‘Enganchados’ a la tragedia
La necesidad y la pobreza parieron la tragedia que cobró la vida de siete migrantes mexicanos que murieron asfixiados dentro de la caja de un tráiler, cuando aspiraban a ingresar ilegalmente a Estados Unidos. En su patria no encontraron la posibilidad de vivir bien y murieron en el intento de una vida mejor.
Junto a ellos, al menos un guatemalteco también entregó lo más preciado en la búsqueda de “El Sueño Americano”, según lo confirmó el fiscal federal para el Oeste de Texas, Richard L. Durbin.
J. Jesús Lemus
La necesidad y la pobreza parieron la tragedia que cobró la vida de siete migrantes mexicanos que murieron asfixiados dentro de la caja de un tráiler, cuando aspiraban a ingresar ilegalmente a Estados Unidos. En su patria no encontraron la posibilidad de vivir bien y murieron en el intento de una vida mejor.
Junto a ellos, al menos un guatemalteco también entregó lo más preciado en la búsqueda de “El Sueño Americano”, según lo confirmó el fiscal federal para el Oeste de Texas, Richard L. Durbin.
Del camión de carga abandonado a las afueras de un centro comercial en San Antonio, Texas, se rescataron los cuerpos de 10 personas, siete eran mexicanas y las otras tres centroamericanas. Fueron hospitalizadas 29, 21 de ellas son mexicanas.
En el tráiler que era conducido por el ciudadano norteamericano James Matthew Bradley Jr., de 60 años de edad y que se presume forma parte de la red de tráfico de personas que controlada por el cártel de Los Zetas en México, viajaban al menos 80 personas que fueron “enganchadas” en Nuevo Laredo, Tamaulipas.
Todos los aspirantes a indocumentados pagaron entre 5 mil 500 y 12 mil dólares para ser ingresados de manera ilegal a Estados Unidos; entre ellos está un menor de edad, Brandon Rodrigo Martínez de Loera de sólo 16 años, quien se encuentra delicado, luego de superar el estado de coma.
Brandon es originario del municipio de Loreto, Zacatecas, dejó inconclusa la secundaria luego de convertirse en papá hace apenas dos meses; pretendía reunirse con su padre José de Jesús Martínez, en Denver, Colorado, pero la tragedia lo impidó.
Hoy su padre lo cuida en una habitación del North Central Baptist Hospital de San Antonio, en Texas. Se sabe que no perderá ninguno de sus riñones, ni tendrá afectación pulmonar a causa de la falta de oxígeno que sufrió por más de 12 horas, pero los médicos no le garantizan que esté a salvo de lesiones cerebrales que le afectarían de por vida.
La mayor preocupación de José de Jesús Martínez y de la señora María Guadalupe de Loera es que su hijo salga del hospital sano, pero también tienen el temor de que Brandon sea deportado en las condiciones delicadas de salud que enfrenta, lo que agravaría la situación de la familia que no cuenta ni con la posibilidad de ser atendidos en el Seguro Social de México.
Frente a esto, la Secretaría del Zacatecano Migrante (SEZAMI) hace las gestiones necesarias para que éste y otro migrante de Zacatecas que se vio envuelto en este incidente, cuenten con el apoyo legal y material, y les sean respetados sus derechos elementales a la salud en Estados Unidos, dijo a Reporte Indigo el titular de la de la dependencia, José Juan Estrada Hernández.
La SEZAMI también realiza las gestiones necesarias para lograr la repatriación del cuerpo de Ricardo Martínez Esparza, de 27 años de edad, originario del municipio de Loreto, y que murió por asfixia dentro del tráiler.
Luto en Zacatecas
Entre las víctimas mortales que dejó la red internacional de tráfico de personas se encuentra Ricardo Martínez Esparza, un zacatecano que buscaba un empleo en Estados Unidos para superar la condición de pobreza en la que vivía.
Ricardo, de 24 años de edad, junto con su hermano Manuel Martínez Esparza, de 27, acompañados de al menos otros tres vecinos del municipio de Loreto, hizo el intento de llegar a Estados Unidos y durante dos meses estuvo ahorrando para pagar los 6 mil dólares que les cobró el “coyote”.
Ricardo y Manuel se empleaban de manera eventual en las labores del campo. Tenían un ingreso promedio de 650 pesos a la semana, lo que hacía casi imposible reunir pronto el pago para el viaje a EU, por eso contactó a un familiar en Estados Unidos que le garantizó un préstamo para que los hermanos hicieran el viaje.
En compañía del “coyote”, su hermano y tres acompañantes más hicieron el viaje hasta Tamaulipas, en donde permanecieron tres días a la espera de que llegara el tráiler que los llevaría a San Antonio, de allí serían llevados a Dallas y posteriormente trasladados a Oklahoma, en donde su familiar los recibiría y ayudaría a colocarse en algún empleo.
Ricardo no pudo concretar “El Sueño Americano”, se presume que fue uno de los primeros que fallecieron por asfixia. Su familia no sabe cuánto tardarán en entregarles el cuerpo.
“Eso dependerá de las gestiones que haga la Cancillería Mexicana en Estados Unidos, pues el gobierno norteamericano no trata con ninguna dependencia estatal de apoyo a los migrantes, solo con la cancillería”, dijo José Juan Estrada Hernández, titular de la SEZAMI.
Evitó mayor desgracia
Adán Lara Vega es otro de los migrantes que tuvo la fortuna de vivir para contarlo. Él viajaba desde Calvillo, Aguascalientes, con al menos otras 11 personas de esa entidad. Entre ellos estaba José Rodríguez Aspeitia, de 37 años de edad, uno de los fallecidos por asfixia dentro de la caja del camión.
Se sabe la versión de que Adán Lara Vega hizo una perforación a la caja del tráiler con un desarmador, cuando el oxígeno comenzó a escasear. Eso garantizó que todos los ocupantes del camión halaran por turno el aire que les hacía falta.
José Rodríguez Aspeitia, que tenía su domicilio en la colonia Palo Alto, del municipio de El Llano, y que se empleaba como trabajador de la construcción y a veces como jornalero agrícola, deja una viuda y cinco hijos en la orfandad.
Hoy el Gobierno estatal de Aguascalientes realiza las gestiones necesarias para lograr la pronta repatriación del cuerpo de Rodríguez Aspeitia, y obtener los permisos de ingreso temporal a Estados Unidos a los familiares de José Luis Gómez Moreno, Romualdo Vásquez Esparza, Juan Daniel Tiscareño Aguilar y Adán Lara Vega, quienes están hospitalizados.
Otros migrantes de Aguascalientes que también se encuentran internados en la clínica son Jonhy Serna Ramírez y Mario Ramírez, quienes se retiraron del tráiler ante el temor de ser repatriados, pero el Gobierno estatal no ha tenido contacto con sus familiares para ofrecerles ayuda para el rencuentro.