Los autogolpes de Morena
Los militantes de Morena siempre se han quejado de ser golpeados por otras fuerzas y actores políticos para frenar el avance de su agenda de cambio en el país. Sin embargo, en meses recientes han sido sus propios miembros quienes han metido en problemas a su partido.
Primero fue Eva Cadena, captada recibiendo fajos de billetes y a quien Morena abandonó a su suerte no sin antes acusar que se trató de una trampa que se tendió a la legisladora veracruzana.
Imelda García
Los militantes de Morena siempre se han quejado de ser golpeados por otras fuerzas y actores políticos para frenar el avance de su agenda de cambio en el país. Sin embargo, en meses recientes han sido sus propios miembros quienes han metido en problemas a su partido.
Primero fue Eva Cadena, captada recibiendo fajos de billetes y a quien Morena abandonó a su suerte no sin antes acusar que se trató de una trampa que se tendió a la legisladora veracruzana.
Ahora es el caso de Rigoberto Salgado y las investigaciones que hay para definir si está involucrado o no con la delincuencia organizada en Tláhuac, de donde es delegado, lo que ha puesto a Morena en una situación complicada.
Estos escándalos han pegado directo a Morena y, de no actuar pronto y de manera certera, impactarán a Andrés Manuel López Obrador y su candidatura presidencial, ya a unas semanas del arranque del proceso electoral del 2018.
A esto se suma la postura que ha sido anunciada por Delfina Gómez, excandidata de Morena a la gubernatura del Estado de México, quien ha dicho que no descarta impedir la toma de protesta del priista Alfredo del Mazo si las autoridades electorales confirman su triunfo.
Gómez realiza una marcha de 10 días que va desde Texcoco hasta Toluca, para reclamar a las autoridades electorales que se cuenten nuevamente todos los votos y se investiguen las denuncias que han hecho contra el PRI mexiquense.
Además de lo que han provocado los propios miembros de su partido, López Obrador también tendrá que lidiar con las acusaciones que han hecho otros actores políticos, como el gobernador de Veracruz, Miguel Ángel Yunes, que incluso ha acusado al tabasqueño de haber recibido dinero de Javier Duarte.
Es previsible que los ataques contra Morena vayan aumentando conforme se acerque la elección del 2018.
Escándalos mediáticos
“Honestidad valiente” es el lema que durante años ha servido a Andrés Manuel López Obrador para diferenciarse de sus adversarios políticos.
El político tabasqueño ha utilizado ese concepto para promocionarse desde el año 2000, cuando se encontraba en campaña por la jefatura de Gobierno del Distrito Federal.
López Obrador ha recibido varios golpes donde se le ha querido relacionar con actos de corrupción. Sin embargo, nada ha pasado de ser un escándalo mediático. Ninguna investigación le ha podido demostrar que se trate de un político corrupto ni se le ha fincado responsabilidad alguna por un hecho indebido.
López Obrador recibió un fuerte golpe cuando, en el 2004, fue exhibido un video en el que René Bejarano, entonces diputado de la ALDF, recibía fajos de billetes del empresario Carlos Ahumada.
Bejarano, que había sido secretario particular de López Obrador durante su primer periodo de gobierno, estuvo en prisión durante 8 meses por ese caso. Fue exonerado a mediados del 2005.
Por esos días también se dio a conocer un video en el que Gustavo Ponce, quien era secretario de Finanzas del gobierno capitalino, había estado apostando dinero en Las Vegas.
En un video similar apareció Carlos Imaz, quien entonces era delegado de Tlalpan y también se le veía recibiendo dinero de Carlos Ahumada.
Imaz fue esposo de Claudia Sheinbaum, actual delegada de Tlalpan y aspirante a la jefatura de Gobierno por Morena.
Años después, en 2009, Carlos Ahumada publicó su libro “Derecho de Réplica” (Grijalbo, 2009) en el que reveló que la autoría de los videoescándalos fue del expresidente Carlos Salinas de Gortari y el panista Diego Fernández de Cevallos y que habían ofrecido pagarle 400 millones de pesos.
En la campaña presidencial del 2012, la publicación de un audio donde se escucha a Luis Costa Bonino, quien entonces era parte de la campaña de López Obrador, pedir dinero a empresarios, también impactó directo en el candidato.
Luego de que ocurrió la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, en 2014, circuló en redes sociales una fotografía de López Obrador apoyando la campaña de José Luis Abarca, el entonces presidente municipal de Iguala que habría estado involucrado en la desaparición de los jóvenes.
El golpe vendría hasta del PRD, partido que postuló a Abarca. Personajes como Jesús Zambrano acusaron a López Obrador como quien palomeó la candidatura en Iguala. El tabasqueño respondió que se tomaba fotografías con muchas personas, y ni siquiera conocía a Abarca.
