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Metro: más filas, menos gandallas

Usuarios y especialistas coinciden en que el proyecto piloto de ascenso y descenso organizado debería extenderse a todas las estaciones del STC ante la buena respuesta que ha tenido desde su arranque a finales de 2016

[kaltura-widget uiconfid=”38045831″ entryid=”0_5i2n2vna” responsive=”true” hoveringControls=”true” width=”100%” height=”75%” /] Entrar y salir fácilmente de cualquier vagón del Metro en horas pico no tiene porque ser exclusivo de países del primer mundo.

Con la implementación del proyecto piloto “Ascenso y descenso eficiente de los vagones” en el Sistema de Transporte Colectivo (SCT) Metro, se han registrado resultados positivos en los puntos donde se ha implementado, pero no es suficiente.

Así lo señalan usuarios y especialistas, quienes urgen que el proyecto se extienda a todas las estaciones de la red de transporte y que además haya una nueva campaña de cómo funciona, puesto que hay personas que no siempre respetan las líneas marcadas en el suelo.

14
estaciones han sido intervenidas

Éstas tienen la función de delimitar las áreas de salida y de entrada. El resultado es una fila de pasajeros que espera a los costados de cada puerta a que las puertas se abran para dejar salir a quienes descienden y posteriormente entrar.

Este proyecto piloto fue impulsado desde diciembre de 2016 por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y arrancó en la estación Balderas de la Línea 1. Por su funcionamiento fue galardonado con un Premio a la Innovación y Tecnología.

Mayor rapidez en los trenes y una disminución de peleas y riñas derivadas de empujones y aplastamientos entre pasajeros a raíz de la implementación de este proyecto son algunas de las ventajas que aprecian usuarios.

“Es muy útil y deberían de implementarlo en todas las estaciones, no nada más en las que llegan a la correspondencia con otras líneas. Ayuda mucho porque da una mejor organización y no se dan tantos los conflictos y peleas para entrar al Metro, es muy buena idea”
Iván AlducinPasajero de la línea 12

Estaciones pendientes

A 16 meses de su puesta en marcha el proyecto sólo 14 estaciones han sido intervenidas con vinilos adherentes en forma de flechas y áreas de espera: Balderas L1, Balderas L3, Salto del Agua, Miguel Ángel de Quevedo, Hidalgo, Juárez, Centro Médico L3, Centro Médico L9, San Lázaro L1, San Lázaro Línea B, Candelaria, Tacubaya, Zapata L3 y Zapata L12. En total hay 195 estaciones intermedias, transbordes y terminales, por lo que aún hay mucho que hacer.

“En general, la mayoría de las personas lo respeta y sí funciona, aunque también hay gente que no lo hace. Como siempre, cuando hay mucha gente pues evidentemente se estresan, se empujan y esto termina valiendo”, dijo apresuradamente Alejandra, usuaria poco habitual de la Línea dorada, quien ya iba tarde a su empleo.

En el mismo recorrido, Reporte Índigo confirmó que incluso en algunas estaciones sin señalización en el piso, pertenecientes a la Línea 12, la mayoría de los usuarios suelen hacer filas a la hora de esperar el convoy, a excepción de las llamadas “horas pico”, cuando la afluencia es mayor.

400 mil
pasajeros se benefician al día

Alberto Cruz, quien a diario aborda la Línea 3 del Metro para llegar a su jornada laboral, comentó que cualquier viaje podría ser menos tardado si estas maniobras se aplicaran a todas las estaciones. “Cuando surgió este proyecto había voluntarios o contratados, no sé, y nos acomodaban a toda la gente, a quienes se metían los sacaban, les decían que se tenían que formar, y eso sería conveniente retomarlo o mínimo hacerlo cada mes”, dijo.

Aunque estas filas de espera se van formando con hombres y mujeres de toda talla y altura, aún hay quienes ponen el desorden y se acercan hasta la línea amarilla de seguridad, en algunos casos a causa de la conversación con la persona acompañante, los audífonos, el libro o simplemente por el uso del teléfono celular.

En los vagones confinados para uso exclusivo de mujeres, el problema es el mismo, tanto al momento de abordar la unidad como al descender, señalaron usuarias.

“El proyecto se me hace muy interesante, pero se me haría más interesante si la gente lo respetara. Hay estaciones en las que no les importa, ya ven que va a llegar [el convoy] y hacen lo que quieren, pero poco a poco lamentablemente tenemos que ir educándonos”, comenta la usuaria Karina Rosales.

Rosalba Villeras, quien a diario utiliza el Metro para poder trasladarse hasta la casa de una de sus hijas, explica que dicha iniciativa “está bien entre comillas, porque la gente se forma, pero ya cuando están adentro no dejan el libre cierre de las puertas y eso retrasa más al Metro. Ahí sí deberían de poner más vigilancia, para que vean hasta qué número de ciertas personas alcanzan a entrar y para que no se retrase tanto”.

Con sello UNAM

El investigador de la UNAM, Gustavo Carreón Vázquez, uno de los impulsores de este proyecto, dijo que la parte más complicada de esta iniciativa llegó a ser la familiarización entre usuarios y la señalética, la cual ha sido aceptada poco a poco. “Y ya en cualquier estación donde hay señalamientos la gente sabe que se tiene que formar”, señaló.

Con estos vinilos estampados en el piso indicó que al día se benefician alrededor de 400 mil pasajeros en estas 14 estaciones, ya que son de alta concentración y flujo, además de que el orden generado para abordar y desalojar las unidades propicia una eficiencia de tiempo de entre el 10 y el 15 por ciento.

16
meses tiene en marcha el proyecto

Los retrasos ocasionados por la interrupción del cierre de puertas han disminuido de un 20 a un 25 por ciento, explicó el también académico del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, ya que con el tránsito ordenado de pasajeros el vagón logra distribuirse de un mejor modo.

Entre las ventajas está una mayor rapidez en los trenes así como una disminución en las riñas entre usuarios al querer entrar o salir de los vagones

El único inconveniente que se ha suscitado a la fecha es que en algunas estaciones de mayor afluencia hemos visto un raro desgaste en los señalamientos, quizá por el uso de distintas pinturas en los vinilos, dijo. No obstante, esa situación deberá que ser atendida lo antes posible para evitar que el caos regrese.

Aunque Jorge Gaviño, el titular del Metro con quien se había suscrito el convenio, ya no se encuentra en ese cargo, se busca retomar el proyecto y que este no quede olvidado.

“Lo que pretendemos es que continúe este proyecto. Hay sobre la mesa un convenio de colaboración entre la UNAM y el STC que ahorita se está puliendo, pero esperemos que dentro de poco tengamos reuniones con el sistema para darle seguimiento”, dijo.

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