No hay imagen disponible

Deportaciones, vivir con miedo

La inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su promesa de una campaña de deportaciones masivas, ha prendido las alertas entre los migrantes, así como entre las organizaciones en su defensa.

A pesar de que entre 2009 y 2015, durante la administración de Barack Obama fueron deportados alrededor de 2.5 millones de indocumentados.

María García, presidenta de la Organización Binacional Migrante Aztlán, asegura en entrevista que el principal sentimiento entre la comunidad inmigrante en Estados Unidos es el temor, sumado a una profunda indignación.

2.5
millones de indocumentados fueron deportados durante la administración de Barack Obama
La principal preocupación es el temor que ya están viviendo los migrantes, y todavía viene lo peor. En la comunidad hay mucha indignación,pero sobre todo están temerosos ante lo que se está viviendo y ante lo que viene”
María Garcíapresidenta de la Organización Binacional Migrante Aztlán

La inminente llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y su promesa de una campaña de deportaciones masivas, ha prendido las alertas entre los migrantes, así como entre las organizaciones en su defensa.

A pesar de que entre 2009 y 2015, durante la administración de Barack Obama fueron deportados alrededor de 2.5 millones de indocumentados.

María García, presidenta de la Organización Binacional Migrante Aztlán, asegura en entrevista que el principal sentimiento entre la comunidad inmigrante en Estados Unidos es el temor, sumado a una profunda indignación.

“La principal preocupación es el temor que ya están viviendo los migrantes, y todavía viene lo peor. En la comunidad hay mucha indignación, pero sobre todo están temerosos ante lo que se está viviendo y ante lo que viene”.

La activista por los derechos de los migrantes considera que el ascenso de Trump trajo consigo un empoderamiento de los sectores más radicales en la Unión Americana, lo que se ha traducido en el resurgimiento de expresiones racistas, xenófobas y de agresiones en contra de las minorías.

“Hay muchos connacionales que, incluso antes de conocerse la victoria de Donald Trump ya se habían expresado en el sentido de que, en caso de que el republicano ganara, regresarían a México. Ahora, algunos lo van a cumplir, aunque no todos, con el riesgo que conlleva”, detalla.

María ha sido testigo de muchos casos de deportaciones que han transformado radicalmente la vida de las personas, separando familias, rompiendo sueños, situación que podría agravarse a partir de enero del próximo año, con la toma de protesta de Donald Trump.

“Muchos fueron por 15 o 20 años el sostén de sus familias.

Con las deportaciones de Obama, compañeros deportados, vienen aquí desesperanzados, eran el sostén de su hogar, ahora se sienten una carga, están desarraigados, sin dinero, sin autoridad moral, es algo inhumano”, recuerda.

La defensora migrante tiene la percepción de que muchas de las acciones planteadas por Trump, entre ellas las deportaciones masivas, solo podrán ser llevadas a cabo de manera parcial, pues hay muchas circunstancias que las hacen inviables.

Desde su perspectiva como inmigrante y como activista está convencida de que las deportaciones masivas significarían un golpe a la economía esta dounidense, pues en muchoslugares son la principal fuerza de trabajo, lo que traería un gran descontento entre empresarios y un desequilibrio económico.

“Los primeros que pegan el grito por las deportaciones son los rancheros, porque les quitan a la gente indocumentada, les pagan poco, los explotan mucho, y qué tiene que hacer, contratar gente con documentos, pagándoles el salario mínimo y todos los beneficios, y eso merma sus ganancias considerablemente”, asegura.

“Son los primeros en no estar de acuerdo, de alguna manera ellos quieren y necesitan a todos esos migrantes indocumentados, van a ser los primeros simpatizantes de los indocumentados, porque les conviene”.

Por un frente amplio y común

En los últimos años, expresa la activista, ha habido una fragmentación y desarticulación entre los movimientos y organizaciones pro migrantes en los Estados Unidos, por lo que considera que dado el contexto, el momento es propicio para volver a retomar un objetivo y un camino en común.

“Dadas las circunstancias de agresiones, de crímenes de odio, de racismo, se están dando las condiciones de volvernos a unir, tanto la comunidad mexicana como los demás migrantes, de organizarnos para defendernos”, reitera.

María está convencida de que ante el enorme descontento que ha traído la victoria de Trump y los ataques que ha emprendido contra sectores minorita rios, es tiempo de acercarse a otros grupos para que pueda conformarse un frente amplio en contra del republicano.

“Yo pienso que se va a integrar un frente muy amplio en contra de Donald Trump, musulmanes, afroamericanos, asiáticos, centro y sudamericanos y los mexicanos, son las etnias más afectadas que se tienen que unir para defenderse.

“Hay que salir a las calles a marchar como lo hemos hecho en otras ocasiones. Esta no es la primera vez, es solo una más, hay que crear frentes de defensa y apoyarnos en los consulados hasta donde se pueda”, refiere.

Asimismo, asegura que la lucha pro migrante no comienza ni termina con Donald Trump, es un esfuerzo que ha venido realizándose desde hace años y que va a trascender el próxi- mo gobierno de Estados Unidos, pues su objetivo primordial es el reconocimiento de los migrantes mexicanos como contribuyentes económicos.

“La prioridad es el reconocimiento de nuestra fuerza de trabajo, que no nos involucren con terroristas, con narcotraficantes, nosotros somos una comunidad trabajadora que contribuye a la economía de los Estados Unidos y de México.

“Recordemos que nosotros estamos luchando por el reconocimiento como contribuyentes a la economía nacional, por el dinero que metemos año con año a México, necesitamos que nos protejan para seguir sosteniendo la parte de la economía que hemos venido sosteniendo”, dice.

Te puede interesar