El intento de relacionar a López Obrador con los hechos de Iguala no fue exitoso, pues la carga de los hechos se inclinó más hacia el Gobierno federal.
¿A prueba de todo?
Una vez que decidió separarse definitivamente del PRD y crear su propio partido, López Obrador insistió en que Morena no era un partido corrupto y se diferenciaba de los demás por actuar con honestidad y en pos del bienestar público.
“Somos indestructibles políticamente, por la honestidad. Eso es nuestro escudo, es lo que nos protege. Pueden decir lo que quieran de nosotros, pero no somos corruptos y le vamos a ganar a la mafia del poder”, dijo López Obrador en un videomensaje, en abril pasado.
En los últimos meses, Morena y su presidente nacional han estado de nuevo en el ojo del huracán, producto de acciones u omisiones de miembros del partido.
El primer caso que se dio este año fue el de Eva Cadena, la diputada local de Veracruz que fue grabada recibiendo dinero.
Su interlocutora, una mujer de la que no se conoce su identidad, le pide expresamente entregarle ese dinero a López Obrador.
La filtración del video, publicada por el diario El Universal, añadía fragmentos de un evento en el que había participado el tabasqueño, en la postulación de Eva Cadena como candidata a la alcaldía de Las Choapas, y en el que la gente lo cuestionaba sobre si era corrupta o no. Él respondió: “Lo que diga mi dedito”, negando con el índice. El gesto fue muy criticado por sus opositores.
La reacción del partido fue en un principio justificar a Cadena, argumentando que había sido víctima de una trampa y que había regresado el dinero. Pero con la revelación de un nuevo video, Morena decidió darle la espalda y hasta denunciar a la legisladora ante la Fiscalía de Veracruz.
La respuesta de López Obrador fue que su plumaje no se ensuciaba con el lodo; insistió que su partido era blanco de ataques por ser honesto.
El nuevo problema de López Obrador y su Morena es Rigoberto Salgado, el actual delegado de Tláhuac, sobre quien pesan sospechas de haber recibido dinero para su campaña y dar protección a Felipe de Jesús Pérez Luna, alias “El Ojos”, ejecutado por la Marina la semana pasada.
En diversas entrevistas, Salgado negó esas acusaciones y afirmó que se trataba de “una infamia” y un golpeteo político en su contra.
Andrés Manuel López Obrador ha guardado silencio sobre el tema. Ni una palabra ha pronunciado siquiera en sus redes sociales para apoyar a Salgado o deslindarse de él.
Quien sí ha hablado es Yeidckol Polevnsky, secretaria general de Morena. Ayer señaló en una entrevista radiofónica que el partido no se ha pronunciado porque no hay una imputación directa contra el jefe delegacional.
Morena ha decidido ser más moderado en su apoyo o deslinde de Salgado. Lo sucedido con Eva Cadena les dejó como lección que no deben apresurarse a tomar decisiones a favor o en contra de los militantes que son cuestionados de cometer conductas erróneas.
Empero, dejar que el asunto avance puede perjudicar la candidatura presidencial de López Obrador y la de los aspirantes de Morena que busquen algún cargo de elección popular.
Reminiscencias del pasado
Desde hace tres días, Delfina Gómez emprendió una marcha desde Texcoco –que pretende llegar hasta Toluca- para defender lo que considera su triunfo en las elecciones del pasado 4 de junio.
Acompañada de un contingente que por momentos alcanza las 400 personas, ayer llevó a cabo su tercera jornada de caminata, desde el Palacio Legislativo de San Lázaro hacia la Basílica de Guadalupe, a donde le fue impedido el paso.
Un grupo de policías capitalinos se apostó sobre la Calzada de Guadalupe, donde Gómez pretendía instalar su campamento para pasar la noche, y le impidieron permanecer ahí.
Delfina Gómez negó que tuviera intención de “pedir un milagro” al acudir a la Basílica, y más bien se trataba de una parada estratégica para no entorpecer el tráfico de la ciudad.
En redes sociales, sin embargo, la “Marcha de la Esperanza”, como ha sido nombrada la movilización, ha sido criticada por ciudadanos que la relacionan con los plantones de Reforma, organizados por López Obrador en el 2006.
La excandidata a la gubernatura ha dicho que no descarta impedir la toma de protesta de Alfredo del Mazo como gobernador, si las autoridades electorales validan su triunfo en el Estado de México; aunque luego suavizó su discurso, afirmando que todavía no sabe las acciones que tomará si el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación da luz verde al priista.
La actuación de Delfina Gómez será fundamental para evitar o no el alargamiento de un conflicto poselectoral, que podría significar el rechazo a su partido en las elecciones del 1 de julio el 2018.
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