que no puedan dormir.

“Es muy importante que nosotros le hablemos a los niños cuales son los escenarios que pueden suceder y sobre todo que es lo más probable que suceda, la información a los niños y adolescentes debe ser el eje principal para poder resolver todas estas crisis emocionales y psicológicas”, dice.

Por lo que destaca estar al pendiente de los focos de alerta y buscar ayuda para atender este tipo de problemas con especialistas capacitados para atender específicamente este tipo de padecimientos.

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